Aprendizaje no sólo para las cooperativas

Las razones de la crisis de SanCor son múltiples, de larga data, internas y externas, y nadie puede hacerse el desentendido.
Share on twitter
Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on email

Desde su fundación en 1947 hasta 1985, las “cooperativas unidas” crecieron sumando producción, industrialización y puestos de trabajo en función de financiamiento oficial e inflación, capitalizando excedentes.
En los ’80 vimos la multiplicación de las tasas de interés y el reinado de las finanzas y, agotada esa fuente, desde 1985 a 1989 por única vez Sancor capitalizó parte del precio a sus productores.
En esos años, procuró disminuir sus costos y transfirió a las cooperativas primarias el transporte de la producción e inició un proceso de fusión de las cooperativas primarias –creadas para producir crema/quesos– y las fortaleció para prestar otros servicios a sus productores.
Sin embargo, eso no alcanzó y en 1990 entró en crisis, despidió a su gerente general, que les había advertido que entrarían en cesación de pagos si continuaban pagando el precio que pagaban por la leche recibida, lo que finalmente ocurrió.
Superada esa crisis, lo que implicó reducir sus precios y la desaparición de muchos tambos pequeños, se lanzó sin lógica ni medida en un proceso de inversión con financiamiento del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional con la meta de llegar a seis millones de litros/día de capacidad de procesamiento, cuando recogía tres millones.
El “uno a uno”, la apertura de importaciones y la subvaluación del dólar, nunca permitieron que superara los 4,5 millones de litros/día, con la consiguiente capacidad ociosa mientras que el taxímetro de los intereses crecía inexorablemente. Tras la crisis de 2001/2003, la situación mejoró temporalmente por la devaluación, pero seguía complicada por el volumen de su deuda.
Soros, Kirchner, Chávez
En 2006, se precipitó una nueva crisis. George Soros (Adeco Agro) intentó comprar el 62,5 por ciento de la cooperativa por 120 millones de dólares, y el Gobierno nacional­ eligió que el Grupo Esquenazi –dueño de los Bancos de Santa Fe y Santa Cruz y luego accionista forzado de Repsol-YPF– se hiciera del control. Pero apareció Chávez y a fin de año le aportó 80 millones de dólares, con un interés del tres por ciento anual, sólo con un veedor y pagadero con leche en polvo a precios del mercado internacional y transfiriendo tecnología.
Luego de pagado ese préstamo, Venezuela siguió comprando con sobreprecios respecto del precio internacional, que la cooperativa siguió transfiriendo a sus productores, sin capitalizarse ni reducir su deuda. Mientras tanto, el precio internacional de la leche en polvo entera fue desde un récord de 5.300 dólares por tonelada, en mayo de 2014, a 1.500 dólares en 2015.
En el período previo, transfirió otras porciones de sus negocios a Fonterra y a la estadounidense Mead Johnson Nutrition la patente internacional de SanCor Bebé, lo que produjo resultados contables, pero la pérdida de activos intangibles.
A fines de 2015, cuando vi el balance de SanCor, demoré dos minutos en saber que ya no era viable, mientras tanto observaba en Sunchales un crecimiento explosivo y hasta opulencia, enormes instalaciones de Atilra (incluido un mega hospital de alta complejidad), elevados salarios, retiros “voluntarios” e injustificables de gerentes, y los precios de la leche un 20 por ciento superiores a los de la competencia.
Luego de eso, el presidente Macri rompió lanzas con Venezuela, que dejó de pagar y aunque el precio internacional subió a tres mil dólares, la situación empeoró y optaron por vender la línea de frescos a Vicentín –U$S 100 millones–, mientras las lluvias e inundaciones disminuían la producción a 1,5 millones de litros/día.
Para asegurar su supervivencia, las cooperativas deberán comenzar a manejar las épocas de bonanza en un mundo hostil, capitalizándose (económica, social y ambientalmente) sin caer en los beneficios individuales de corto plazo. El aprendizaje no es sólo para las cooperativas. Nuestro país y nuestra sociedad son también un proyecto cooperativo. La búsqueda de culpables en lugar de procurar soluciones nos podrían llevar a otra crisis de las que ya sabemos demasiado tras repetirlas cada 10 o 15 años.
Por Eduardo Ingaramo*
* Economista. Titular de la Comisión Asesora en Cooperativas y Mutuales del Consejo de Ciencias Económicas de Córdoba.
http://www.lavoz.com.ar/negocios/aprendizaje-no-solo-para-las-cooperativas

Mirá También

Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas