Unos 3.800 tamberos dejaron la lechería en los últimos 30 años

La producción aumentó y se concentró en grandes predios.
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Para tener una primera idea de la situación de la lechería uruguaya basta con mirar una gráfica con los datos que muestran la evolución de la cantidad de tamberos y el volumen de producción de leche por día, entre 1987 y 2016, en la que se ven dos líneas que se cruzan entre los años 2003 y 2006 formando una x. La línea de los tambos se va para abajo y la otra para arriba.

La cantidad de productores de leche disminuyó cada año, específicamente entre 1988 y 2016, con la excepción de 2008, y el resultado es que fueron 3.669 los remitentes que dejaron la actividad, al pasar de 6.385 a 2.716 en ese período, según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (Diea).

Y actualmente hay 2.532 productores que remiten su producción a las industrias lácteas, por lo que son 3.853 los tambos que cerraron en un lapso de unos 30 años.

Contrariamente a esa tendencia, los registros muestran que el volumen de leche remitido aumentó, al pasar de 287 litros por día en 1988 a 1.832 litros diarios en 2016. Entre enero y octubre de 2018 la remisión de leche a plantas industriales llegó a 1,6 millones de litros, lo que representa un aumento de 6% respecto a 2017, según datos del Instituto Nacional de la Leche (Inale).

La capacidad industrial también se incrementó en ese período, llegando a 11,7 millones de litros diarios, según Diea.

En 2017 el número de establecimientos lecheros en el país se ubicó en 3.718, lo que implica un decrecimiento del 4% respecto a 2016, en línea con la tendencia a la concentración de la producción en establecimientos de mayor escala que se registra a nivel mundial, según datos de Diea.

El único estrato de productores que creció, según tamaño, es el de más de 500 hectáreas, que pasó de 298 a 349.

En la franja de productores de menos de 50 hectáreas hubo una baja de 108 tamberos, en el renglón de 50 a 199 hectáreas cerraron 76 y en el de 200 a 499 hectáreas la reducción abarcó 22 predios lecheros, conforme con los registros de esa repartición del Ministerio de Ganadería.

Esas estadísticas confirman la tendencia hacia la concentración de la producción en establecimientos de mayor tamaño y la caída de los tambos pequeños y medianos. Eso en cuanto a predios que tienen como principal actividad la producción de leche, ya sea para remitir a industrias, para producir quesos artesanales o para consumo propio.

El número de productores remitentes a la industria siguió la misma tendencia que la cantidad total de tambos, registrándose 2.532 productores remitentes activos a julio 2018, según datos del Fondo Lechero (1,5% menos que el año anterior), señala un informe de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa).

El rodeo de vacunos lecheros se incrementó 2% y la superficie destinada a esa actividad aumentó 8% en 2017.

Los indicadores de productividad tuvieron un desempeño dispar: mientras la relación “vacas en ordeñe/ vacas masa” mejoró un punto porcentual respecto a 2016, alcanzando 73%, los litros anuales por vaca masa disminuyeron 7% en 2017.

La remisión de leche a las plantas industriales registró un incremento en este año, en comparación a 2017. “Ese desempeño positivo sería producto de un incremento de la producción individual, consecuencia de una buena disponibilidad de forraje, y de una mayor dotación de animales”, señala la investigación.

La sequía del verano 2017-2018 no afectó de manera significativa la producción de leche, sin embargo, los productores enfrentaron un incremento de costos debido a la afectación de las pasturas, sostiene la técnica de Opypa Natalia Barboza, autora del informe.

El Inale estimó en US$ 12 millones las pérdidas por concepto de la mayor suplementación para sostener la producción de leche.

Endeudado y concentrado

El endeudamiento bancario de los tambos disminuyó, ubicándose en US$ 276 millones en setiembre de 2018, al tiempo que las industrias lo incrementaron, alcanzando los US$ 202 millones.

En la fase primaria de la cadena, el decrecimiento del stock de deuda, sumado a la mayor facturación de 2018, dio como resultado un decrecimiento de siete puntos porcentuales en la proporción que representa el endeudamiento total sobre la facturación estimada del año.

La morosidad se incrementó un punto porcentual, ya que a setiembre de 2018 el 5% de los créditos totales de los tambos se encontraban vencidos, indica.

Señala que en la fase industrial la mayor facturación fue compensada con un incremento en el stock total de deuda, por lo que la proporción deuda sobre facturación permanece incambiada respecto al año anterior.

La morosidad de las industrias permanece en niveles altos —16% de los créditos de las empresas lácteas se encuentran vencidos—­, varias de las firmas del sector se encuentran clasificadas por el sistema financiero como deudores con capacidad de pago comprometida.

En el primer semestre de 2018 hubo un incremento de la concentración de la remisión en las tres principales industrias del país, que son Conaprole, Estancias del Lago y Alimentos Fray Bentos, según Opypa. La pérdida de participación de las industrias de menor escala se relaciona con una situación financiera comprometida en algunas de ellas, con niveles de endeudamiento muy altos y capacidad de pago comprometida. Es el caso de Pili, que pidió el concurso de acreedores en agosto de 2018, dejando una importante deuda con bancos, trabajadores y productores.

Opypa señala que atendiendo a una situación de carácter “excepcional” se crean por ley dos fondos para asistir a trabajadores (Ley 19.648) y productores (Ley 19.649), que comprendió a Pili y a Coleme. En ambos casos, los fondos provendrán de transferencias del Fondo para el Desarrollo y tendría un máximo de hasta $ 14.400.000 en el caso de las deudas con los trabajadores y de $ 38.400.000 para las deudas con productores remitentes a la industria, detalla.

La actividad industrial medida por el Índice de Volumen Físico (IVF) se incrementó 1% en los últimos 12 meses cerrados a julio de 2018, al tiempo que el Índice de Personal Ocupado (IPO) y el Índice de Horas Trabajadas (IHT) se redujeron 2%.

La leche en polvo entera, que es el principal producto lácteo de exportación de Uruguay, era vendida principalmente a Brasil.

Sin embargo, ante la dificultad de exportar a ese mercado en 2018 el mayor volumen de ese producto fue colocado en Argelia (46%), Brasil se ubicó en la segunda posición (21%) y Cuba en tercer lugar (9%).

En relación con la manteca, Rusia sigue siendo el mayor comprador, incluso incrementando su participación respecto a 2017, pasando del 34% a 46%, Brasil absorbió el 15% e Irán 10%. En el caso de los quesos, señala que son el producto más diversificado en cuanto a los mercados de destino, siendo Brasil, México y Rusia los principales compradores con 24%, 21% y 16%, respectivamente.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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