El 2017 en Mendoza finalizó con una inflación de 24,6%, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la DEIE. Sin embargo, por lejos de ese número, entre diciembre de 2016 y diciembre de 2017, los precios de los productos lácteos fueron los que más aumentaron.
Según los economistas, y coincide con la descripción de Facundo Biffi, director de la Dirección de Estadísticas de la provincia, la crisis que afecta a la cuenca lechera del país impacta en los precios considerablemente, sobre todo luego del conflicto de Sancor.
Así las cosas, y según el relevamiento de precios que lleva adelante la DEIE, uno de los productos que más movió su precio fue el yogur bebible, que en el período analizado aumentó 37,15%. El que le siguió fue la leche en polvo descremada que subió 33,46% y el precio del queso rallado estuvo muy cerca de este último ítem, y en un año su valor se incrementó 33,31%; mientras, el sachet de leche entera o la larga vida, estuvo cerca del nivel general de precios de los alimentos, que según Biffi fue del 24,63%.
Más allá de esto, dentro del análisis que realizan de precios de alimentos de la Dirección de Estadísticas, otros productos también experimentaron subas considerables y por encima del nivel general (24,63%) como fue el caso del café envasado (34,98%) y el pan envasado (30,84%).
Pero además de ellos, en el análisis de precios que realizó Biffi, también mostró el otro lado de la balanza, que trata esos productos que aumentaron menos que el promedio.
De este lado -según explicó el director de la DEIE- llama la atención el comportamiento que tuvieron los precios de la carne. En promedio, tomando en consideración los valores de todos los cortes, el incremento estuvo en el 17%, 7 puntos por debajo del nivel general de incremento de la inflación. En ese valor o también por debajo del 17 por ciento, se ubicaron cortes de consumo masivo, como fue la carne para milanesa, osobuco, carne molida, entre otros.
No obstante, advirtió el funcionario que al analizar los valores de punta a punta -diciembre 2016 versus diciembre 2017- en lo que respecta a frutas y verduras la suba fue similar o un poco por encima del promedio de la economía. Para Biffi, esto tiene dos explicaciones: una es la estacional y la otra es que los incrementos de precios van muy de la mano de los cambios de hábitos de los mendocinos, que cada vez consumen más estos productos relacionados a la vida saludable, y esto hizo aumentar la demanda y los valores.
Hay que tener en cuenta que la dieta de los argentinos se basa en tres productos estrellas: panificados, harina y carnes. En este sentido, y en lo que respecta a harina, Biffi especificó que los productos como arroz, fideos, cereales, aumentaron por debajo del nivel general, y no mostraron grandes subas y sobre todo por debajo de la inflación 2017.
Motivos de los aumentos
Para Biffi el incremento de precios de los lácteos está íntimamente relacionado a la crisis que experimentó el año pasado Sancor que provocó que discontinuara la producción de muchos productos y otros tantos llegaban en menor medida a la góndola de los supermercados.
“Así fue que la competencia o la poca competencia, en realidad, provocó que los precios de los lácteos subieran más que el promedio”, remarcó el funcionario.
Rodrigo González, economista de Fundación Ideal, añadió que en el caso de este grupo de productos más allá de los incrementos generales que le pegan a todos los sectores, como es el caso del combustible, servicios e impositivo, el lácteo tiene particularidades que inciden y que se reflejan en el incremento de precios. Para el economista la suba del tipo de cambio fue fundamental. “Se trata de un sector que exporta, por lo que el valor de referencia de este producto es más alto en el mercado interno”, recalcó.
Por su parte, José Vargas, economista de Evaluecon coincidió con Biffi y sumó que en el caso de los lácteos lo que estimuló una suba considerable fue el impacto de los combustibles en el canal de comercialización. Según explicó “el flete es un eslabón muy importante dado que impacta en diversos puntos, como es el caso del traslado de la materia prima del tambo a la industria, y luego, de este sitio a los supermercados. Además se le suma toda la parte impositiva que tiene una incidencia en el precio muy importante”.
En el caso de las verduras y las frutas, para Vargas el año pasado fue particular. Según su análisis el incremento por encima de la inflación estuvo relacionado en algunos casos por cuestiones climáticas, pero también por las subas del combustible y de los servicios públicos, lo que marcó un acelerado aumento en los últimos meses.
En cuanto a fideos, arroz y legumbres, Vargas señaló que hay mucha más competencia a diferencia de los lácteos, y hay sustitutos en cuanto a marcas y precios.
Por ello, es que los precios se van manteniendo y aumentando en menor medida. No obstante, “hay una realidad, y es que los mendocinos optan más por segundas y terceras marcas, que son justamente las que menos aceleración han tenido en precios, mientras que las primeras -que son menos demandadas- sí se han incrementado por encima de la inflación o un poco menos”.
Finalmente, González aclaró que a pesar de los aumentos y de que la inflación aún sigue siendo alta, durante 2017 el poder adquisitivo de los mendocinos aumentó en 4 puntos, recuperando todo lo perdido durante 2016.