En el último día del Congreso del PDT de SanCor se presentaron 4 casos exitosos de productores que lograron a través del Programa de Desarrollo Tecnológico hacer del tambo una actividad rentable y sustentable.
El momento más esperado por los asistentes al Congreso del PDT de SanCor, sin dudas fue el panel de casos exitosos, en donde la empresa presentó a cuatro de sus mejores alumnos en materia de desarrollo tecnológico. En esta ocasión, los productores que expusieron sus experiencias, fueron Daniel y Raúl Anguilante, de Colonia Bicha; José Castagno, de Presidente Roca; Omar Daga, de Sunchales; y Néstor y Waldo Gardini, de Coronel Charlone.
Con la coordinación del Ing. Francisco Candiotti, líder del Programa de Desarrollo Tecnológico de SanCor, los cuatros productores contaron cómo hicieron para superar adversidades y tornar a la actividad que antes era una complicación, un negocio rentable.
Los Anguilante, tal como ellos lo definieron en su presentación, pasaron de un tambo de familia a una verdadera empresa tambera. “Teníamos que cambiar; buscar la eficiencia y mayor productividad”, contó Daniel. “No fue fácil la decisión pero el tiempo nos indicó que el cambio era necesario. Ahora tenemos en cuenta lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer”, completó su hermano Raúl. “Ellos lograron una nueva forma de relacionarse con los asesores, con mayor presencia y división de tareas bien organizadas”, destacó el coordinador del PDT, Ing. Candiotti.
En el caso de Castagno, reconce que podía crecer en varios aspectos productivos de su tambo, para ello fue necesario contar con un equipo de trabajo con la camiseta puesta. “El PDT me sirvió para aprender a planificar en base a información, interpretar la misma y comunicarla al equipo de trabajo. Porque la gente es la que hace la diferencia”, afirmó José Castagno. Con un planteo que hace mucho hincapié en lo humano y la confianza en el equipo de trabajo, Castagno sostuvo que “lo mejor para que nuestro personal aprenda su trabajo, es demostrarlo con ejemplos”. “De José resalto que ha desarrollado un sentido de pertenencia en el equipo de trabajo que le ha dado importantes resultados en la empresa”, explicó Candiotti.
A su turno, Omar Daga, contó que los suelos del terreno sobre los que se desarrolla el tambo, no son de la mejor calidad, y por eso la eficiencia era un imperativo para poder hacer rentable esta actividad en condiciones naturales no tan favorables. “En 2009 estuve a punto de dejar de ser socio de SanCor después de 25 años de ser parte de la cooperativa, porque las alternativas eran vender, alquilar u otra actividad. “Pero finalmente me decidí por seguir y subir la apuesta, intensificar y crecer, lo que se refleja en un crecimiento interanual de productividad (litros/ha/VT año) en 2011 del 35%”, describió Daga. “Todo el proceso por el que pasó Omar, sirvió para estimularlo y llevarlo a asumir un cambio de vida importante. Siendo un profesional no tuvo problemas en buscar ayuda en colegas; eso es meritorio”, puntualizó Candiotti.
Waldo Gardini, confesó que se hizo tambero de golpe en 2001, cuando decidió dejar el microcentro de la Capital Federal por la vida en el campo cerca de su pueblo natal, con la idea de hacer un tambo sin saber casi nada de vacas. Luego de una capacitación intensiva por el INTA, otros tambos y profesionales del sector, forjaron un cambio asombroso. “El PDT lo utilizamos para tener mejor calidad de información, que nos ayudan a planificar y cumplir mejor los objetivos”. “Waldo tiene una energía y unas ganas impresionantes, que lo convierten en un gran profesional del tambo; es un gran negociador y la planificación que hace de su tambo es un verdadero valor agregado”, señaló Candiotti.
Fuente: Ed. Nuestro Agro