Argentina: ¿Cuánto cuesta cada empleado lácteo?

Las industrias calculan en 45 mil pesos los gastos laborales por empleado al mes
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Las industrias calculan en 45 mil pesos los gastos laborales por empleado al mes
Es la cuenta que hacen muchos a la hora de contar todos los aportes, salarios e incluso el pago de impuestos para tal fin. La crisis lechera vista desde los números de la industria, con el desafío de superarla y generar beneficios para todos los eslabones, incluyendo trabajadores y tamberos.
Por Elida Thiery (especial para Lechería Latina) – La historia de la lechería argentina ha trascendido fronteras y crisis de manera constante, sin embargo, está ya generalizado el análisis de un momento de quiebre el de estos meses, más allá del contexto internacional, por las condiciones que se plantean en lo político y económico para trabajar desde la producción de materia prima, hasta la venta de productos al consumo directo.
Bajos precios para la leche en la salida del tambo, inflación irrefrenable en productos terminados, pero también en costos de producción y servicios anexos a la actividad, falta de exportaciones y los pocos negocios que se hacen, con precios ínfimos que recién hace unas semanas empiezan a levantarse desde comienzos del año. Humores enrarecidos y falta de respuestas se combinan en ámbitos cada día más complejos.
La realidad es que los tamberos cobran este mes, por la leche de agosto, entre 30 y 50 centavos menos por litro, dependiendo de las industrias y en el caso de SanCor, los precios de los sólidos se mantienen, pero ante el impacto anticipado de la primavera, las liquidaciones se presentan con indicios de baja, a pesar del esfuerzo de mantener el precio a los asociados.
Las descripciones sobre la situación asombran, porque a diferencia de otras crisis se nota una resignación generalizada, ante la falta de reacción de quienes podrían tomar decisiones. Por eso se habla de «un colapso nunca antes visto», en donde «hay muchas Pymes que están a punto de salir del mercado», a lo que se puede sumar una similar situación para los tambos, que lenta pero consecuentemente dejan la actividad, se transforman en empresas agrícolas o directamente venden todo y aportan a la concentración del sistema, porque en la Argentina se sigue produciendo lo mismo que hace 15 años, pero a través de menos explotaciones y con falta de inversión en nuevas líneas de expansión que puedan haber logrado las industrias de todos los tamaños.
«Todos los mercados están destrozados y el sistema está jugado», luego de un daño importante que se hiciera en julio, no con la protesta de productores, pero sí con la resignación a la hora de tirar leche y de entender así entre muchos que estaba dada una alternativa de liberar mínimamente al mercado.
Mientras el Gobierno Nacional no entiende que no hay riesgos para el mercado interno y por ese motivo no abre la frontera, ni facilita mercados, hay números que agobian. Se habla mucho del precio por litro al productor, pero a veces no se hace la cuenta en sentido inverso, sobre los costos que tiene la industria.
Hoy por hoy quienes procesan la materia prima, en grandes industrias, pero también en las pequeñas y medianas tienen un costo fijo, que es el laboral que cada vez representa un mayor porcentaje a la hora de cubrirlos y que influye a la hora de calcular el precio de pago por litro al productor, porque por más que muchas ya hagan la discriminación sugerida por la liquidación única, es inevitable hablar de precio por esta medida.
Cuestión de números
Que las cuentas deben ser más equitativas en la cadena láctea es indudable, pero también esto está ligado a la fuerza de las partes en la lucha por conseguir mejores beneficios.
La industria fue siempre el más poderoso de la cadena, pero con los años la fuerza gremial de los trabajadores lecheros supo imponerse para ordenar con justicia los ámbitos de trabajo, los derechos y obligaciones de cada parte. De esta manera además de subir la relación del pago de sueldos, también lo hicieron las cargas sociales y todos los compromisos legales de empresas que debieron ir ajustándose a los distintos encuadramientos propuestos con el paso del tiempo. Así la industria amplió sus aportes, pero también la devolución en dinero de todo el esfuerzo puesto por quienes hacen los productos, aunque el mismo proceso no se haya dado mirando a los tamberos.
Hoy por hoy, con una paritaria de 31 por ciento, con un pago extraordinario de 26 mil pesos, los trabajadores lecheros tienen en sus manos uno de los mejores acuerdos de la actualidad, salvo por la falta de reclamo que se hace por la quita de ganancias, con un silencio con sentido político que quizá se termine después de diciembre, dependiendo de quién gane el lugar de Presidente.
Hoy los sueldos de los lecheros, incluyendo horas extra y el cumplimiento de horarios rotativos promedian los 20 mil pesos, ante esto los industriales expresan que “la gente tiene que ganar buenos sueldos, pero esto ya es un abuso, para un solo sector de la industria”. Ese tipo de respuestas es similar en grandes, pequeñas y medianas empresas, porque en la evaluación entra el sueldo de bolsillo, los aportes sociales y de tributos obligatorios, además de ART, amortizaciones por despido, proporcional de vacaciones, e incluso el aporte solidario (una suma obligatoria por mes y por empleado). En esta línea algunos industriales hablan de un costo de 45 mil pesos por mes, por empleado, que sumando cantidad de fuerza laboral genera un costo fijo y constante muy importante dentro de las cuentas del negocio. Hay otros que dicen que hoy por hoy, con precios por el piso, el costo laboral está situado por sobre los 22 centavos, en referencia a cada litro de leche.
El debate sobre la disparidad de las paritarias, entre grandes y chicas se profundizó este año, cuando incluso en dentro del Centro de la Industria Lechera la ruptura se hizo concreta por este tema a mediados de año. Es más, hace pocas semanas Apymel trasladó su preocupación sobre esta disparidad a la Nación. En concreto, con un 15 por ciento de aumento ya asignado, para el mes de diciembre y en este contexto de falta de rentabilidad general, con un mix de inflación, se sumará un 16 por ciento más para los salarios, además del aguinaldo, lo cual hará muy complejo el cierre de las cuentas de 2015. Por eso se está pidiendo que el último aumento se traslade a enero o febrero, e incluso hay gestiones para correrlo hasta marzo o abril, para alivianar la carga que significa esto en las cuentas, sobre lo cual al momento no hay novedades.
Obligatorio
Desde 2009 Atilra consiguió una cifra extraordinaria de aporte por parte de las empresas, con la intención de invertir eso en la salud gremial, a través de Ospil.
Correspondiendo al 20 por ciento de la categoría A, hoy el aporte solidario supera ampliamente los dos mil pesos, mucho más los 1.800 pesos de hace un año atrás y a partir de diciembre llegará a los 3.400 pesos por empleado y por mes, que todas las industrias, salvo las incluidas en un reclamo judicial impulsado por Apymel, abonan todos los meses, más allá de los salarios. Es por eso que se reclama, ya que son varios los que refieren a que no hay ninguna ley que permita que las empresas aporten dineros de manera directa a los gremios, añadiendo que los fondos muchas veces se han derivado a temas publicitarios y de promoción de Atilra.
Es por todo esto que el aporte solidario, obligatorio, es uno de los mayores puntos de debate.
Las industrias deberán ajustar sus cuentas, esperar el nuevo destino económico del país, adaptarse a nuevas reglas e intentar seguir adelante, con la obligación de encaminarse hacia un desarrollo lechero donde los trabajadores y los tamberos sean parte de una misma evolución, donde todos ganen y los beneficios puedan ser conjuntos, realmente.
Elida Thiery

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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