En el rostro de doña Elizabeth es evidente su preocupación. Esto, porque el precio de la leche está a un precio demasiado bajo que pone en riesgo el ingreso de más de mil productores en la parroquia Yanayacu del cantón Quero.
La crisis por la que atraviesan los lecheros es complicada. Hoy el costo del litro bordea entre los 20 y 25 centavos que no alcanza ni para financiar la alimentación de las vacas.
Doña Elizabeth sabe que la disminución en el costo se debe a la sobreoferta de leche en el país. A esto se suma que muchas empresas lecheras han bajado la cantidad de litros en su compra.
No menos preocupante es la sequía. La falta de lluvias genera falta de pasto y hierba, lo cual dificulta la normal alimentación del ganado. En su caso cuando sus animales están bien alimentados producen alrededor de 35 litros diarios pero hoy no sucede y se dispone de 25 litros.
A sus 69 años cuenta que el precio de la leche estuvo normal hasta septiembre del año pasado. En ese mes estuvo a 40 centavos el litro, pero desde octubre vino el descenso hasta llegar a febrero que oscila máximo entre 25 centavos.
“Está tan mal la actividad que a veces nos quedamos con bastante leche y no tenemos a quién vender. Solicito al Presidente de la República que regule el precio para poder sobrevivir”, sostuvo.
Este mismo panorama de malestar mostró Don Camilo. Se dedica al acopio y recolección de la leche de los productores. Trabaja directamente con las empresas, las cuales desde diciembre han reducido su cupo de compra. Antes adquirían 2.500 litros y hoy 1.500; es decir, la situación es grave, porque existe abundante leche en el mercado nacional.
Desconoce cuál es la razón para la sobreoferta del producto; sin embargo, pide al Gobierno Nacional que encuentre soluciones, caso contrario, el futuro del negocio es obscuro.
Como intermediario está comprando leche a los productores de acuerdo a los cupos disponibles. Si rebasa en la cantidad corre el peligro de perder económicamente, ya que este producto se daña rápidamente.
Don Camilo hizo un llamado a la población para que consuma leche y no prefiera alimentarse con gaseosas que perjudican a la salud. “Un litro leche es más sano que ingerir otra cosa”, dijo.
Otro de las personas que se dedica al acopio es Don Manuel. Él entrega leche a una de las empresas grandes, la cual a pesar de seguir comprándole, labora a base de cupos desde diciembre del año anterior. “Los cupos significan menor compra de leche. Antes vendía 3.500 litros, sin embargo, actualmente sólo 2.500”, indicó.
Tanto productores como intermediarios coinciden en que el negocio lechero se redujo, por la abundancia del producto y posiblemente por la importación desde Colombia y Perú. Frente a ello, piden urgentes soluciones para reactivar a este sector.
