Protección al consumidor

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Toca sin duda a los consumidores ser más proactivos porque nada se logra sin trabajar.
En Venezuela si de algo se hace alardes demagógicos es en la supuesta protección al consumidor. La ley respectiva se aplica a discreción según la conveniencia del momento. La superintendencia del ramo da exiguos resultados pues la mayoría de sus ejecutorias están politizadas. De muestra allí están los fracasados controles de precios que llegan al extremo de controlar bienes y productos que no hay porque a los precios fijados ni se produce ni importan. En lo que respecta a pesos y medidas, al abuso a los consumidores tiene hasta viso legal. Así por ejemplo cuando el consumidor pide y compra un litro de leche o de «jugo», el «litro» es de solo 900 cc, 10% menos. Con el medio litro, le venden 400 cc, 20% menos y con el » cuartico» no 250 cc sino 200 cc, 25% menos.
El abuso del volumen con la leche y los jugos pasteurizados es práctica usual, vendiéndose ahora solo estos últimos. A los bajos precios controlados la leche pasteurizada no se produce desapareciendo casi de los detales hace dos años. Tampoco la suple las industrias lácteas estatizadas. Del cómo se inició esto, la excusa años atrás fue mantener bajo el precio de la leche. Con argucias para no dejar de ganar y más, sin aumentar la leche, la industria «convenció» al gobierno de turno y ambos se acordaron en perjuicio de productores y consumidores.
Igual hicieron con la leche en polvo vendiéndola en bolsas de a «kilo» de 900 gramos. Y ganaron más al eliminar el más costoso pero seguro envase al vacío en latas con sello protector de aluminio garantía de calidad ¿Se acuerdan? Tras legalizarse estas ventas de litros y kilos que no son tales, el esquilme con pesos y medidas se extendió. Hoy el reempaque de azúcar, granos y aceites comestibles importados se hace sobre «kilos» y «litros» de 900 gr y cc. Otros alimentos se venden es por unidad y no por peso para desventaja del consumidor.
De cómo revertir esto toca sin duda a los consumidores ser más proactivos porque nada se logra sin trabajar. Con tanta corrupción, demagogia y politiquería, solo ciudadanos mejor informados y organizados, pueden más efectivamente defender sus derechos. La protección al consumidor es un reto educativo permanente para que los ciudadanos hagan valer sus derechos. ¿Nos educamos?
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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