Aun en la situación que estamos, Conaprole sigue haciendo inversiones, Álvaro Ambrois, Presidente de Conaprole

“Aun en la situación que estamos, Conaprole sigue haciendo inversiones”, Álvaro Ambrois, Presidente de Conaprole
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La vocación por la Agronomía despertó en él a muy temprana edad. Tras estudiar, se insertó en la agropecuaria en distintas actividades hasta desembocar en el sector lácteo. “Cuando entrás en la producción láctea, la actividad te atrapa definitivamente y genera ese desafío de ir mejorando día a día”, reflexionó.
 
Hoy el ejecutivo posee un tambo en Soriano donde se ordeñan alrededor de 400 vacas, y otra unidad productiva en la zona dedicada a la actividad agrícola y a la invernada de terneros.
 
La vinculación con Conaprole surgió desde el arranque.
 
“Todas las actividades del sistema cooperativo en el sector lácteo son muy importantes. Es impensable, con un producto como la leche, que no tenés poder negociador ninguno, hacer algo en solitario. Si no tenés el apoyo de una cooperativa, realmente sería complejo imaginar esta actividad”, explicó.
 
Arrancó en la actividad gremial en el 2001, en momentos en que el campo, tras la aparición de un brote de aftosa, atravesó uno de sus peores momentos. “El tema impactó fuerte en la zona, había mucha gente complicada y era necesario ayudar. Y el gremial es otro trabajo que te atrapa poco a poco porque uno siempre piensa que puede aportar un granito de arena. Además, el lácteo es un rubro que a lo largo de la historia y en momentos complicados ha sido el de mayor actividad dentro de la agropecuaria. Entonces, aún con las complejidades de la industria, siempre le vi cierta estabilidad”, añadió.
 
Ese apego a la actividad gremial, en definitiva, lo llevaría luego a la presidencia de Conaprole.
 
En estos tiempos de desaceleración y caída del mercado, ¿cómo está posicionada la cooperativa?
 
Estas situaciones son complejas, pero la cooperativa siempre ha estado preparada para estas altas y bajas de los mercados; son parte de la dinámica de la actividad. Esa política ha sido fundamental. Obviamente que cuando estás transitando un evento tan complejo como este y, sobre todo, de tanto tiempo -porque uno imaginaba un año, dos, y ya vamos en el tercero sin miras de cambio-, el panorama se complica.
 
En este escenario actual, la cooperativa y los productores, repito, tienen que estar muy preparados, porque esto es necesario para seguir adelante. Pero, fundamentalmente, es clave que la cooperativa esté fuerte para enfrentar la actual circunstancia.
 
¿Cómo se prepara una compañía del rubro y del porte de Conaprole, que además nuclea miles de productores, cuando se produce una baja de los mercados?
 
Es un proceso… Primero se apuesta a un modelo de gestión, que yo creo que es la herramienta fundamental. Ser eficiente en el modelo es lo que te hace estar bien posicionado en los buenos momentos, pero también es esencial cuando el viento sopla en contra. Y después, con muchísima inversión en tecnología. Esa ha sido una política de muchos años de la cooperativa, que felizmente nos permitió ir posicionándonos al punto tal que llegamos a generar un fondo de estabilización para el precio del productor.
Obviamente que cuando se está en determinadas circunstancias, nada parece suficiente. Y como aspecto fundamental, el trabajo de la cooperativa debe estar muy alineado o en contacto constante con los productores; esa puede convertirse en la mayor fortaleza de la cooperativa.
 
Ante la deuda de Venezuela con el sector el gobierno decidió abrir una línea de crédito para paliar esa situación. ¿Están buscando otra alternativa financiera? ¿Hay que buscar algún mecanismo para que Conaprole acceda a ese crédito?
 
Me han llamado de la prensa, de todos lados, y de temas comerciales puntuales preferimos no hablar porque generamos más polémica. Sí lo manejamos con los productores en las reuniones que tenemos, ya sea en las asambleas o en las reuniones que hacemos en cada zona. Creemos que ese es el ámbito para manejarlo y no ir a la prensa porque se generan confusiones si los temas a tratar son políticos o de la empresa. Por supuesto que este tema sí lo manejamos con las autoridades, como corresponde. Es un asunto complejo, le estamos buscando una solución y tratamos de sensibilizar a las partes, obviamente. Este es un obstáculo más que hemos tenido, pero no tengo dudas de que lo vamos a sortear.
 
Conaprole paga más que otras empresas lácteas a sus productores por litro de leche ¿Esta realidad es debido a la creación del fondo anticíclico de estabilización?
 
