#Argentina: No hay crisis láctea, sino fuerte puja empresaria por su renta

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El conflicto lácteo, que la semana pasada tuvo un pico de alta tensión con una veintena de plantas tomadas en la Región Centro y tamberos tirando la leche en las rutas, entró en pausa pero lejos quedó de estar solucionado.
Todo lo contrario, el acuerdo logrado en Rosario la madrugada del viernes pasado es frágil y además dejó a las estructuras gremiales golpeadas frente a los propios productores.
El acuerdo es débil para los productores porque, tras semejante presión metida, del texto firmado con industriales y Gobierno surge que, en concreto, sólo se llevaron que la industria mantendrá “los precios sólidos pagados en mayo de 2012 hasta fin de año, expresados como precio mínimo” que son mejores que los actuales.
Pero aclaró que sólo pagarán aquellas “empresas que se encuentren en condiciones de hacerlo”, que por el alza de costos internos y la caída de precios globales no son todas. ¿Y las restantes? “Lo harán en la medida que se les facilite la gestión financiera por parte de los estados Provinciales y Nacionales”, dice el texto, pero no precisa ni pone fecha.
“Se asume el compromiso por parte del Estado nacional de gestionar los recursos necesarios que se darán como anticipo a la producción. Luego de finalizado el estudio de la competitividad de la cadena Láctea, que no excederá los 60 días, los mismo quedarán como aportes no reintegrables a la producción”, agrega sin precisión de monto, modo de cobro y fuente de financiación por parte de un Estado de cuentas en rojo.
Es por eso que no fue fácil para la dirigencia tambera volver con este acuerdo a las bases, luego de cuatro días de plantas tomadas y asambleas calientes en la zona de Rafaela y Sunchales.
Tampoco le fue mejor a la dirigencia láctea pro-Gobierno, que hace tiempo se había escindido del resto de las federaciones de tamberos blandiendo llegada directa al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y que en este caso también había fogoneado el conflicto contra las fábricas a la espera de una intervención a favor del Gobierno nacional que nunca llegó.
Todo lo contrario. El Gobierno venía ninguneando el conflicto al calificarlo primero como un conflicto entre privados, hasta que no lo pudo más y cuando lo hizo llegó con los números bien frescos que le dejó el Centro de la Industria Láctea (CIL) al ministro de Agricultura, Norberto Yahuar , y que mostraron que hoy no les sobra margen para subir el precio del litro de leche, como piden los tamberos.
¿Por qué se levantaron, entonces, los piquetes a las plantas? Por los $15 M de pérdidas que les supuso a los tamberos tirar la leche la semana pasada. Esperando, como había previsto la dirigencia (oficialista y no oficialista) un conflicto bien corto con rápida intervención oficial, se encontraron con que iban a cumplir una semana sin entregar leche y el monto de las pérdidas los asustó tanto como para tomar ese débil acuerdo como suficiente.
El problema, latente
Pero lo cierto es que si el conflicto emerge no es porque la producción láctea esté en crisis, sino porque la cadena puja por su renta. ¿Quién pone la diferencia entre el precio el $1.45/$1.60 que paga la industria y los $2 que necesitan los tamberos? Las fábricas no pueden, los productores dicen que así no pueden seguir. Queda el Gobierno nacional, que lo promete pero tiene cuentas en rojo y no da precisiones de cómo, cuánto y desde cuándo. Y mientras tanto queda todavía fuera de la mesa de negociación el sector de las grandes cadenas de comercialización, un sector que el Gobierno se resiste a convocar.
En efecto, un informe de CREA de mayo de 2012 muestra que en el caso del sachet de leche entera de un litro, el precio que afronta el consumidor es un 205% más caro que el recibe el productor; diferencia que llega a 275% en el caso del pategras y hasta 1.100% en el caso del yogurt cremoso de 220 cc.
En paralelo, la participación del precio del productor respecto del precio del consumidor bajó fuerte. En el caso de la leche en marzo de 2010 era del 42% y en enero de 2012 bajó al 37%, mientras que en los yogurts pasó en ese período de 15% a 10%.
¿En dónde se queda la diferencia? ¿En la industria o en las cadenas comerciales? Para responderlo, un informe de la Asociación de Pequeños y Medianos Industriales (Apymel) de octubre del año pasado encontró precios remarcados de hasta el 145% en los supermercados.
Por ejemplo, una fábrica de leche en polvo puso el producto en el depósito de un supermercado de Santa Fe en junio de 2011 a $17 (incluido IVA). Pero cuando el consumidor va a la góndola lo compra a $32, un recargo del 22%. Más ejemplos que señala el informe:
El queso cremoso sale a precio planchada de fábrica (IVA Incluido) en junio en Santa Fe a $15,90 y en la góndola estaba a $38,90, un aumento del 145%.
Para el queso tybo barra, el salto fue de 21,81 47,22, un alza del 116%.
Para el queso pategras, saltó de 29 a 56, un incremento del 93%
El que se lleva todas las palmas es el dulce de leche repostero, que saltó del 9,5 a 28,2, un aumento del 197%
Finalmente, el queso sardo estacionado sube de 30 a 70,5, un 135%.
Fuente: punto biz

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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