Una cola kilométrica de personas desesperadas se pudo ver ayer casi todo el día en el supermercado Santo Tomé, de Los Olivos, en Puerto Ordaz. La razón fue la venta supervisada de leche en polvo. Al principio, cuando el tumulto era poco fueron vendidas seis leches a cada cliente, luego la situación se volvió incontrolable y tuvieron que bajar a dos bolsas por consumidor.
La actividad ameritó la presencia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), la Policía estadal y otras autoridades. El coronel Eiván Marín Cardona, director general de la Vicepresidencia de Desarrollo Integral de CVG, explicó que están atacando a los revendedores, y por ello las ventas supervisadas pretenden que el producto “llegue a quien realmente lo necesita”.
Llamó al mismo tiempo a la conciencia de los guayaneses para que compren lo necesario y dejen a un lado “las compras nerviosas. Debemos volver a los anaqueles, a que los productos estén allí y las personas puedan comprarlos con normalidad, pero eso pasa por la conciencia, por el llamado a la no desesperación, los productos están llegando y a través de las brigadas estamos trabajando”.
Recordó el coronel que en el municipio Caroní, el alcalde firmó un decreto que prohíbe la venta de alimentos por parte de buhoneros, por lo que están atentos a estas situaciones para sancionar a quienes lo practiquen y revisando las ventas de distintos rubros.
Ya hace una semana, el funcionario había advertido que las fiscalizaciones irían hacia el sector alimentos, por orden del Ministro de Estado y presidente de la CVG, Carlos Osorio.
María Cedeño, una de las compradoras, reclamó que en el Santo Tomé se formara una gran cola, donde no se definía cuál era de la tercera edad y cuál de las personas sin impedimentos. “Esto se volvió un bochinche, temprano había dos colas y no pasaba nada, pero la gente es una cosa seria y se aprovecha, el problema es que hay mucho vivo pescando en río revuelto, intentando aprovecharse”.
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