No, aunque hay algo de esto que se explica por el aporte que hay en el fondo al precio de la leche; otra parte de esa diferencia seguramente que no. Es el modelo de gestión de la cooperativa… justamente porque esto es una cooperativa.
De repente en otra empresa que no es cooperativa y que tiene otros objetivos, por ejemplo que los dueños de ella saquen sus dividendos, no ocurre; ahí hay una diferencia. En Uruguay es esencial el sistema cooperativo para un sector como el nuestro, donde la producción de hoy la tenés que remitir a más tardar en dos días, porque después no hay vuelta.
Nuestro objetivo desde Conaprole es maximizar el precio del productor. Más allá del fondo, en su momento generamos un ahorro para cuando viniera un evento de baja, como ahora, para destinar ese ahorro a complementar el precio de la leche.
 
¿El fondo corre riesgos si no entra dinero por esa deuda que tiene Venezuela?
 
No. Lamentablemente preveíamos que íbamos a usar el fondo, pero también que nos iba a quedar. Habíamos generado un fondo de 60 millones de dólares… Yo creo que la creación del mismo habla de la madurez del sector, porque se hizo en un momento muy bueno de la lechería, y los productores apoyaron esta política. Podía ser una buena idea, pero a la vez estaba la chance de que el productor dijera “dejá que yo me lo hago al fondo”.
Pero no fue así, y se generó con la aprobación de los productores.
Y es una herramienta que estamos usando hoy. En un momento, en el 2012, hubo una pequeña caída, y anteriormente ya habíamos generado un fondo, entonces los productores de Conaprole ni se enteraron de ese ciclo de baja que hubo. Imaginamos que ahora iba a pasar igual, pero lamentablemente estamos gastándolo, y la visión es que por ahora no cambiará la fase del ciclo de baja de precios.
 
¿Que se acabe el fondo podría afectar la cadena de pagos?
 
 
No, la cadena de pagos jamás se verá afectada. Lo que podría afectar es el precio que les estamos pagando a los productores.
Nosotros vamos a hacer el mayor esfuerzo, porque somos conscientes de que la ecuación hoy al productor no le cierra. Nosotros estamos en ese grupo, o sea, sabemos que los costos de producción son más altos que los que estamos percibiendo. Por tanto, estamos tratando de generar ahorros a todo nivel, lo más que podamos. La situación es complicada, entonces hay que analizarla mes a mes.
 
¿Se hicieron todas las inversiones necesarias en tiempos de bonanza?
 
Sí, sin duda. Es más, aun en la situación en que estamos, Conaprole sigue haciendo inversiones. ¿Por qué? Porque esas inversiones son las que nos permiten pagar un mejor precio a los productores dado que nos generan ahorro. O sea, todas esas inversiones tienen un repago en un período de cuatro o cinco años, y sí o sí las tenés que hacer porque es lo que permite que los productores de la cooperativa reciban un mejor ingreso por su producción. Y, obviamente, porque tenemos líneas que nos posibilitan formar financiamiento y hacerlas. Este análisis muy profesional, y a eso me refería yo con la gestión, se viene realizando hace más de 10 años.
Felizmente se han hecho estas inversiones, porque dentro de un panorama difícil, son las que hoy nos permiten estar bien posicionados frente a otras industrias.
 
Con en el actual escenario, ¿se están perdiendo unidades productivas?
 
Ese es nuestro desvelo y nuestra preocupación. Naturalmente, en los buenos momentos también ha pasado que el sector se concentre porque se han ido retirando productores pequeños. Nuestro objetivo es minimizar ese fenómeno. En este escenario nos preocupa mucho eso. Por eso el esfuerzo enorme que estamos haciendo de aguantar el precio todo lo que podamos, dentro de lo razonable, para que el productor pueda pasar este momento.
 
A nivel de campo, Uruguay tiene uno de los costos más bajos de producción en el mundo, solamente comparado con Nueva Zelanda, Australia o Argentina. Lo que haga que pierda esa ventaja comparativa es el costo que deviene del combustible, y de insumos importantes como fertilizantes, semillas… Al final, ¿cómo nos posiciona esto ante nuestros competidores directos?
 
