En la metáfora de Eduardo Buzzi, Carlos Casamiquela puede ser un mejor interlocutor del sector. La Mesa de Enlace le cursó un pedido de audiencia.
El agro acogió con un voto de aprobación, y también con signos de cautela, los cambios en el gabinete nacional, hasta ahora el dato político saliente del regreso de Cristina Fernández a la Casa Rosada.
El desplazamiento de Guillermo Moreno, en primer orden, y la llegada de Jorge Capitanich a la Jefatura de Gabinete, junto con la de Carlos Casamiquela al Ministerio de Agricultura, sonaron en el sector como campanadas con mejor timbre.
El ascenso de Axel Kicillof al frente de Economía se estudia con cierto recelo y un mínimo compás de espera (“lo que importan son las políticas, más allá de los nombres”, se dice para encubrir una respuesta más terminante).
En la expresión de Eduardo Buzzi, de la FAA, a Casamiquela no hay que explicarle que el fuego quema y el agua moja: el hombre del Inta es un fino conocedor del paño agroindustrial. Y en esa interpretación, la mesa agropecuaria –que también integran CRA, la Rural y Coninagro– propuso de inmediato un encuentro con el nuevo ministro. Algo que, en muchos meses, no pudieron materializar con su antecesor Norberto Yauhar. Como indicador de esta urgencia, ayer las entidades cursaron un pedido de audiencia al nuevo ministro para exponer los “múltiples problemas” que enfrenta el sector y, en especial, la falta de rentabilidad.
En la carta dirigida a Casamiquela, se señala que “existen múltiples problemas atinentes a la producción agropecuaria nacional y a su comercialización, tanto interna como externa, que es necesario discutir en el marco de una relación del sector privado y público”.
El primer movimiento de la Mesa de Enlace apunta a retomar diálogo con la administración kirchnerista; pero en el peldaño inmediato se ubica la misión de encontrar cambios que revitalicen este andamiaje económico.
Los nuevos hombres fuertes del gabinete, sin embargo, salieron a negar cambios bruscos en la política económica.
El jefe de Gabinete adelantó algunas definiciones sobre las cuales el sector podrá tomar nota: continuará la flotación “administrada” del tipo de cambio; el Gobierno apuntará a lograr no menos de 95 mil millones de exportaciones en 2014 y superar los 100 mil millones en 2015 (lo que no podrá hacerse sin inversiones y rentabilidad en el agro).
Capitanich aludió a un sistema de negociación con todos los actores de las cadenas de valor, con el objeto de lograr una solución de carácter estructural (de nuevo, no podrá hacerse sin una genuina representación de los productores).
En la misma línea, citó que con Casamiquela en su puesto, trabajarán sobre la cadena de valor (producción primaria, industria, distribución) y en ese contexto tendrán participación todas las instituciones. “Todos los sectores están convocados, pero en la cadena de valor”, mencionó.
Un mensaje para que, desde la vereda de los productores, se evalúen las estrategias de negociación.
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