El binomio de la leche

La leche de vaca desapareció de los eswp_postscimientos comerciales, en Caracas, a partir del 23 de diciembre (2017), con un precio de 85 mil bolívares, y reapareció en los estantes el 12 de enero, con un precio de 140 mil bolívares. Autor: Juan José Bocaranda E. Fuente: Sol de Margarita Link: http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:203258
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Es decir, bonitamente, el precio saltó con un “agregado” de 55 mil bolívares. Más del 50% en poco más de 15 días.
En tiempos de la guerra civil española, una abuela, dueña de la única vaca de la aldea, vendía a vecinos y no vecinos, leche mezclada con agua, “para que rindiera y pudiera alcanzar para todos”.
Hablando, pues, de leches y de guerras, debemos dar gracias a Dios porque jamás habíamos disfrutado en este país, de los efluvios de la paz, como hoy; y porque estamos siendo favorecidos por la confluencia de dos factores que se cierran y se unen necesariamente como las dos caras de la misma moneda: la mala leche y la leche mala.
“Mala leche” significa “mala suerte”. Por lo tanto, no cabe menos que preguntar por qué ha caído en este padecimiento el país más generoso del planeta, que siempre acogió a los inmigrantes y les brindó ayuda y cobijo, aunque muchos se largan después de ricos en dinero y en ingratitud. ¿A qué deidad tan justa y misericordiosa debe Venezuela ese plan de la mala suerte? ¿Quién se permitió meternos en esta angustia cotidiana de la muerte lenta?
Por supuesto, absolutamente nadie está en condiciones de responder porque a la hora de la verdad absolutamente nadie sabe nada de nada de los asuntos del más allá. Así, este elemento del binomio queda en el aire, aunque no pierde fuerza ni efectividad, como lo demuestra su peso ominoso de todos los días y de cada instante. Mala leche permanente, como las malas intenciones y los buenos políticos…
Bien. Pasemos ahora al segundo elemento: “la leche mala”, deteriorada intencionalmente para engañar, lucrar y enriquecerse sin misericordia.
Los expertos indican que el agua es regulada por la lactosa y que el porcentaje de agua en la leche es de un 87%, frente a las grasas (3,5%), los prótidos (4%) y los minerales. Pero no se necesita ser experto para afirmar que no es lo mismo el agua que por naturaleza contiene la leche, que el abuso de agregarle agua con fines
abominables.
La leche de vaca desapareció de los establecimientos comerciales, en Caracas, a partir del 23 de diciembre (2017), con un precio de 85 mil bolívares, y reapareció en los estantes el 12 de enero, con un precio de 140 mil bolívares. Es decir, bonitamente, el precio saltó con un “agregado” de 55 mil bolívares. Más del 50% en poco más de 15 días.
Ni siquiera es leche con agua, sino agua con leche, con fecha de vencimiento falsa. Un engaño descomunal y múltiple. Un auténtico atraco en nada diferente al que perpetran los malandros en la calle. Un macroabuso que en mi casa no estamos dispuestos a tolerar. Beberemos pura agua. No contribuiremos al enriquecimiento absolutamente inmoral de quienes procesan esa mezcla diabólica ni de quienes contribuyen a comercializarla. Es la guerra económica de los hogares contra la leche mala, aunque sigamos con la mala leche sin que el Cielo nos ayude.
 

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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