Uruguay sigue teniendo ventajas competitivas. Y, además, la situación es tanto o más difícil en Uruguay como en otros países. Ahora estaba leyendo un informe donde Fonterra anuncia una baja ya de un 6% para la leche. O sea, siguen cayendo los valores. Y como consecuencia de eso, van a tener una remisión por debajo de la estimada. El problema del Uruguay -que para Nueva Zelanda es peor- es que Conaprole exporta el 70% de la leche que recibe. Diferente es, por ejemplo, la situación de Estados Unidos, cuyo saldo exportable es un 10%, entonces si lo regalan al mercado internacional, en la ponderación del precio no le incide tanto.
Y ahí es donde nos estamos complicando… Nos está complicando la apertura de la Unión Europea y Estados Unidos. Pero esto se va a tener que revertir. Además, hace dos años que China desapareció del mercado, y obviamente es una de las causas fundamentales de la caída de los precios internacionales.
Nosotros tenemos una funcionaria china, que vive allí y la contratamos porque para nosotros es un mercado más que importante. Ella viene una vez por año a Uruguay para tener contacto directo y esta vez nos trajo toda la información de los mercados y de nuestros clientes. Porque nosotros hemos ido generando clientes con una relación muy buena, dado que ella está visitándolos continuamente. Y en esta visita a nuestro país nos dijo que en China han aumentado la producción de leche. Pero en los números que vemos es impensable cómo lo siguen haciendo… Siguen produciendo con costos altísimos y con el precio de la leche allá abajo.
No se puede entender cómo siguen produciendo pero el informe de hoy es que lo siguen haciendo. Son multinacionales que se han instalado, mega tambos, bajo determinados acuerdos. Desde nuestra visión parece absurdo. Los subsidiará el gobierno, pienso yo. Pero ellos lo siguen sosteniendo, aunque perdiendo plata.
 
¿Cómo incide la liberación de cuota de la Unión Europea?
 
Incide en la medida en que hay países que son más eficientes que otros, que el mercado interno que tienen es importante y los saldos exportables los siguen manejando. Obviamente que tienen dificultades, y nosotros esperamos que las sigan teniendo y que paren la producción. Porque esto es un tema de oferta y demanda…
Es un poco ilógico que después de todo este período todavía no haya un equilibrio entre oferta y demanda. Por el contrario, lo que hay a nivel mundial es una oferta más importante que la demanda. Pero esto se va a equilibrar.
Nosotros estamos continuamente en ese trabajo, lo que pasa es que somos tomadores de precios. En el caso de Uruguay, más allá de que somos eficientes porque el costo de producción comparativamente no es malo, Nueva Zelanda seguramente es más eficiente o tiene costos más bajos, Argentina también. Pero Uruguay está en ese estrato.
 
¿El cierre de las dos plantas –una en San José y otra en Mercedes-, implicó que se enviara gente al seguro de paro?
 
No. Por ser zafral, tenemos en toda la industria láctea períodos de mayor remisión de leche y otros de más baja. Entonces, un porcentaje importante de la plantilla de Conaprole son empleados zafrales. Lo que hicimos en este caso fue achicar: sacamos 120 puestos y sustituimos, dimos licencias, o sea, buscamos toda una ingeniería de forma tal de no afectar a nuestros trabajadores. El ahorro para la cooperativa es el mismo.
 
¿Cómo es la relación con el sindicato? ¿Hay diálogo teniendo en cuenta este escenario de falta de mercados y precios bajos?
 
Honestamente, una de las cosas que preocupa es que hace dos años que estamos hablando de esta situación y pidiéndole un esfuerzo mayor al sindicato y no hemos obtenido la respuesta que deseamos. Hemos planteado generar reestructuras de la forma de trabajo maximizando todas esas inversiones que se hicieron, y la verdad es que no hemos tenido el eco deseado y que, creo, debemos lograr.
 
¿Hay diálogo?
 
Sí, hay diálogo, pero la respuesta no es la deseada.
 
Para cuando se supere esta crisis y vengan tiempos mejores, ¿ya tienen pensada alguna inversión?
 
Como decía, nosotros seguimos invirtiendo. Todo aquello que nos genere posibilidades de un repago corto y, obviamente, nos permita después capturar todos esos ahorros para la cooperativa, lo seguimos haciendo porque tenemos capacidad financiera para hacerlo. Quizás alguna inversión la dejamos para ejecutar más adelante pero la idea es seguir en ese camino, porque es lo que nos permite pagar el mejor precio a los productores.
 
¿No es una debilidad para Conaprole y una preocupación a futuro estar acotado a determinados mercados, como Brasil, Venezuela y Argelia? Incluso algunos son muy volátiles, como es el caso de Venezuela.
 
