La reciente movilización de productores agropecuarios en varias rutas del territorio uruguayo en reclamo de ayuda del gobierno para lograr que Venezuela pague las deudas por las exportaciones de lácteos, entre otros temas, no pasó inadvertida para la prensa internacional.
El prestigioso “Financial Times” destacó en un artículo publicado el viernes 22 esa manifestación, iniciada por un grupo de tamberos, entre otras situaciones que advierten un “inevitable default (cesación de pagos)” en el que caería la economía venezolana.
Mientras tanto, en la lechería local se buscan alternativas para evitar que las industrias rebajen el precio que pagan a los productores por la leche y surgen cuestionamientos al Poder Ejecutivo por la falta de soluciones a los problemas del sector.
“Esto se soluciona si Conaprole sale a anunciar que pagará seis pesos por litro de leche a los tamberos. Y está cerca de hacerlo”, comentó a Campo un integrante del Consejo Directivo del Instituto Nacional de la Leche (Inale) en tono de aviso ante la incertidumbre por la falta de pago de las deudas contraídas por Venezuela, a partir de un acuerdo con la administración del presidente Tabaré Vázquez.
Esa cooperativa es la mayor empresa del sector y el precio que fija por la leche que compra a los remitentes es una referencia para la lechería local. Debido a la caída de los precios de los lácteos en el mercado internacional y a la menor concreción de exportaciones, el año pasado las industrias rebajaron el valor que pagan por la leche a los productores. En algún caso bajó hasta $ 4,50 por litro, como lo hizo la empresa Indulacsa en 2015, y que en enero lo aumentó a $ 6, mientras que Conaprole disminuyó ese precio a $ 7,80. Claldy paga $ 6 a los productores pero con la posibilidad de reliquidar ese precio en caso de que cobre lo exportado a Venezuela.
Mientras, no llegan nuevos pagos de Venezuela “que el Estado pueda darles fondos a las industrias para evitar que bajen el precio a los productores ”, dijo a Campo el vicepresidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Néstor Cabrera, tras una reunión en la que varias gremiales analizaron eventuales medidas.
En respuesta a las declaraciones del vicepresidente de la República, Raúl Sendic, quien advirtió de la inconveniencia de exportar sin tener la seguridad del cobro por los productos, ese tambero aseguró que “Conaprole no mandó una sola tonelada de leche en polvo a Venezuela hasta que estuvo conformado el fideicomiso con la garantía de cobro”.
Esa firma exportó 24.000 toneladas pero también hay 20.000 toneladas elaboradas con aportes vitamínicos especialmente para ese mercado que hoy no puede exportarlas, agregó.
Para Cabrera, “si no llegara rápido el dinero de Venezuela a las industrias y se diera una baja en el precio al productor eso llevará a productores a bajar la cortina”.
Enfatizó que “los productores están muy nerviosos” porque “si la cooperativa tuviera que bajar el precio sería bastante catastrófico y pondría en riesgo la continuidad de los tambos”.
Las gremiales preparan una serie de pedidos al gobierno, como la mejora de las condiciones para el repago del fondo lechero y la flexibilización del pago de los impuestos y otros aportes, comentó.
Varios referentes de la lechería local, entre ellos directivos de las gremiales del sector, están convencidos de la necesidad de dar una “señal contundente” hacia la interna del gobierno. “Ojo que algunos sectores del Frente Amplio no son conscientes de la gravedad de la crisis lechera”, dijo a Campo un integrante del Consejo Directivo del Inale.
Y manifestó sus dudas respecto al peso que pueda tener el ministro de Ganadería,Tabaré Aguerre, dentro del Ejecutivo para lograr nuevas medidas de apoyo a la lechería o realizar gestiones con las autoridades venezolanas para que paguen las deudas a los exportadores.
Algunos integrantes del Inale son partidarios de que el gobierno uruguayo reclame a Venezuela que cumpla con el acuerdo y que no solo pague lo adeudado sino que también concrete la compra del volumen pactado de lácteos.
Un jerarca del gobierno planteó la idea de retomar las exportaciones al mercado venezolano pero a precios adecuados al mercado internacional, que son inferiores a los que se exportó a ese país caribeño. “Los venezolanos venían pagando precios de fantasía pero si no pagan tal vez sea el momento de vender a otros países, aunque a valores inferiores”, consideró.
Los pagos realizados hasta ahora por parte de la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) generaron alguna tensión entre las empresas exportadoras de lácteos, ya que alguna firma pudo cobrar parte de sus envíos y otras no, señalaron los informantes. Agregaron que esas industrias desconocen cuál es el criterio de los venezolanos para decidir a qué empresa pagar y cuándo.
Hay una serie de complicaciones que genera al productor el hecho de no tener seguridad del cobro por la leche que vende a una industria, ya que de eso depende el pago a proveedores de insumos, de las cuentas básicas de servicios, de impuestos, entre otras obligaciones. A fines del año pasado algunas industrias se vieron obligadas a comunicar a los productores la postergación del pago por la compra de esa materia prima, contaron.
En ese sentido, las fuentes indicaron que algunas industrias gestionaron el corrimiento del pago de créditos con los bancos a partir de los contratos de exportación establecidos con Venezuela. Algunas gremiales de tamberos realizaron planteos similares en la banca, dijeron.
Riesgo sistémico
“Llama la atención que la evidente concentración de exportaciones al mercado venezolano no haya disparado alarmas, considerando la fragilidad e incertidumbre de la situación interna que vive ese país hace algunos años”, planteó el economista y consultor del Banco Central, Antonio Manzi, en un informe publicado en el anuario de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería.
Comentó que “no se puede obviar el hecho de que las industrias que accedían a ese mercado lograban mayores precios, que les permitían competir en mejores términos por la materia prima en el escenario local, obligando prácticamente a las otras a lograr el acceso a esos mismos precios que solo pagaba Venezuela”.
“Ninguna empresa industrial estaba en condiciones de desaprovechar esa oportunidad”, señaló. Y consideró que “sin embargo, dado el potencial riesgo sistémico que existía al concentrar una cantidad creciente del sector a ese destino, se considera que se debieron buscar mecanismos para estimular a los actores a conquistar otros mercados más estables y en los que se pudieran entablar relaciones comerciales basadas en factores que sobrepasen la coyuntura geopolítica”.
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