Cada viernes corresponde comprar a las personas cuyas cédulas terminen en 8 y 9 en todas las sucursales de Mercal en el país.
Este viernes vendían un paquete de leche en polvo por persona en el Mercal de Caura, en Unare, por lo que la cola se comenzó a formar mucho antes que comenzara la venta del rubro a las 8:30 de la mañana.
Usuarios del mercado estatal se comunicaron con Correo del Caroní durante la mañana para denunciar que la venta paralizó de forma abrupta a las 10:00 de la mañana “y no habían pasado ni 300 personas a comprar”. Se quejaron porque, a pesar de engruesar la cola de la espera en medio del calor, aguantando sol, y además del control de la Guardia Nacional (GN), no pudieron comprar el escaso producto.
“Yo me fui, porque no iba a quedarme a esperar tanto maltrato por una leche”, dijo quien se identificó solo como Liris. Sus acompañantes afirmaban que la gerente del Mercal de Caura dijo que “pararon la venta porque habían atendido a 700 personas e iban a dejar la leche que quedaba para la gente del lunes, pero ¿Y nosotros?”.
El lunes corresponde los terminales de cédula 1 y 2. La principal inconveniencia de la restricción de venta de productos básicos por el documento de identidad es, precisamente, la exclusión en la venta de productos: Un día se vende un producto, otro día hay uno diferente, y las familias no gozan de la oferta de forma equitativa.
Sin embargo, la venta se ha restringido de esa forma para intentar frenar la constante reventa de productos básicos a precios que superan en más del 500 por ciento a los establecidos por el Estado. ¿El resultado? La reventa ilegal se mantiene. El desabastecimiento y las colas, también. El descontento social, se incrementa.
www.correodelcaroni.com
