#Argentina: El ajuste llegó a la cadena láctea

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Los eslabones atraviesan una suba de costos. La exportación, clave durante 2011, ha perdido rentabilidad.
La cadena láctea está cerrando 2012, seguramente, con mucha preocupación. A lo largo del año se han producido importantes ajustes de precios (en términos reales) tanto en la leche cruda pagada al productor, como en los productos lácteos que adquiere el consumidor final.Los mayores ajustes se encuentran en la leche cruda. Su poder de compra en términos de bienes y servicios domésticos ha caído un 21 por ciento entre mayo de 2011 y noviembre de 2012 (18 meses).
Los menores precios de la leche han vuelto a poner a los tambos, especialmente los menos eficientes, en un escenario delicado en materia de rentabilidad, la que en muchos casos estaría ya en terreno negativo.
Los precios de los productos lácteos (consumidor final), por su parte, están creciendo en términos nominales, pero a un ritmo menor al que crece el resto de precios de la economía. En estos productos, la caída en términos reales está en el orden de nueve por ciento (entre mayo 2011 y octubre 2012).
Efecto tijera. El ajuste de precios que ha hecho la cadena surge debido a sus problemas para colocar toda la leche producida en los mercados (externo e interno).
El negocio de exportación, que había sido clave en el 2011 para canalizar los excedentes de producción de ese año, se está reduciendo hacia fines de este año (en litros de leche equivalente colocada al mundo) por un “efecto tijera” que viene recortando la rentabilidad de este tipo de ventas. Por un lado, el deterioro de los precios internacionales; por el otro, el crecimiento de los costos en dólares de producción y transporte en el país.
El aumento de costos en dólares puede apreciarse por caso en las retribuciones de los trabajadores de la industria láctea. Según estimaciones realizadas en base a convenios colectivos del gremio (Atilra), el costo laboral de la industria láctea (en dólares) ha crecido en promedio un 58 por ciento más que el precio internacional de la leche entera en polvo entre abril de 2006 y la actualidad.
El gran desfasaje entre estas variables se ha producido en los últimos 18 meses por combinación de menores cotizaciones externas, importantes aumentos salariales otorgados y una tasa de devaluación del peso que está muy por debajo de estos últimos.
Por su parte, al mercado interno le resulta muy difícil absorber mucho más leche de la que venía demandando. El consumo de lácteos (litros de leche equivalente) se encuentra ya en niveles altos, cercanos a los 220 litros de leche por habitante.
De acuerdo con estimaciones propias, el consumo per cápita habría crecido solo 2,2 por ciento este año, a pesar de la fuerte baja en los precios reales de los lácteos.
En el segundo semestre de este año la producción de leche cruda ha dejado de crecer.
La duración y profundidad de este nuevo ciclo descendente dependerá de, entre otros factores, lo que suceda con los precios internacionales de los lácteos, de la relación entre la tasa de devaluación del peso y la tasa de inflación doméstica y del crecimiento de la economía argentina.
Un riesgo latente. Una recuperación de precios internacionales, una mayor convergencia entre las tasas de devaluación e inflación y una economía interna más dinámica podrían atenuar la profundidad y duración del ajuste de producción que empezó a hacer la cadena.
Si bien estas variables pueden eventualmente mejorar el año entrante y generar cierto alivio para la cadena, resulta importante advertir que la continuidad de la inflación representa un serio problema.
La inflación expone a las empresas exportadoras al riesgo de que los ingresos por ventas (que dependen del tipo de cambio) no sean lo suficientemente altos como para hacer frente a los costos domésticos (que tratan de seguir al resto de precios de la economía).
Este riesgo de descalce, que es adicional al riesgo de mercado que enfrenta toda emprendimiento, tiene seguramente un impacto negativo sobre las decisiones de inversión y los planes de expansión de las empresas existentes.
La inflación genera además tensiones adicionales entre los eslabones de una cadena que ya, por el propio producto que genera (altamente perecedero) y las tecnologías que utiliza (con alto componente de especificidad), se caracteriza por elevados costos de transacción y la posibilidad siempre latente de que se presenten conductas oportunistas frente a cualquier desbalance en el mercado.
Informe elaborado por los economistas Juan Manuel Garzón (jmgarzon@ieral.org) y Nicolás Torre (ntorre@ieral.org) del Ieral de la Fundación Mediterránea.
http://www.lavoz.com.ar

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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