La empresa láctea San Ignacio, que recientemente cobró trascendencia por exportar dulce de leche a Japón, anunció que invertirá alrededor de $ 30 millones para ampliar su capacidad de producción de quesos untables, traccionada por la demanda sostenida en el mercado interno.
Uno de los dueños, Alejandro Bertin, declaró al sitio Punto Biz que el desembolso apunta a “mejorar la productividad para abastecer una demanda que hasta el último balance de agosto nos hacía trabajar a full capacity”.
El inicio de la obra demandaría unos siete meses y, una vez concluida, la planta pasará a procesar un 30 % más de queso crema hasta alcanzar 300 toneladas mensuales. La iniciativa implicará ampliar la infraestructura edilicia, especialmente cámaras de frío, pero también la incorporación de tecnología. “El desembolso estimado es de $ 30 millones, pero como una parte del crédito es en pesos y otra en dólares por ahí los números se modificaron un poco. Pero esos eran las cifras originales”, explicó el empresario.
Los quesos untables que fabrica la empresa santafesina están destinados íntegramente al mercado interno. Y en la planta de Sauce Viejo también fabrican dulce de leche y queso azul, ambos con destino de exportación hacia unas 20 plazas en el mercado internacional.
Hace un mes, San Ignacio fue noticia nacional al cerrar el primer envío de dulce de leche a Japón con el envío de 3 pallets, que contenían 105 cajas de 12 frascos de vidrio cada una (un total de 3.780 frascos, con 1,701 kilogramos netos).
La láctea santafesina también fue protagonista en un acontecimiento político a nivel internacional en junio de este año. A comienzos de ese mes la canciller alemana Angela Merkel visitó Argentina y semanas después asistió al vaticano para reunirse con el Papa Francisco. En este encuentro, la mandataria sorprendió al sumo pontífice con un regalo “bien argento”: alfajores y dulce de leche. En las fotos de protocolo pudo observase que los tres frascos del manjar nacional eran de la marca que se fabrica en Sauce Viejo.
