# Uruguay: El caudal lechero tiene hacia adelante un cauce incierto

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La producción de los tambos aumenta a un ritmo vertiginoso, mientras el precio internacional de los productos lácteos baja y la dependencia de Brasil y Venezuela crece.
La crisis financiera internacional no afectará este año a la lechería como en 2008
A pesar de todos los récords que la soja puede exhibir, en producción, hay un sector que en 2011 creció más. El año pasado la lechería logró un crecimiento de 20%, que fue el más alto de la historia. Y si por su magnitud este crecimiento puede parecer insuperable, en lo que va de 2012 el crecimiento se ha mantenido hasta ahora nuevamente 20% por encima de los niveles récord del año pasado.
No hay lechería en el mundo que crezca a ese ritmo. Los últimos dos años del sector lechero serán seguramente un caso de estudio. Porque sin aumentar la cantidad de hectáreas ni la de vacas lecheras, el aumento de casi 40% en la producción para un rubro que ya venía aplicando tecnología intensivamente significa un salto singular.
Las inversiones de lechería en gran escala, algunas con apuestas a una alimentación con abundante uso de grano, otras a la lógica pastoril, son un factor. Pero el grueso de ese aumento tiene que ver con un cambio tecnológico fuerte a nivel de los tambos medianos que siguen conformando la columna vertebral del sector lechero uruguayo.
Muy distinta era la situación tres años atrás. A comienzos de 2009 los productores se debatían en la angustia de un precio de la leche sumamente deprimido que obligaba a producir a pérdida. La contaminación de leche en polvo de China con melamina, los efectos de la crisis financiera provocada por el colapso de Lehman Brothers, la burbuja inmobiliaria estadounidense y una grave sequía tenían a los tamberos en jaque.
Pero apenas los chinos recuperaron la confianza en los lácteos y volvieron al consumo, y a medida que Uruguay iba mejorando la inserción regional, los precios se fueron recuperando.
Por otra parte, la industria dio señales claras de transmisión de los buenos precios internacionales a los precios locales y una sana competencia por pagar lo mejor posible a los productores fue respondida con un repunte histórico de la remisión que está actualmente en la cresta de la ola.
Cada mes marca un nuevo máximo de producción. Pero ahí estriba una arista del problema lechero y el temor de muchos productores en cuanto a que se repita la caída de precios de 2008.
Producción en alza.
La producción va en fuerte aumento en todas las zonas productoras clave del mundo. Los países exportadores están aumentando la oferta en un momento en el que los importadores están cada vez más cautos. Y así los precios van ajustando a nivel internacional persistentemante a la baja. La producción neozelandesa crece a casi 10% por año, la de EEUU lo hace al 6%. A cifras menores también crece la producción de Argentina. Es un hecho que los precios van a bajar en Uruguay en esta primavera.
El precio de los lácteos alcanzó su máximo en marzo de 2011 y desde entonces empezó un declive muy suave al comienzo, pero que, de la mano de la incertidumbre económica mundial y la amplia oferta, se ha vuelto importante en los últimos meses.
La baja en los remates de Fonterra, la principal empresa exportadora del mundo, basada en Nueva Zelanda, se tradujo esta semana en una baja de 5% de los precios que los neozelandeses pagan a los productores. Varias empreas uruguayas también han anunciado ajustes, y Conaprole no lo ha hará al menos hasta fines de julio, de acuerdo a un compromiso asumido con sus productores.
Por ahora los precios en Uruguay han tenido un ajuste leve. En Europa los productores lecheros están en pie de guerra porque la industria ya ha ajustado lo que paga. En Argentina el sector lechero está al borde de un estallido social porque productores e industria no se ponen de acuerdo en el precio y los números no parecen cerrarle ni a unos ni a otros.
Pero aquí, vendiendo a Brasil, Venezuela, Cuba y México, pero además con un mercado interno que sigue muy firme, el sector lechero va logrando esquivar lo que en la primavera será inevitable. Los precios de la leche durante la primavera serán más bajos que en el presente.
En ningún otro rubro el escenario se parece tanto a 2008. Pero lo que se vivió en aquel entonces no se va a repetir por varias razones. Por un lado, el ajuste de precios no va a cambiar algunas relaciones insumo/producto que son favorables a la producción.
El precio del alimento –maíz, sorgo y forraje– es notoriamente más bajo que el año pasado. Con lluvias moderadas y temperaturas benévolas, la lechería mantendrá un crecimiento importante sin aumentar los costos.
El mercado interno está firme. Y afuera, para los volúmenes que vende Uruguay, se va a mantener la operativa.
A nivel internacional la facilidad con que se mueven las mercaderías en el mundo, dado el bajo precio de los fletes marítimos, permitirá que no se produzca un corte abrupto del comercio como el que se dio en 2008.
El precio de los fertilizantes, otro factor de desestabilización cuatro años atrás cuando llegaron a niveles récord, se mantendrá estable o aún puede bajar este año.
El Brasil de 2012, aún con la devaluación que ha tenido, es un mercado de volumen y cercanía que aporta un seguro de precios. Como lo significan Venezuela y Cuba. En México la competencia de EEUU será fuerte. Pero la mejora en las condiciones de acceso permite conseguir otra vía de salida.