Nosotros exportamos a más de 55 países, a veces hasta 60. O sea, estamos diversificados. El
Mercosur nos genera una ventaja comparativa… Si viene Nueva Zelanda –Fonterra–, a vender a
Brasil o a otros países del Mercosur tiene que pagar un arancel. Entonces, así como tenemos desventajas con Nueva Zelanda cuando vendemos en China, por el mismo tema del arancel nos favorece el Mercosur. Después tenés México, Estados Unidos, tenés cupos… Y esos también son logros del Uruguay conseguidos en distintas épocas. Nuestra idea es diversificar lo mayor posible, pero buscamos los mejores precios. Y después está el otro tema: quienes necesitan importar leche en forma importante son, lamentablemente, Argelia, Venezuela… países productores de petróleo. Creo que gran parte de la explicación de las dificultades que estamos viviendo actualmente está ahí: estos compradores o importadores naturales de lácteos hoy no están viviendo el mejor momento dado el precio del petróleo.
 
Si uno analiza los precios de los lácteos y los del petróleo, hay una correlación positiva histórica, más allá de momentos coyunturales. El caso de Venezuela es extremo, pero pasa con Argelia, con Nigeria… países que necesitan exportar lácteos pero que a la vez sus ingresos están muy atados al petróleo.
 
La delegación de Uruguay XXI llevó a Angola la idea de intercambiar pollo, arroz y productos lácteos por petróleo. ¿Qué opina de esta iniciativa?
 
Eso es espectacular. Es un poco lo que nosotros hemos pedido hace mucho tiempo que hiciera Uruguay con Venezuela. Tampoco inventamos nada, porque esto se hizo con Irán hace 20 años. Pero yo creo que esas iniciativas son bien positivas.
Algunos organismos que estudian el mercado de los lácteos pronosticaban una recuperación para el segundo semestre de 2016, pero ya anunciaron que no será así y ven la recuperación recién para 2017.
 
¿Coincide con ese pronóstico?
 
No, felizmente le erran. Ya habían dicho que para el segundo semestre de 2015 la cosa se arreglaba. Se pueden hacer informes, proyecciones, pero después el acierto es relativo.
Lo que está claro es que esto en algún momento se tendrá que revertir porque es imposible que un sector primario en el mundo siga produciendo a pérdida. El tema está en cómo uno puede aguantar estas circunstancias.
De nuestro lado la explicación, en parte, está en el gran trabajo que estamos haciendo, en el esfuerzo enorme de los productores y también de la cooperativa.
 
En los consejos de salarios, el sector plantea que ni siquiera se reconozca la inflación…
 
Cuando el sector está perdiendo dinero, y el precio de la leche ha caído 40 y pico por ciento, estar hablando de mejora salarial parece descolgado del mundo. Incluso cuando además en el último período los trabajadores tuvieron una recuperación real.
 
¿Cuál es la salida?
 
Yo creo que la salida es esperar un año, ver que las circunstancias cambien y después nos sentamos a conversar. En este momento no se puede conversar.
 
¿Tan complicado es un acuerdo?
 
Sí, pero parece más que razonable teniendo en cuenta el escenario; en eso no hay dos opiniones. Todos desearíamos que se mejore el salario, pero en estas circunstancias no hay posibilidades porque esto, obviamente, complicaría mucho la situación. Y complicaría más aún la situación del productor… En esto no hay magia, nosotros recibimos determinados valores por nuestros productos y si se mejoran los salarios tiene que bajar el precio al productor, cosa que es impensable en este escenario. Entonces la lógica sería decir “bueno, mantengámonos en esta situación sin mejoras y capaz que en vez de hacer un acuerdo por tres años dejémoslo pendiente seis meses, un año y ahí nos sentamos de vuelta y vemos qué pasó con el mercado”.
 
¿Eso aseguraría las fuentes de empleo?
 
Esa es la clave. Eso es lo que nosotros hemos planteado y es lo preferible, porque de lo contrario se pone mucho en riesgo. Solo haciendo jugo de naranja, sin leche, Conaprole no tiene razón de ser. Ese es el escenario extremo, pero lo hemos planteado así, en estos términos.
 
Este es su último año como presidente de Conaprole, cargo que ejerce desde 2011. ¿Le gustaría ser reelecto?
 
Es un tema para pensar. Es lindo trabajar en la cooperativa y sentirse parte de esta organización, pero es muy agotador; entonces hay que analizarlo bien. Te genera satisfacción ver que estás trabajando a la par con los productores, y junto a un equipo muy bueno que tenemos en la cooperativa. Pero por otro lado, produce un desgaste importante y te aleja un poco de tus cosas, tu empresa… Ese balance es complicado, pero también lo es desprenderte de esta actividad, porque cuando te metés en ella, te atrapa. Es momento de hacer esos análisis y ya veremos. Hay que conversarlo también con el grupo, con los productores y ver respecto al futuro.
 
