Un grupo de expertos investiga la obtención de envases plásticos a partir del excedente de producción de quesos, en una iniciativa que persigue la innovación y sostenibilidad contra en desperdicio de alimentos.
El proyecto, denominado ‘LIFE+ WHEYPACK’, trata de desarrollar envases plásticos para productos lácteos 100 % biodegradables y viables económicamente a partir del suero de leche derivado de la producción de queso, ha informado Ainia Centro Tecnológico en un comunicado.
La investigación, que cuenta con el apoyo del programa LIFE de la Unión Europea, está liderada por Ainia Centro Tecnológico (España) y participan como socios del proyecto Aimplas (España), Central Quesera Montesinos (España) y Embalnor (Portugal).
Según han calculado los expertos, el proceso de fabricación de una tonelada de queso genera una media de nueve toneladas de suero de leche, y sólo en Europa se estima que se producen anualmente 75 millones de toneladas de suero de leche procedente de los fabricantes de queso.
Aunque parte de este subproducto vuelve nuevamente a la cadena alimentaria para la realización de otros productos lácteos, «cerca del 40 % del suero es desechado y gestionado como residuo en las industrias alimentarias».
En este marco, el proyecto ‘LIFE+WHEYPACK’ trata de obtener un nuevo envase para productos lácteos «con materiales 100 % biodegradables» que permita un menor impacto ambiental, y «disminuir la huella de carbono de los envases plásticos tradicionales, procedentes de recursos no renovables como el petróleo, utilizando los excedentes de suero para generar el nuevo material del envase».
Según han concretado desde Ainia, el material sintetizado para la fabricación de estos nuevos envases será el polihidroxibutirato (PHB) que se obtendrá tras un proceso de fermentación de microorganismos a partir del suero de leche.
La «gran cantidad» de excedente de suero generado por la industria láctea provoca que este subproducto se convierta en «un problema de desperdicio de alimento para las empresas del sector», han apuntado.
Con este proyecto, el propio generador del residuo podría obtener un beneficio, dándole un nuevo valor añadido a este subproducto al convertirlo en material para envases de quesos «medioambientalmente sostenibles, viables económicamente y que cumplan las medidas de seguridad y calidad».
http://www.lavanguardia.com/
