Mientras el gobierno percibe “señales positivas” en el mercado de lácteos, los tamberos dicen que perderán “mucho dinero”

Depender de Venezuela y Brasil “es un problema, son mercados de riesgo”, aseguró el dirigente gremial Horacio Rodríguez
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Depender de Venezuela y Brasil “es un problema, son mercados de riesgo”, aseguró el dirigente gremial Horacio Rodríguez
Dado el fuerte perfil exportador que presenta el sector lechero de Uruguay, se afirma desde Instituto Nacional de la Leche (Inale) que el peor escenario en los mercados ya habría pasado, mientras que productores y sus gremiales buscan estrategias para sobrellevar estos tiempos críticos.
No obstante la tendencia bajista de los commodities, determinante en una situación de crisis internacional que influye directamente en la colocación de lácteos, la necesidad de productos se mantiene en el mercado mundial, aseguró a Campo, Ricardo De Izaguirre, presidente de Inale.
Para el directivo, ya “se perciben señales positivas en los mercados”, aunque con precios más bajos. Brasil se muestra como la primera salida a la compleja coyuntura que dificulta la colocación, pero habría una serie de mercados como Angola o Singapur que se muestran “interesantes”, aunque “con pequeños volúmenes y a inferiores valores”. Una misión a Cuba y las tratativas con Irán, serán los próximos pasos, pero siempre “apoyándonos en que Brasil siga apostando a la compra de nuestros productos en volumen, como siempre lo ha hecho”, señaló.
Para De Izaguirre, el peor escenario se dio hace cuatro meses atrás, donde los compradores no estaban y los precios cayeron abruptamente, “cuando no hay precio ni hay demanda ese es el peor momento, ahora al menos hay una demanda a precios bajos”. Mirando a futuro, la proyección indicaría precios deprimidos que se mantendrían en el tiempo. Indicó que “siempre hubo bajas”, pero se mostró sorprendido en que estas se mantengan durante tanto tiempo e incluso “acentuándose”, ya que la tendencia se ha mantenido durante el último año y medio.
Analizando datos de consultoras internacionales como Rabobank , dijo que todas indicaban una mejoría de la situación de mercado para el segundo semestre del 2016, pero que eso ha cambiado últimamente y algunas ya hablan de una mejoría recién a partir de 2017. Una recuperación de precios que, además, se prevé con un dinamismo menor a lo acontecido años atrás en productos como la leche en polvo que alcanzó niveles de precios muy importantes, pero que ahora serán “valores que permitirán cubrir los costos y los préstamos asumidos hoy” aseguró.
El periplo de Venezuela
La sequía de otoño e invierno 2015 se hizo sentir con firmeza en la economía y el ánimo de los productores y “el espíritu de la gente quedó desde entonces embromado”, señaló Ricardo De Izaguirre, quien además apuntó a los mercados y su retracción como el otro gran factor que signó la actual situación.
Sobre julio 2015, con los mercados por el piso y los productores malheridos por el clima, el propio presidente Tabaré Vázquez anunció aquella bocanada de «oxígeno puro», haciendo referencia al acuerdo con Venezuela mediante el cual se colocarían 265.000 toneladas de alimentos por alrededor de U$S 300 millones. Acuerdo que se transformó en un trago amargo para el gobierno, pero muy en particular para el sector lácteo, cuya delicada situación se vio agravada a partir de esta instancia que derivó en una mora aún no saldada.
Del monto acordado para los productos lácteos, solo llegaron U$S 50 millones, previa gestión por parte del propio presidente, al poco tiempo de suscribir el acuerdo. Desde entonces, el camino se tornó cada vez más confuso, tomando giros inesperados que involucraron hasta a actores en China, y pasó a transformarse en uno de los principales motivos de las movilizaciones que se registraron por todo el interior del país sobre fines del mes de enero y que se reiteraron el pasado 24 de febrero.
Sin poder postergar la adopción de medidas, comenzó a asumirse que quizás no vendrá nuevo dinero venezolano, y así, Vázquez anunció a las gremiales lecheras que el Banco República les prestará US$ 66 millones a las empresas Conaprole, Pili, Claldy y Calcar en condiciones muy “blandas”. De este modo, el Estado reconoció parte de la responsabilidad que se le adjudica desde el sector productivo y empresarial por haber, implícitamente, actuado como garante de los exportadores ante el cobro.
