Argentina: Cotagú y el frigorífico Rural, víctimas de una política agropecuaria que fracasó

Ambas empresas fueron creadas para darle valor agregado a la producción pecuaria de Gualeguaychú.
Share on twitter
Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on email

Ambas empresas fueron creadas para darle valor agregado a la producción pecuaria de Gualeguaychú. A lo largo de los años soportaron muchas crisis, pero no lograron sobrevivir a 12 años de una política que con el argumento de defender el precio de los alimentos llevó a la quiebra a cientos de frigoríficos y ocasionó el cierre de miles de tambos en el país.
“El gobierno no ha sido creado para hacer ganancias, sino para hacer justicia; no ha sido creado para hacerse rico, sino para ser el guardián y centinela de los derechos del hombre, el primero de los cuales es el derecho al trabajo, o bien sea la libertad de industria”, dijo Juan Bautista Alberdi (1810 – 1884) quien fuera un político, jurista, y escritor argentino cuyo pensamiento fue la principal influencia en la elaboración de la Constitución Argentina de 1853.
Una década de manoseos en el mercado interno y externo de la leche y la carne, hicieron que estas dos Pymes de nuestra ciudad, sufrieran una decadencia inevitable, que desencadenó en la quiebra del Frigorífico Rural en 2012 y terminara arrinconando a Cotagú en un callejón sin salida.
Tanto el Frigorífico Rural fundado el 25 de octubre de 1985, como la Cooperativa Tambera que fue creada en 1956 por un grupo de tamberos asociados, fueron concebidas con la intención de darle valor agregado en origen a la producción pecuaria de la ciudad.
El Matadero era del tipo consumero, es decir que su faena era destinada al abastecimiento en el mercado interno de carne vacuna además de vender menudencias, prestar servicios a terceros de faena, para cadenas de supermercados, o de carnicería entre otros, que llegó a generar 32 puestos de trabajo directos.
La decadencia de la floreciente industria de la carne comenzó a dar sus primeros tropiezos en los años 90 en donde de 999 establecimientos sobrevivieron 337, por lo cual la disminución fue del 66 por ciento en el país, lo que para nuestra provincia representa una disminución del 40 por ciento.
En la década posterior se produce una alta concentración de los frigoríficos en manos extranjeras, con lo cual comenzó un proceso de desinversión argentina en esta actividad, pero lo que generó un contexto desfavorable para una mediana industria como el Frigorífico Rural, fue el constante cierre de las exportaciones de carne, con el fin de asegurar la carne barata en las góndolas de los supermercados.
La medida daba resultados en los primeros meses, porque los frigoríficos exportadores, sobrestockados de carnes, tenían que salir a venderla en el mercado interno, para poder financiarse, dejando fuera de competencia a los pequeños y medianos frigoríficos.
Esta constante intervención provocó el desaliento de la actividad ganadera, y pronto el stock de ganado se redujo costando mucho más conseguir el animal en pié adecuado con destino a la faena.
Los empresarios del Matadero, intentaron revertir la situación crítica que comenzó a vivir la empresa a partir del 2011, con la incorporación de un nuevo socio de Buenos Aires, pero pese al esfuerzo y la buena voluntad, el contexto económico nacional no ayudó y finalmente el frigorífico tuvo que cerrar sus puertas en 2012, al igual que otros 120 en todo el país dejando en la calle a 12 mil operarios.
El 7 de mayo del 2013 el Juzgado Civil y Comercial N° 1, a cargo de la doctora Valeria Barbiero de Debeheres, declaró la quiebra del Matadero.
El pedido se realizó a raíz del reclamo por la falta de pago de créditos de origen laboral por parte de varios trabajadores y finalmente la quiebra acumuló una deuda que supera los 10 millones de pesos con 70 acreedores entre públicos, privados y laborales.
Hoy se abre una nueva esperanza de reapertura de la planta con la llegada de empresarios que intentan conseguir el avenimiento, es decir recuperar la actitud comercial del Frigorífico para que la quiebra quede sin efecto y volver a la normalidad tras la conformidad del ciento por ciento de los acreedores.
Cotagú en terapia intensiva
El 9 de diciembre del año pasado la Cooperativa Tambera presentó en el Juzgado Civil y Comercial Nº 3 a cargo del doctor Víctor Arakaki, secretaría del doctor Ricardo Mudrovici, la apertura del concurso preventivo para poder congelar su pasivo y evitar acciones legales de sus acreedores.
Con esta acción, Cotagú logró parar el pedido de remate de la Administración Tributaria de Entre Ríos (ATER) que mediante edicto judicial publicado en octubre del año pasado por el Juzgado en los Civil y Comercial N° 1, había dado curso al pedido de remate de la ATER para cobrarse una deuda impositiva de 180 mil pesos, que la empresa láctea tiene desde años con el organismo provincial.
Una vez abierto el concurso, que pasó al Juzgado Civil y Comercial Nª 3, determinó que la deuda con los acreedores de Cotagú supera los 51 millones de pesos entre más de 115 acreedores públicos y privados.
La firma tendrá tiempo hasta el 15 de octubre para proponer la forma de pago con cada uno de sus acreedores.
Entre ellos están los 46 empleados cuya deuda total es de 2.550.000 pesos en cuanto al pasivo de salarios adeudados, según consta en el expediente del concurso preventivo.
La etapa crítica de Cotagú, se inició en el 2008, cuando comenzó a tener dificultades para poder conseguir leche en la cuenca departamental y no poder competir con las grandes empresas lácteas del país. Estas recibieron millones de subsidios del Estado Nacional a través de la ya desaparecida ONCA, cuyo objetivo era generar fondos compensadores para mantener precios populares en góndola. Los malos manejos, derivaciones de fondos y la corrupción, hicieron de la ONCA un agujero negro para las finanzas del Estado, que pese a derivar fondos a los tambos y usinas lácteas no siempre llegaban con la actualización adecuada y en el tiempo necesario para que una Pyme como Cotagú pudiera financiar sus costos operativos.
Hoy revertir el déficit, cumplir con los plazos judiciales para llegar a un acuerdo con los acreedores antes del 15 de octubre y así evitar el remate de la propiedad, es muy difícil si Cotagú no llega a una cuota productiva de 70 mil litros de leche diarios, es decir que debe procesar 40 mil litros más por día, a lo que está elaborando en la actualidad.
Conseguir ese volumen en una cuenca lechera en donde compiten por esa materia prima las grandes empresas lácteas del país, será difícil.
Cotagú fue víctima de una política pecuaria cortoplacista, que golpeó duro a una empresa de la economía social que se gestó por tamberos asociados en 1956, quienes jugaron un papel fundamental en el desarrollo de la cuenca lechera departamental. No obstante otras variables pusieron en una encrucijada financiara a la cooperativa, entre ellas la falta de visión empresarial y mala administración, hicieron también que Cotagú nunca pudiera retener a los grandes productores lecheros que alguna vez fueron socios y hoy son los grandes actores del mercado local. El tiempo ahora dirá si Cotagú logra salvarse de la quiebra.
POR DIEGO ELGART
EL ARGENTINO
http://www.diarioelargentino.com.ar/

Mirá También

Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas