El presidente del Centro de la Industria Lechera, Miguel Paulón, analizó el mercado internacional, el interno, los adelantos en capacidad instalada y la necesidad de mejorar las ecuaciones económicas de los productores.
Termina 2012, la afección climática, la crisis política, el reclamo tambero y la espera del ordenamiento generan un espacio para el balance, con la mirada industrial.
“Uno de los aspectos más relevantes del año ha sido, claramente, la cuestión vinculada con la caída de los precios en el mercado internacional, que por la participación que tiene la lechería argentina, termina impactando en la totalidad de los números de la producción. Esto tiene que ver con que, al encontrar peores precios en el mercado internacional, se vuelca más producto al mercado interno y de ahí, se pesca rápidamente la situación y termina definiéndose los precios vía bonificaciones, ofertas especiales, lo cual termina anulando la posibilidad de sostener otros precios en un mercado interno tan ofertado”, analizó ante LA OPINION, Miguel Paulón.
Mientras que “desde las industrias sostenemos que el consumo interno se ha sostenido respecto a 2011”, el presidente del Centro de la Industria Lechera avanza su mirada hacia que “esto originó toda la tensión con los productores, quienes a la vez recibieron el impacto con los aumentos de la soja y del maíz, que a causa de la sequía en Estados Unidos, treparon a precios poco comunes y eso termina generando una situación que ya comenzó a impactar en la alimentación del ganado a partir de marzo-abril de este año”.
Es entonces que el cúmulo de condiciones “hace que percibamos a esta altura del año, un segundo semestre con menor producción, entre inundaciones y abundantes precipitaciones, con un impacto que hace visualizar en consecuencia, una entrada al primer semestre de 2013 con producciones menores a lo esperado”.
Concretamente el volumen procesado este año será muy similar al anterior y lejano a las ansias de crecimiento. “Prevemos para 2013 un mercado interno sostenido, que va a mantener su capacidad de compra; y un mercado internacional que todavía no ha terminado de decir su última palabra, porque cuando se ve que hay alguna pequeña reacción, claramente estamos observando que gracias a la gran oferta de Nueva Zelandia que las cifras siguen definiéndose poco a poco”, en referencia al descenso que esta misma semana registró la leche entera en polvo en la subasta de Fonterra con 3.170 dólares por tonelada, retrayéndose 3,5 por ciento.
La incertidumbre del mercado internacional, sumada a la fluctuación climática lleva a que “las industrias antes de procesar menos volumen, para después tener que retomar ese ritmo, siempre optan por el máximo de capacidad de proceso”, con lo cual se están dando diversas ofertas o compromisos de suba por litro, que en nuestra región llegan a los cinco centavos, para la leche liquidada en noviembre y similar suma para la de diciembre. Hay un avance para el resguardo del movimiento industrial y en esto, mínimos beneficios pueden obtener los productores.
Por otra parte, “hay muchas inversiones que están en marcha, silenciosamente se están llevando a cabo, muchas a causa de las inversiones generadas por la línea de Créditos del Bicentenario; y en otros casos, por producto de la capacidad inversora de las casas matrices, para las que tienen integración internacional”, uno de los ejemplos es el de Williner que tomó un préstamo a 12 meses por 7,5 millones de pesos para obras destinadas al procesamiento de suero en las plantas de Arrufó y El Trébol. Entonces, desde el CIL, “estamos contabilizando que hacia la primavera de 2013 vamos a estar disponiendo de una capacidad instalada del orden de los 4,5 millones de litros por día, en todo el país. A pesar de la salida de inversores internacionales, que tenían proyectos muy interesantes como es el caso de Agropur, en La Lácteo, vamos a estar llegando a sumar ese volumen. Si a eso sumamos los procesos de automatización que ese están llevando a cabo, van a terminar traduciéndose en mayor capacidad de elaboración, por esto estamos en condiciones de responder a un potencial crecimiento de la producción, si se dieran las condiciones necesarias, con la consecuencia que los productores puedan recibir más ingresos”.
RECONOCIMIENTO
Miguel Paulón reconoce para concluir un retraso en las ecuaciones de los productores. “Cuando uno observa el promedio de precios del año 2011, con los del año 2012, se puede ver que el crecimiento estuvo en el orden del cinco por ciento. La verdad es que eso está por debajo de lo que definieron los costos para este año productivo. El aumento en el valor de la alimentación, en los alquileres de los campos, claramente impactó de manera importante entre los productores”.
Por Elida Thiery
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