La Asociación de Exportadores de Fórmula Infantil de Nueva Zelanda (NZIFEA, siglas en inglés) firmó el martes un memorándum de entendimiento con el Grupo de Certificación e Inspección de China para proteger el país de la etiqueta de origen y garantizar la calidad de la leche para lactantes.
Fonterra, el gigante lácteo de Nueva Zelanda, estuvo involucrado el pasado agosto en un escándalo relacionado con fórmula infantil contaminada en China. Aunque no hubo información sobre bebés enfermos tras haber consumido el producto adulterado, el revuelo dañó la reputación de la marca extranjera entre el público.
Michael Barnett, presidente de la NZIFEA, aseguró que los productos lácteos de Nueva Zelanda sufrieron un bajón de sus ventas en China tras el altercado.
Barnett agregó que la asociación trabajará con la parte china para garantizar que la fórmula infantil con etiquetas de Nueva Zelanda vendida en China proceda de Nueva Zelanda y que es segura para las madres y los bebés.
En la actualidad, la NZIFEA cuenta con 20 miembros, entre los que se incluyen a las grandes marcas de fórmula del país. Los representantes de las firmas visitaron China entre el lunes y el martes para restablecer la reputación de la marca y expandir en mayor medida los mercados de consumo en el país asiático.
Las estadísticas mostraron que se importaron 132.000 toneladas de productos lácteos desde Nueva Zelanda a través del distrito aduanero de Shanghai durante los primeros siete meses del año, lo que supone un 41,7 por ciento del total, un 1,6 por ciento más interanual.
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