¿Cuáles han sido sus mayores logros y los mayores desafíos que ha encarado en estos cinco años que lleva al frente de la cooperativa?
 
Yo creo que lo importante es que el productor trabaje convencido de que la cooperativa es la herramienta y, sobre todo, generar un clima. El objetivo fue que todos los productores trabajaran en un clima de concordia, como debe ser en un sistema cooperativo.
Esa fue una tarea muy importante, pero para esto hay muchísima gente que está trabajando continuamente, no es solo la directiva. Hay productores que están vinculados a la actividad gremial, pero otros no, y trabajan tanto o más que los que estamos vinculados a la cooperativa. Todo ese tejido, en mi opinión, facilita el trabajo y es lo que a uno lo engancha, como me pasó a mí desde el primer día que entré en la gremial. Eso, pienso, es lo que ha hecho que la cooperativa siga un camino de crecimiento desde hace muchísimo tiempo.
 
 
Fidelización de marca
 
 
Entre los grandes pilares de Conaprole está su imagen de marca y la fidelidad que tiene tanto entre sus clientes como a nivel de productores. ¿Cómo se logra esto?
 
Entre los productores parece más fácil de entenderlo porque son los dueños de la cooperativa y para eso son importantes las reuniones con ellos, donde se les informa qué pasa con la cooperativa, se intercambian ideas y se escuchan sus sugerencias.
 
O sea, todos participan, en mayor o menor grado, en las decisiones y en las políticas. Sí es más sorprendente en los consumidores, pero felizmente ellos también se sienten dueños de la cooperativa al ser algo nacional. Este es un trabajo de muchísimo tiempo y es algo que transmite la organización.
 
¿Y en base a qué es ese apego que se generó de parte del consumidor?
 
En que la política fundamental de la cooperativa es la calidad y el compromiso con el consumidor. Y eso está muy arraigado en todos los que trabajan en Conaprole, lo transmiten y el consumidor lo percibe. Pero ese reconocimiento a la calidad va más allá, y uno lo percibe con los clientes del exterior. Hay clientes que dicen: ‘Conaprole es calidad, y si tengo que pagar un poco más por su leche, lo pago y listo’. Y está bueno que sea así. En Rusia vendemos la manteca a mayores valores por ser la de Conaprole.
 
Hay una política comercial de mirar a largo plazo que para Conaprole es importantísima. Eso, creo, es lo que genera la fidelidad de los consumidores a nivel nacional e internacional.
 
¿Cuáles son los productos de Conaprole que dan más rentabilidad?
 
Hoy, lamentablemente, ninguno; estas son las circunstancias. Dentro de la situación en la que estamos, uno trata de buscar aquellos clientes que pagan un poco más por los productos Conaprole. Respecto a la pregunta en sí, hay variaciones según el momento.
Hay veces que lo más rentable es la leche en polvo, en otras ocasiones los quesos… Es muy dinámico.
 
 
Señas de identidad
 
 
Álvaro Ambrois, 57 años, es ingeniero agrónomo, está casado y tiene tres hijos: la mayor de 27 años, y mellizos –un varón y una mujer– de 25.
 
Entre sus hobbies preferidos está el deporte, en especial el fútbol y el rugby, ambos como aficionado. Se confiesa hincha de Peñarol. Respecto a la actividad física en forma activa, hace running. “Me saca la ansiedad”, señala.
 
A lo largo de su vida la gente que le dejó enseñanzas fue mucha. “De mis padres, del resto de la familia, de los amigos… Lo más importante son los valores, y eso lo adquirís con la familia. De todos siempre se aprende algo. Dentro de la cooperativa tenés gente que ha hecho una trayectoria importante y uno trata de ver lo que hacen y aportar en esa línea. Pero en todos los órdenes uno tiene gente de la que aprender”, reflexiona.
 
Disfruta mucho de su trabajo en la cooperativa, aunque extraña el día a día en el campo, disfrutar de un amanecer o las tareas al aire libre. Es por eso que todas las semanas se hace un tiempo para realizar esa actividad en su emprendimiento agropecuario.
 
Consume casi la totalidad de los productos de la cooperativa, pero uno está por encima en las preferencias: el yogur. “Tomo yogur todo el día. Es más, como en la cocina soy un desastre, cuando estoy solo no tengo drama, tomo yogur y ya está, no preciso más nada”, confiesa. Los helados, dice, son otro vicio peligroso.
 
 
Fuente: http://www.cronicas.com.uy – Federica Chiarino

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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