Con los libros blancos listos y el acta de entrega-recepción casi por terminar, el director general de Liconsa, Abelardo Manzo González, asegura que deja una compañía paraestatal financieramente estable y con grandes posibilidades de crecimiento, no sólo para el abasto social, sino para emprender nuevos retos comerciales.
Entrevistado en sus oficinas centrales, el directivo explicó que en su breve paso por la empresa paraestatal, que duró tan sólo nueve meses, se enfrentó al reto de dar mantenimiento a las 10 plantas industrializadoras para mejorar su operación, mismas que se encuentran en mejores condiciones tras invertir 50 millones de pesos.
Manzo González consideró que el mantenimiento a las plantas debe incluirse en los temas prioritarios de la próxima administración, pues garantizar la operación de las plantas es garantizar el abasto para la población más necesitada.
“En temas de las plantas se suma el de los laboratorios, en donde se dieron las herramientas a los trabajadores para que pudieran tener un buen funcionamiento. Además de que se respetó la contratación-adquisición de vehículos, compra de la leche en polvo, venta de crema en la que participan siete u ocho empresas”, explicó.
A lo anterior, sumó el hecho de que se pueda mantener el precio de 5.50 pesos en 28 estados de la República; 4.50 en tres estados (Chiapas, Oaxaca y Guerrero) y 1 peso en los 616 municipios que identificó el Coneval como de pobreza extrema.
Parte de las cuentas claras que dejará la presente administración de Liconsa, se encuentra la buena relación que se logró con los más de 8,500 productores de leche, “se trabajó de manera buena y sobre todo de tener un diálogo de respeto y de tratar de agilizar sus demandas, lo cual fue de gran beneficio”.
Asimismo, expuso que la leche comercial se tiene que promover, ya que se distribuye con las instituciones de gobierno, a través de las tiendas del ISSSTE, IMSS, tiendas de la Defensa Nacional o Marina, o los hospitales, y con los gobiernos de los estados.
“La leche que vendemos no llega a las tiendas de autoservicio, y no es por falta de calidad, sino por un acuerdo de precios; pero si esto se hace con instancias de comercio, es posible lograr mayores ingresos, autonomía presupuestal y mayor fortaleza”.
Actualmente la empresa Liconsa tiene una venta de 1,100 millones de litros de leche anuales, de los cuales 500 millones de litros son nacionales y el resto es de importación en polvo.
Con esta decisión, el gobierno federal compra la leche a los productores en 7.20 pesos el litro, pese a que es mayor el gasto. Explicó que “el equivalente de un litro de leche en polvo nos cuesta 3.50 pesos promedio; mientras que el costo de la leche fresca que pagamos cuesta 7.20 pesos más todo el proceso que implica fortalecerla y darle los nutrientes a la leche para cumplir con el programa de abasto social, nos cuesta cerca de 8.40 pesos el litro”.
Agregó que los recursos fiscales que se destinan a Liconsa son 3,000 millones de pesos, mientras los recursos propios son de orden de 8,000 millones de pesos que provienen de la venta de la leche comercial y por la venta de crema, que también es importante.
La preocupación que deja el actual director de Liconsa es que en 10 días cambie la situación de los más de 4,000 trabajadores con los que cuenta la empresa paraestatal, pues “ahora con la nueva administración se quiere reducir lo que es la plantilla laboral”.
Cabe recordar que el gobierno de López Obrador creará Seguridad Alimentaria Mexicana, que estará a la cabeza de Ignacio Ovalle Fernández, y que dicha instancia buscará fusionar a Liconsa y a Diconsa.