Sostener el crecimiento.
Aunque productiva y comercialmente la situación no será tan grave como la de fines de 2008, ciertamente parece estar terminando un período muy favorable, que deja lugar a una etapa de márgenes más reducidos y complicaciones especialmente para los tambos de menor escala.
Es difícil estimar cuánto pueden ajustar a la baja los precios de Uruguay ya que hay mercados, como Venezuela, en los que las referencias de precios internacionales cuentan poco y cuya persistencia, por razones políticas, es dudosa ya que hay elecciones este año.
Un riesgo ciertamente es el precio de la energía eléctrica, cuyo suministro está al borde del colapso y de la cual los establecimientos lecheros y las industrias son necesariamente usuarios intensivos.
En el mediano plazo, si los bajos precios del sorgo llevan a un descenso marcado en la siembra de ese grano, puede generarse un aumento de costos. Pero ese es un escenario ubicado en 2013.
Pero, como en tantos otros rubros, si en ese mediano plazo Brasil, China y tantos otros países emergentes sostienen sus economías, los productos lácteos seguirán con una demanda muy fuerte y difícil de cubrir.
Si las condiciones meteorológicas son en el verano Niño, con una tendencia a que llueva más, la producción de forraje y cultivos de verano tendrán altos niveles de productividad.
Y, de esa forma, aún con márgenes menores y reduciendo las actuales tasas vertiginosas de crecimiento, la lechería mantendrá su posicionamiento como un sector de vanguardia tecnológica en el agro uruguayo. El panorama es complejo, pero diferente al de 2008.
Preocupación de la industria.
La baja del precio de los lácteos, que se viene definiendo como una tendencia, genera incertidumbre del lado de la industria. Fuentes vinculadas a Conaprole señalaron que el mercado está preocupado por la situación y que, en general,  los compradores en casos como estos lo que hacen es esperar a ver dónde se estaciona el mercado, lo que genera nerviosismo.
Sin ánimo de apresurarse a la hora de sacar conclusiones, señalaron que se está analizando con cautela la toma de decisiones y que no hay problemas en colocación de productos. Se especificó también que el problema es con el precio internacional, pero que los mercados regionales se mantienen activos.
Otro factor es la fortaleza del consumo interno. “El mercado interno está fuerte, y por otro lado Venezuela y Brasil han sostenido valores totalmente distintos a los que se están manejando en el resto del mundo”, indicó Horacio Molinari, gerente de Productores de Indulacsa.
A pesar de ello, Molinari explicó que se avizora una primavera con alta producción y eso llevará a ajustes. “Hay necesidad de ir abriendo puertas en lugares, en el caso concreto nuestro ir a México (ya que la empresa es de capitales mexicanos) y tratar de colocar nuestra producción. Hay necesidad de adecuar los precios, para que a la empresa le sirva producir leche en Uruguay”, indicó.
Para las empresas netamente exportadoras el panorama es más complicado. Gustavo Travieso, responsable de captación de leche de Ecolat, explicó que al tener un complejo lácteo tan dependiente del mercado exterior, cualquier movimiento para bien o para mal que ocurra en el mercado internacional, “indudablemente afecta a toda la industria de Uruguay”. Ecolat oficializó esta semana un acuerdo con el grupo empresarial peruano Gloria, del que pueden surgir cambios estratégicos y una colocación preferencial en el mercado peruano.
Varios de los industriales consultados coinciden en que Uruguay es cada vez más “Venezuela dependiente” y que “el sector se ha ido refugiando en ese país por ser un mercado que paga más y que ejerce una fuerte presión sobre la materia prima”, indicó Travieso.
En este sentido Erwin Bachmann, gerente general de Claldy, subrayó la importancia de ese país en la demanda de quesos. “Si mañana Venezuela no paga o no compra,  nosotros dependemos de Brasil” y en ese caso “ el precio de la leche al productor va a caer. Hay industrias que ya bajaron, Nosotros pensamos que por ahora no vamos a bajar en junio y julio vamos a ver”, aclaró.
Bachmann destacó el impacto de la devaluación en Brasil y manifestó que incluso desde su empresa ya se han tomado medidas al respecto. Se está sintiendo, ya se sintió en la venta. Porque el suero en polvo cayó de US$ 1.600 a US$ 1.200 y nosotros en ese mismo momento desviamos exportaciones a Colombia, estamos vendiendo suero en polvo a Colombia y mantuvimos el precio. Pero Brasil cayó”, dijo.
Tensión vecina.
En la vecina orilla los productores lecheros protestan por pérdida de rentabilidad debido a la baja del precio de la leche. El precio promedio del litro de leche cruda no ha variado desde marzo de 2011, a $ 1,568, lo que en virtud de la devaluación se acerca a US$ 0,30, algo más bajo que el precio en Uruguay, según la Secretaría de Agricultura argentina. Es un momento muy difícil para aumentos de precios, tanto por la coyuntura externa, como por la interna, donde la inflación sigue siendo un problema y la popularidad del gobierno cae. Los productores apuntan a la diferencia entre el precio que reciben y el que pagan los consumidores, preguntando quién se queda con la diferencia.
http://www.elobservador.com.uy/noticia/224705/el-caudal-lechero-tiene-hacia-adelante-un-cauce-incierto/

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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