La intención surgió de forma extraoficial anoche, a pesar que en el encuentro entre industriales y el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, la cuestión había quedado en sugerencia para la remoción de la decisión sobre un 25 por ciento de la materia prima nacional. Hoy Santa Fe reúne a las partes para evaluar alternativas. La incógnita lechera sigue abierta hasta la llegada de liquidaciones a los tambos.
Como en la vida misma, exigir sin dar nada a cambio hace dificil las cosas. Esto es lo que pasó ayer, entre Augusto Costa y los industriales.
La mañana comenzó con una convocatoria en Bella Italia que dejó de lado la idea de un bloqueo a Williner, para esperar con calma lo que iba a suceder en Buenos Aires, precisamente con los integrantes del Centro de la Industria Lechera.
La reunión mensual adelantada tuvo como punto trascendente al tema baja de precios.
La industria manifestó de forma interna, los grandes y medianos que componen el CIL, que hay un 25 por ciento del total de leche procesada que tienen la necesidad de empezar a cambiar las cosas, negativamente para los productores. Al contemplar estas alternativas serían unas cuatro empresas las que necesitarían ajustar los números y así contemplar nuevas realidades con ajustes de precios.
La caída de los precios, la cancelación de operaciones, pero también el acumulado de stocks que hoy se consideran “fabulosos”, hacen a una situación muy compleja. Claro que lo que no se vende afuera a precios muy elevados, con parámetros carísimos en dólares para lo que representan las cuentas argentinas, no se pueden acomodar internamente porque el consumo está al tope y sobre todo, porque la inflación aplasta la voluntad de mayor compra en todo el país.
Augusto Costa no tiene los modos de Guillermo Moreno, pero en la Secretaría de Comercio Interior heredó los manuales. Pidió “que se trate de mantener el precio para la leche de diciembre, en todas las empresas”, añadiendo que son los industriales los que tienen que buscar alternativas para lograrlos en un plazo no mayor que el fin de esta semana. Por supuesto que su intención es llevar este freezado de números también para los pagos de la leche de enero, forzando así una situación que para quienes tomaron la decisión de la baja se hace insostenible.
Ante esto, no hubo ninguna oferta de ayuda por parte del Gobierno, pero sí la idea de reafirmar el freno a los recortes de precios.
Esto es lo que sucedió en el encuentro, sin embargo, entrada la noche, comenzó a circular la versión de volver, momentáneamente, para atrás con la medida, al menos por unas horas. La duda está en que la informalidad del trascendido no genera expectativas para que la impresión de las liquidaciones que ya está demorada, sea de otra forma a la que se había estipulado la semana anterior. De todos modos, elaboremos un escenario positivo, donde una charla con un funcionario que nada ofreció haya cambiado las cuentas en las empresas, el problema va a seguir existiendo y será aún más dificil para liquidar la leche de enero, en las mismas condiciones.
Existe entonces, una falta de respuesta política, que al desentenderse de este problema comercial y financiero, deja librado el conflicto al azar.
Recién hoy se confirmará la versión, que ojalá sea tal como se sostuvo, con una industria claudicando a su principio de no seguir perdiendo y con tamberos que realmente hayan podido modificar la medida, pero con el peso de una negociación pendiente, que deberá en tres semanas afrontar la misma problemática en el corazón de Santa Fe.
Las versiones de nuevos encuentros con la Nación también se diversifican, desde el próximo viernes, hasta el 16 de enero, pero lo cierto es que en el Ministerio de Agricultura parece no haber apuro alguno.
“A los precios va a haber que ajustarlos” afirmó un industrial. Sobre esto no hay dudas y es acá donde el problema demuestra que seguirá existiendo, por más que una parte del sector quiera seguir simpatizando con quien aún no pudo cerrar las cifras del nuevo listado de Precios Cuidados, por más que esa relación superficial no haya traído ventaja alguna para el segmento lechero.
HOY, EN SANTA FE
La capital de la provincia donde los conflictos sectoriales siempre florecen tendrá hoy a las 11 en el Ministerio de la Producción una cita entre todas las partes. Empresas y tamberos se juntarán con su titular, Carlos Fascendini a plantear sus miradas del caso. Puede ser que allí sí se confirme de manera oficial la decisión de mantener los precios que se venían pagando, para que todos juntos trabajen en las alternativas de mejora del mercado. Esto se lee muy idílicamente, pero a esta altura no hay que descartar ninguna alternativa.
Puede que como los granos la leche en su cotización internacional haya tocado el piso y la ínfima suba de ayer en la subasta electrónica de Fonterra, con un margen positivo del 1,6 por ciento y un precio por tonelada de 2.307 dólares marque el primer paso para subir de a uno los escalones de la recuperación, pero 2015 viene con mucha materia prima disponible a nivel mundial, con economías dañadas y demandas en el mismo sentido.
Deberán ser muy inteligentes las negociaciones entre las partes, tanto productores como industrias, pero serán los gobiernos, en todas sus posiblidades los que deban mejorar las condiciones de aperturas de mercados, para no perder tamberos, pero tampoco trabajadores lecheros.
Las complicaciones estructurales de la industria láctea argentina están dadas en todos los sentidos. Es tiempo de pisar suavemente cualquiera de los puntos de un mapa donde el clima empieza a afectar, donde ahora el calor está ajustando la productividad por animal; y en el que la espera por el cambio político se hace tan larga que el silencio de los funcionarios genera un vacío que habla de la verdadera realidad sectorial, donde las debilidades abarcaron todo el espectro.
Por Elida Thiery
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