Las industrias han tomado ese crédito, que si bien no soluciona la situación, buscan a través del mismo conseguir un impacto positivo en las finanzas de las empresas mientras se sigue avanzando en la posibilidad de cobro a Venezuela. Actualmente las empresas están trabajando con el Ministerio de Economía y Finanzas y con el Banco República en cómo articular los prestamos e integrarlos a sus carteras financieras.
Este “crédito puente” que no tiene interés, posee un tope de U$S 66 millones, que es la “deuda que hoy queda de Venezuela desde que se comenzó a embarcar este año y sin contemplar los U$S 27 millones que se debía a Conaprole con anticipación”, informó De Izaguirre. El crédito posee tres años de gracia, “cuyo interés está cubierto por el Ministerio de Economía hasta cumplidos los tres años, donde se comienza a cobrar durante tres años más”. En el momento en que Venezuela pague “se amortizan esos créditos o continúan, en el caso de que el gobierno lo conisdere necesario”.
Aunque dista de ser la solución esperada para los industriales, el crédito posee características convenientes, y por sobre todo, es “una oportunidad para seguir sentados en la mesa con el gobierno conversando y discutiendo posibilidades que contribuyan a encontrar el camino donde el Estado no cargue con deudas que golpeen en las finanzas estatales, pero tratando de brindar las herramientas de las que dispone para salir de la situación”, afirmó el directivo de Inale.
Mientras, en el tambo
En diálogo con Campo, Horacio Rodríguez, presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF), productor de tradición familiar desde 1979, consideró como “natural”, aunque no menos preocupante, el proceso actual “de vacas flacas”. Proceso al que se sobrevive a nivel productivo ajustando gastos innecesarios, reduciendo personal y descartando vacas ineficientes, mientras que “el resto de los costos o bien escapan al domino del productor o son necesarios en el caso de alimentación mediante la implantación de pasturas por ejemplo, de lo contrario, es firmar la defunción”, sostuvo el dirigente.
La SPLF congrega actualmente a unos 600 productores y brinda diversos servicios al socio, ya sea mediante su campo de recría de 4.000 hectáreas o mediante la prestación de servicios agrícolas con una flota de una docena de tractores y más de 80 funcionarios dependientes de la institución.
Rodríguez dijo que a nivel gremial “hay mucha tela por cortar”. Desde hace casi seis meses, cuando el panorama para el sector comenzó a cambiar sus perspectivas, “las gremiales decidimos trazar una estrategia ante la gravedad de la situación”. La confección de un Fondo de Financiamiento y Desarrollo Sustentable de la Actividad Lechera (FFDSAL III) que comenzó a ser entregado esta semana, era parte de aquellos primeros lineamientos de trabajo. Cobrar el dinero de Venezuela era otro de los puntos que preocupaban, “seguido ahora por una tercera fase que estamos comenzando y que tiene que ver con la proyección del sector”, señaló.
“Van a ser años donde se va a perder mucho dinero”, aseguró, y dijo que es entonces donde se tiene que generar una conciencia de situación donde el común denominador pase por encontrar mecanismos que permitan afrontar al menos un par de años críticos. Para este 2016, la tarea es “comprar aire, es conseguir dinero” y para ello el primer paso tiene que ver con un trabajo que permita generar una ingeniería financiera que habilite a solventar la actividad. “Algo se habló de un fondo anticíclico, pero todo está en proceso de maduración en procura de pasar este año sin que queden muchos productores por el camino”, indicó.
Coincidió también en que los problemas que determinaron la situación pasan por cuestiones climáticas y de mercado. No obstante estimó que “sí hay muchos aspectos donde pueden hacerse manejos internos en el costo país y cuestiones operativas que debemos rever en un trabajo conjunto con autoridades”.
Como cuestiones a trabajar, manifestó que se manejan aspectos a ajustar como el IVA y la energía eléctrica, los combustible, la tasa consular para importaciones y la devolución de impuestos, pero dijo que lo más importante pasa por conseguir “algún fondo con algún capital externo o similar” para poder “salvar el sector”. El desafío es recapitalizarlo ya que el riesgo es “grave” y se depende netamente de la recomposición de los mercados externos.
