Tras la presentación del pedido de “empresa en crisis” al Ministerio de Trabajo de la Provincia, los rumores de una posible renuncia del gerente de la Cooperativa, agudizan el mal momento que atraviesa la empresa. Piden nuevamente la cuerda de salvataje del Estado.
De un común acuerdo con los empleados, el Sindicato Atilra y el Consejo de Administración de la cooperativa, la planta redujo la productividad, desde el mes pasado, un 40 por ciento al no trabajar los miércoles y sábados.
La situación de la Cooperativa es nuevamente asfixiante financieramente, a pesar de desenvolverse en un contexto donde hay demanda en el mercado para sus productos. Con una capacidad de procesar 100 mil litros de leche por día, apenas alcanza el 25 por ciento de esa capacidad, produciendo una situación de escaso margen de maniobras y el peligro de acumular más deudas impositivas.
La Cooperativa necesita entre 56 a 60 mil litros de leche diarios para poder revertir su situación financiera y algunas reformas dentro de su estructura, como bajar costos en la logística que mayoritariamente suele hacerse con terceros contratados.
A través de sus ciclos constantes de crisis, desde que la Tambera comenzó a operar en el mercado en 1956, fue tildada por los mismos productores como “mal pagador” y esto generó que cada vez que la empresa quería levantarse y contaba con dinero líquido para la compra de leche, los tamberos se vieran reticentes a la venta, y preferían buscar otros compradores.
La cuenca lechera del departamento Gualeguaychú, se ubica en un punto estratégicos para las usinas lácteas líderes del país, como la Sibila, SanCor y la Serenísima. El epicentro de esa cuenca lechera se encuentra en Aldea San Antonio y San Juan, en la cual hay familias tradicionales con años en la actividad, y con una excelente inversión en mejoras genéticas del rodeo y praderas. Esto hace que la leche de nuestra cuenca sea solicitada por las marcas líderes del mercado y hasta la misma Cotapa, que a partir de este año comenzó a comprar leche en los tambos locales.
El destino de Cotagú es una triste ironía, porque fueron esos tamberos asociados en 1956, quienes jugaron un papel fundamental en el desarrollo de la cuenca lechera departamental, pero por falta de visión empresarial, mal administración, y crisis económicas, Cotagú nunca pudo retener a los grandes productores lecheros que alguna vez fueron socios y hoy son los grandes actores del mercado local.
Esta semana, fuertes rumores de una posible renuncia del actual gerente Ricardo Ebel, agudizan más la situación de la empresa de la economía social, que obligará al Consejo Directivo a tener que nombrar a otro gerente, en un contexto de crisis en la que la cooperativa necesitará más que nunca el compromiso de la dirigencia , que deberá tener una gran capacidad proactiva, de negociación y gestión, con el objetivo de lograr que el Estado provincial o Nacional vuelva a inyectarle dinero fresco a la usina láctea.
La única salida de Cotagú, es la de volver a llegar a 80 mil litros diarios de producción durante 60 días, tiempo suficiente para reencausar las finanzas de la empresa y seguir en carrera. Aún no se sabe con precisión de dónde vendrá el dinero, si desde la Provincia o de la Nación, pero si se prevé que el flujo para la capitalización tendrá que ser millonario, de lo contrario la firma no podrá revitalizarse, las fuertes de trabajo correrán peligro y la convocatoria de quiebra será inevitable.
La situación de crisis, de la Tambera, ya es de conocimiento del subsecretario de Lechería de la Nación, Arturo Videla, quien en octubre del año pasado, en ocasiones de haber inaugurado la planta elaboradora de ricota, destacó el esfuerzo de los empleados para levantar la empresa, y ahora, estos, nuevamente vuelven a ser la variable de ajuste al tener que resignar parte de su sueldo al no poder trabajar los seis días de la semana.
La semana que viene será clave para que el Ministerio de Trabajo de Entre Ríos, se expida sobre la aceptación o no de la declaración de “empresa en crisis”. Para esto ya fueron elevados los balances del último trimestre de la empresa y el de años anteriores para hacer comparaciones interanuales del mismo período.
POR DIEGO ELGART
EL ARGENTINO
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