Los niños venezolanos han comenzado a mostrar evidentes signos de desnutrición por la falta de leche, un alimento que desde hace algún tiempo desapareció de los anaqueles de los supermercados, aseguró el nutriólogo Carlos Rodríguez.
“Muchas madres suministran a sus hijos biberones con el agua donde hierven la pasta, porque no tienen otra cosa que darles”, precisó el también pediatra y ex directivo del extinto Instituto Nacional de Nutrición (INN).
Rodríguez, en diálogo con Notimex dijo que en la consulta diaria ha podido observar como los casos de deshidratación infantil se incrementan como consecuencia de una deficiente alimentación, en donde la leche en todas sus presentaciones es la gran ausente.
“Como algunas madres no consiguen crema de arroz, ni leche en polvo o líquida para alimentar a sus hijos, han optado por prepararles teteros con el agua donde hierven los macarrones, con un poco de azúcar, para que calmen el hambre y dejen de llorar”.
Refirió que la Red de Médicos por Venezuela (RMV) también ha reportado brotes de desnutrición infantil en los estados Sucre, Monagas, Guárico, Apure, Falcón, Zulia, Amazonas y Delta Amacuro, donde incluso recientemente murió un niño por esta causa.
“Los niños venezolanos han dejado de tomar leche, sin embargo causa estupor la publicidad oficial en carteles fijados en el Metro de Caracas, donde se asegura que estos han elevado hasta dos centímetros su estatura, con la llegada de la revolución socialista” se quejó.
Rodríguez enfatizó que la leche es un alimento necesario para el crecimiento de los niños y fortificación de su estructura ósea, pero su falta de consumo, puede causar graves enfermedades como la anemia crónica, la bursitis y la desnutrición.
Juan Espinoza, vocero de la Unión de Consumidores del Estado Miranda (UCEM) informó que el Estado venezolano es dueño del 50 por ciento de la capacidad instalada de la producción de leche, y sin embargo este producto es uno de los que más escasea en el mercado.
“No sabemos qué se hace la leche en polvo, y si en realidad estas plantas la están procesando, pues el Instituto Nacional de Estadística (INE) reconoce una escasez de 83 por ciento y otros despachos oficiales niegan que haya desabastecimiento”, destacó.
Las cifras que ofrecen estos organismos encierran una contradicción que se presenta cuando las amas de casa después recorrer diversos mercados y hacer horas de fila para comprar el producto, los empleados les dicen que perdieron su tiempo porque “no hay leche”.
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