Así lo aseguró a Lechería Latina, Carlos Martín Ovilo, vocero del sector lechero dentro de la Dirección General de Agricultura de la Unión Europea, sobre el reciente antecedente del biodiesel. A poco más de un año de salir del sistema de producción por cuotas, el viejo continente avanzará hacia una abolición de límites ordenada y que se regirá por contratos entre industrias y productores.
Por Elida Thiery
Especial para Lechería Latina desde Suiza
Sigue existiendo a nivel internacional la convicción de los privados en un contacto directo con los productores, como la clave para afrontar los picos que sufre la leche como commodity, para aprovechar cada inversión, cada paso adelante en la genética, pero sobre todo para poder sumar lentamente algunos puntos de expansión, una mayor producción por vaca, subrayándose la preparación para poder anticiparse a los ciclos extremos de caída y superación en un marco mercantil.
Esta es la mirada de las empresas, pero al mismo tiempo importa y mucho el tema de regulaciones políticas, que en Europa tendrá ciertos cambios en algo más de un año.
Creando el viejo continente en 1984 un sistema de producción por cuotas, en el cual los productores tienen un límite en litros para generar en todas las explotaciones, de una idea para ocho años se fueron consiguiendo prórrogas hasta llegar a abril de 2015, cuando se liberen estas barreras, decisión tomada en 2003, reafirmada en 2008 por los presidentes de cada país miembro y para la cual se fue andando el camino del ordenamiento asegurado en tiempos de liberación bajo contrato, con la expansión al uno por ciento anual desde ese momento. “Esto tiene dos razones, por un lado, la situación que existía en el momento de crear las cuotas, ya no forma parte de la realidad de la Unión Europea, porque se ha reducido la intervención, no hay un soporte vía precios, no existe un impedimento a partir de los excedentes y por lo tanto, el sistema de cuotas al estar muy ligado con el soporte de precios grandes, al sacarse eso la limitación de la producción deja de tener sentido y se convierte en un problema para los productores”. A esto se añade que “al habernos vuelto cada vez más globales, exportando cada vez más, hay una posibilidad de vender a los mercados emergentes que ahora mismo estamos desperdiciando, por lo cual hay competidores nuestros que están contentos con nuestro sistema de cuotas”.
Por eso, en esta explicación que brindó a Lechería Latina Carlos Martín Ovilo, existe la certeza del plazo, la salida de la limitación productiva. El funcionario de la Comisión Europea, que se desempeña como vocero la Dirección General de Agricultura, concretamente en la unidad de productos animales, nos brindó un análisis de la lechería vista desde el otro lado del Atlántico.
Teniendo en cuenta que Suiza, inserta en el mismo continente pero por fuera la da UE, se puede dar un ejemplo cercano de cómo manejar el escape a estos máximos. Con más producción, más diversificación de productos y escalas, diferencias entre la expansión de Holanda y la consecuencia medioambiental, las producciones de montaña más complejizadas, en algunos otros puntos el desmanejo financiero por precios es lo que más afecta, pero está todo preparado para que “no ocurra lo que sucedió en Suiza cuando desaparecieron las cuotas, con una estampida productiva, ya que no se espera para el momento de la salida una nueva crisis económica con importante baja de precios, para lo cual nos estamos preparando, sabiendo además que la demanda global de leche sigue creciendo. Aunque siempre viene bien tomar ejemplos y ver lo que ha ocurrido en Suiza, no vamos a trazar paralelismos”, sostiene el funcionario. De todos modos destaca que “algunos elementos como tienen ellos, siendo el caso de las organizaciones de productores y de profesionales que tienen ellos, es muy similar a lo que nosotros hemos puesto en marcha en 2012 y esperamos que para 2015 estén en pleno funcionamiento, como un elemento más para licuar el efecto negativo que pueda llegar a tener la salida de las cuotas”, teniendo en cuenta que estas iniciativas colaboran en el ordenamiento del mercado en todas sus alternativas, incluso para la leche que se produzcan en condiciones más delicadas y para lo cual la UE no descarta la aplicación de herramientas como los pagos directos acoplados según las necesidades de cada estado miembro, pudiéndose focalizar las ayudas, como se hace en todos los sectores productivos.
Claro que nada será tan libre ni desordenado como se puede ver en la Argentina. Desde que se diseñó el “Milk package” europeo, un paquete de medidas para ampliar fronteras productivas se dispusieron a los contratos como línea fundamental, obligatorios o voluntarios, pero a través de los cuales cada país de la Unión Europea deberá enmarcar sus reglas y necesidades.
Carlos Martín Ovilo reconoce la supervisión del mercado argentino, al tiempo que el problema de la falta de cifras oficiales complicas los análisis que puedan hacer. En este sentido, lo consultamos sobre la posibilidad de encontrar escollos en la vinculación comercial entre Argentina y la UE en los próximos años y sobre todo a partir de 2015, cuando la competencia en destinos de exportación se acreciente. Tomando el caso del biodiesel, que hace pocas semanas conoció nuevos recargos impositivos (subieron del 22 al 26 por ciento) para limitar sus ventas, pareciera que la leche no va a correr el mismo destino, al menos en el mediano plazo.
“Nosotros seguimos al mercado argentino, al igual que lo hacemos con las principales zonas productoras del mundo, sin embargo no consideramos que pueda tener una influencia grande en la interferencia con nuestros productos en los mercados globales, ni en el corto, ni en el mediano plazo, por lo tanto no se espera ninguna medida del estilo de la mencionada sobre el biodiesel”, afirmó el representante de la UE, que participara semanas atrás de un congreso lechero en Charmey, Suiza.
Con estos ejemplos y estos datos, se siguen dando posibilidades al mercado nacional para crecer, aunque la falta de inversiones y la desconfianza no lo permitan.
Europa sigue siendo un destino donde los productos argentinos de más alta calidad encuentran buena recepción y es por eso que se debe seguir trabajando en ese sentido, mientras el mundo lo permita, aunque hace diez años rondemos las 11 mil millones de toneladas al año; y las condiciones de desmanejo político interno también.
Por Elida Thiery
Especial para Lechería Latina desde Suiza