Una indicación geográfica es un signo utilizado para productos que tienen un origen geográfico concreto y cuyas cualidades, reputación y características se deben esencialmente a su lugar de origen. Por lo general, la indicación geográfica consiste en el nombre del lugar de origen de los productos. Un ejemplo típico son los productos agrícolas que poseen cualidades derivadas de su lugar de producción y están sometidos a factores geográficos específicos, como el clima y el terreno.
En la actualidad se encuentran en curso las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur para la celebración de un acuerdo de asociación que incluiría una apartado sobre las indicaciones geográficas. En ese marco la UE ha solicitado la protección de una extensa lista de nombres de quesos producidos, consumidos y exportados por la República Argentina.
Los quesos que se pretende incluir en el listado a proteger por la UE ha adquirido características de generalidad o de uso común por su empleo habitual y de buena fe en virtud de las migraciones que a través de las generaciones han llegado desde Europa a la Argentina, conformando a lo largo de un siglo y medio denominaciones genéricas mediante las cuales los consumidores argentinos identifican a los productos quesos, independientemente de sus lugares de origen.
Muchas de estas denominaciones ya eran reconocidas, producidas y hasta exportadas desde al menos la década del 1930-1940.
Por lo tanto estamos frente a nombres geográficos que han perdido completamente el carácter que define a las indicaciones geográficas. En este sentido las normas no obligan a un miembro a proteger una indicación geográfica de otro miembro si dicha indicación es idéntica al término habitual en lenguaje corriente que es el nombre común de los bienes o servicios en cuestión, es decir, si se ha convertido en el término genérico para describir los bienes y servicios en el idioma local.
Esta situación puede convertirse en una nueva restricción no arancelaria al comercio internacional de productos agropecuarios, contradiciendo la posición esgrimida durante décadas por nuestro país en foros donde se negocian las políticas comerciales para la agricultura.
Argentina cuenta con más de 700 industrias que elaboran alguno de los quesos comprendidos en la lista que la UE propone proteger bajo la forma de indicaciones geográficas, las cuales emplean en forma directa a más de 30.000 personas y otro tanto en forma indirecta. La mayoría de los establecimientos están ubicados en el interior del país, siendo una importante fuente de empleo, inversión y generación de riqueza.
El futuro de la actividad quesera que implica más del 50% del destino de la leche procesada, está atado a la necesidad de contar con condiciones de mercado no restrictivas para la comercialización tanto interna como externa de sus productos. La imposición de una protección que impida el uso de los nombres genéricos de los quesos implicaría un grave perjuicio para la cadena láctea en su conjunto.
Quesos con nombres genéricos de difundido uso en nuestro país:
· Feta
· Gruyere
· Reggiano–Reggianito
· Manchego
· Fontina
· Romano
· Brie
· Grana
· Provolone
· Camembert
· Mozzarella
· Edam
· Emmental
· Parmesano
· Gouda
¿Perderemos los nombres de los quesos?
6 respuestas
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Creo que no soy original en nada si pregunto: ¿Es tan complicado acordar en las negociaciones la denominación acompañante «original», que definiría al queso de la región donde efectivamente surgió? Por ejemplo, uno produce un gruyere en Argentina, o en Brasil, lo llama así (por su nombre) y compite en el mercado con otro que se llama «gruyere original», con la diferencia de precio que el consumidor esté dispuesto a pagar o no en cada momento y lugar. Es decir, la cosa pasa (me parece) por acordar una alternativa que permita diferenciar un producto, no tratar de afectar a los demás. Lo contrario representa una especie de militancia anti competitiva, y anti desarrollo.
Concuerdo en lo conceptual. Hace 30 años mas o menos que sabemos que esto iva a pasar. Seguramente esperanzados en políticas de negociaciones acordadas pensamos que no llegaría este momento. Pero la realidad es que esto se firmará y depende de la oposición que haga cada país del Mercosur y además la grupal. La Lechería va a pendereza mucho en esta negociación no sabemos cuanto ni que pero de lo que estamos seguros es que algo entregaremos para acordar otros rubros. Como nos preparamos para esto es la incógnita.
El tema si decimos que no a todo Cómo lo hizo Suiza no podremos venderle a unión europea pero tampoco a quienes tienen acuerdo con ella y tampoco a quienes harán acuerdos de aquí en más ya que la estrategia es generalizar en todo el mundo este tipo de acuerdo o imposiciones con todos los bloques
Rafael, su razonamiento es lógico y de sentido común, pero no creo que los «propietarios» de los nombres de productos con Indicaciones Geográficas lo vean de esa manera. Hay que negociar. Saludos.
Precisamente OCLA, el comentario apunta a sumar argumentos de negociación. Porque si lo dicho tiene lógica y «sentido común», debiera poder ser defendido en una negociación. El tema es interpelar a esta gente de la UE ¿Vamos a negociar reconociendo derechos y nivelando para arriba? ¿O vamos a descalificar nivelando para abajo? ¿Vamos a aceptar condiciones transparentes de competencia o vamos a enredarlo todo para proteger intereses anacrónicos? ¿Pensamos que todos podemos ganar con el desarrollo del comercio de lácteos o preferimos restringirlo para defender mezquinos intereses de una parcialidad?
No veo tan grave la cosa. Con el roquefort entiendo que no hubo grandes problemas. Al margen de lo que pienso: eso de las «denominaciones de origen» es una tontería. Que me disculpen los ancestros europeos. Pero. por ejemplo, al champán le decimos «champú» y seguimos tomando. Me parece que no hay que dar por el pito, más que lo que el pito vale. Digo yo…
Javier, si Argentina quiere crecer en el mercado mundial con productos de mayor valor agregado (y no commodities como la bolsa de 25 kgs. de leche en polvo), los quesos juegan un papel importante, imaginate que te compren quesos, por ejemplo de México, y el pedido especifique FONTINA y vos le digas que le vas a entregar ese producto, pero que se llama Queso SANTA FE, él lo tiene que poner en el super, y el consumidor mexicano seguramente va a seguir buscando el FONTINA. Creo que para esto «el pito vale y mucho». Además no se debe confundir DENOMINACIÓN DE ORIGEN e INDICACIÓN GEOGRAFICA que son términos similares pero no implican lo mismo. Gracias. Saludos.