El Instituto Nacional de la Leche (Inale) dio a conocer los últimos datos correspondientes a la exportación de los productos lácteos. En el informe se señala que desde enero a noviembre de este año hubo un crecimiento del 17% comparado con el 2017 y la facturación sumó 636 millones de dólares.
Esta situación se da principalmente gracias al aumento de la facturación de la manteca, que subió un 38%, y de la leche en polvo entera, que creció en 27%. Eso sirvió para contrarrestar la baja de la leche en polvo descremada (-7%) y el queso (-5%).
Además, en estos once meses crecieron los volúmenes de los productos lácteos que se exportaron, como por ejemplo la manteca en un 40%, la leche en polvo entera en un 35% y la leche en polvo descremada en un 25%. El único producto que descendió en la comparación fue el queso con un 9% menos.
Wilson Cabrera, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) reconoció esos números, pero indicó que eso no significa que no haya una crisis en el sector. “El problema es que la lechería está dividida en dos extremos totalmente opuestos”, expresó.
Según el productor, la cadena productiva láctea tiene más de 2800 productores en una punta y a la principal empresa exportadora del país (Conaprole) en la otra. Por lo tanto, si bien la exportación es importante, no se refleja en la situación que viven día a día los productores.
Para la ANPL, el convenio firmado entre Uruguay y Venezuela para la exportación de productos lácteo y que dejó una deuda de 39 millones de dólares ha sido el puntapié inicial para la situación de crisis que se vive actualmente. Los productores apostaron a un aumento de su producción comprando maquinaria y capacitándose, pero la falta de dinero hizo que se endeudaran.
“Hemos realizado un esfuerzo muy importante, aumentando la producción a niveles históricos, invirtiendo en tecnología tanto en los tambos como en la industria, hemos abierto mercados y los lácteos uruguayos llegan a más de 50 países”, expresaron en un comunicado emitido días atrás. Y agregaron: “Lo hemos hecho sin contar con los subsidios o devoluciones de impuestos que tienen otros sectores, incluso las multinacionales extranjeras”.
Cabrera señaló que cada mes son diez los productores que abandonan el sector producto de esta crisis y que, tarde o temprano, eso también va a comenzar a afectar en las exportaciones. El problema está en que el precio que reciben por su leche no alcanza para cubrir los costos de funcionamiento. “Son familias enteras con años dedicados a la producción lechera que ven que todo su esfuerzo diario queda en nada”.
A eso hay que sumarle el cierre de las empresas, como sucedió recientemente con Pili en Paysandú y meses atrás con Ecolat en Nueva Helvecia y Schreiber Foods en San José.
Los productores señalan que están cansados de denunciar la situación y que el gobierno no les dé respuestas. Ante eso, las diferentes gremiales lecheras convocaron a una asamblea general que se desarrollará este jueves en Capurro, San José, con el fin de tratar estos temas que los aquejan.
