La megacooperativa láctea neocelandesa Fonterra ha sido multada con 300.000 dólares neocelandeses tras haberse declarado culpable, hace unas semanas, de los cuatro cargos de que ha sido acusada por el Ministerio de Industrias Primarias en relación con deficiencias en el cumplimiento de la Ley neocelandesa de Productos Animales.
Los cuatro cargos por los que ha sido multada son:
– Procesado de productos lácteos sin cumplir con su programa de gestión de riesgos
– Incumplimiento en la exportación de productos lácteos con las normas de productos animales pertinentes.
– No notificar a su auditor de su preocupación de que los productos lácteos podrían haberse elaborado sin el cumplimiento de su programa de gestión de riesgos
– No notificar al Director General de la exportación de productos lácteos no aptos para los fines previstos.
El caso se inició el verano pasado, cuando Fonterra llevó a cabo, como medida de precaución, la retirada de un concentrado de suero lácteo bajo la sospecha de que pudiera estar contaminado con las bacterias del botulismo. Dicho concentrado se utiliza en las fórmulas de leches infantiles.
La mayor parte del concentrado se había exportado por lo que la retirada se aplicó en numerosos países asiático. Se generó un gran escándalo que provocó que un directivo de Fonterra dimitiera de forma inmediata y que otros dos fueran cesados.
Posteriormente se comprobó que el lote retirado, WPC80 no suponía ningún riesgo para la salud. No obstante, el Ministerio neocelandés de Industrias Primarias inició una investigación para ver si Fonterra cumplía la normativa vigente sobre calidad y seguridad alimentaria, detectando una serie de incumplimientos sobre los que se basan los cargos de los que Fonterra se ha declarado culpable.