En Inale se analiza lo planteado en cuanto a la disminución de costos y el impacto de cada una de las medidas solicitadas en un trabajo que continúa, según lo informado por el presidente del Instituto, quien señaló que “se identificó que el impacto mayor estaba dado por el precio de la leche y el desafío pasaba por mantenerlo”. No obstante, en enero el precio promedio al productor alcanzó $ 7,38. Si se mide en dólares, son US$ 0,24 centavos, lo que representa un 28% menos en pesos y un 35% menos en dólares respecto a los valores de enero de 2015. Comparado con enero de 2014, cuando el precio promedio que recibían los tamberos era de U$S 0,45, la baja registrada alcanza a un 46%. Cabe mencionar que en enero, el tipo de cambio aumentó 26% con relación con un año atrás, contribuyendo a la caída del precio medido en dólares.
De bajar los valores a $ 6 por litro de leche, en un semestre se perderían U$S 80 millones, proyectó Rodríguez, y dijo que “hoy en la mano, el productor remitente a Conaprole recibe en el eje de $ 7 por litros, e incluso son varias las fábricas que pagan menos”. Los insumos en granos, otro de los componentes del costo, han experimentado una baja, “pero por sobre todo a nosotros nos favorece que el dólar haya cobrado valor, aunque en lo inmediato se sufre”.
Tercer fideicomiso lechero
El Poder Ejecutivo, con el apoyo del Banco República y el BBVA, anunció que esta semana se pondrá en marcha la segunda fase del FFDSAL III, conocido como Fondo Lechero III. Este fideicomiso lechero, por un total de US$ 78.800.000, está orientado a asistir al sector ante la crisis climática y la caída de los precios internacionales de los lácteos y así evitar que se corte la cadena de pagos.
De esa suma total, US$ 45 millones corresponden a un adelanto del mismo que ya se brindó sobre el mes de octubre de 2015, beneficiando a 2.700 productores. El crédito tiene un 4,5% de interés a tasa fija y comenzará a ser cobrado al productor desde setiembre de este año con una retención de U$S 0.00769 en todas las remisiones de leche del país, con un tope del 3,5% sobre el precio de la leche a U$S 0,22. El tiempo estimado para reintegrar el préstamo, de darse las condiciones, sería seis años.
Este fondo significa un endeudamiento directo al productor, quien en esta edición adquiere una deuda que no absorbe el sistema si se retira, como se planteaba anteriormente. “Los productores están desesperados en recibir ese fondo”, agregó Rodríguez.
La esperanza no se pierde
Pese a que no hay señales claras, para el directivo gremial se es optimista en que la recuperación de los mercados se dé sobre el segundo semestre, “hace dos años nos dicen que este sector solo puede ir a más teniendo en cuenta la necesidad de alimentos, y a los tres o cuatro meses se da esta situación compleja. Ahora el desafío es sobrepasar el momento y tratar de perder la menor cantidad de productores posible”, y para eso “si no estamos juntos, no tenemos modo”, enfatizó. La lechería en los últimos ocho años experimentó un crecimiento anual de un 7% acumulado, eso se explica mediante la reinversión, y es allí donde se destinaron las ganancias que el mercado internacional permitió como país exportador. Hoy, para Rodríguez, el endeudamiento va a ser una realidad ineludible y se registrará una disminución en la remisión, cosa que en enero ya se notó en un 6% para Conaprole, pese a recibir nuevos productores.
Sobre los mercados, consideró que depender de Venezuela y Brasil es un problema, “son mercados de riesgo”; mientras, se habla de Cuba como una posibilidad emergente y eso es bien visto, ya que “es un mercado que aparentemente va a crecer de la mano del turismo y la apertura hacia EEUU y nos resulta muy interesante a todos, es un mercado de 12 millones de habitantes que, como séptimos exportadores a escala mundial, debemos apuntar a volúmenes más importantes”.
Además destacó que “seguimos siendo de los países exportadores con los costos más bajos de producción, eso es alentador, atento a una posible baja de demanda que nos posiciona competitivos como oferta”. Mientras tanto, los actores coinciden en que en el escenario actual todos pierden, pero consideran que “tampoco es un buen momento para retirarse”.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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