En los últimos meses, los venezolanos nos hemos tenido que conformar con llevar a casa el queso blanco pasteurizado que consigamos en el mercado y a pagar precios que hasta duplican el fijado en la regulación. La elección de la marca y la presentación quedaron en el olvido.
Es que conseguir queso blanco pasteurizado se ha convertido en una odisea. Las cadenas de supermercados de la red privada no ofrecen el producto; en su defecto venden varias marcas de queso de búfala, cuyo precio está liberado y oscila entre Bs 65 y Bs 80 el kilo, dependiendo de la marca. También cuentan con queso mozarella, que −aún cuando no es igual que el pasteurizado− es una variante, mucho más cara, del queso blanco.
Los supermercados de la red gubernamental −Bicentenario y Pdval− ocasionalmente venden queso blanco pasteurizado al precio regulado de Bs 36,20 el kilo; en Pdval suelen vender el paquete de 2,5 kilos entero; Bicentenario también lo expende entero, pero en porciones más pequeñas.
En los mercados municipales casi todos los puestos de venta de quesos tienen el producto; ofrecen presentaciones especiales que oscilan entre Bs 55 y Bs 60 el kilo; pero «es lo más parecido al queso pasteurizado de siempre», como dijo una señora que llevaba un kilo en Guaicaipuro.
Algo muy parecido ocurre con el queso blanco duro; la presentación regulada a Bs 31,96 el kilo hay que pescarla; las artesanales −concha negra, Santa Bárbara, Coreano, de año− hasta duplican ese precio, pues oscilan entre Bs 48 y Bs 85 el kilo en todos los canales de comercialización.
Precios rezagados
El principal problema que afecta a la industria quesera es el rezago en el precio; pues, a pesar de que el pasado 12 de diciembre el gobierno aprobó un aumento de entre 18% y 24% para todas las presentaciones de quesos blancos y amarillos regulados, ese incremento no fue suficiente para soportar el alza de 44% aprobado para la leche cruda.
El caso es que entre diciembre de 2011 y junio de 2012, la producción de quesos blancos regulados retrocedió 40%, según aseguran fuentes ligadas a la industria quesera. En enero, voceros del sector aseguraron que −para operar sin rezagos− el queso blanco pasteurizado debería estar regulado en Bs 64 el kilo.
Ese hueco en el mercado lo han tomado las queseras artesanales, que no tienen el precio regulado ni grandes controles en sus procesos de producción.
Importados como arroz
Esta situación se replica con los quesos amarillos, que según la industria quesera, también quedaron rezagados con el reajuste de precios publicado en diciembre del año pasado.
«La producción nacional de quesos amarillos ha caído entre 30% y 40%», dijo un vocero ligado al sector. En las neveras de los diversos establecimientos se observan una o dos marcas o presentaciones de quesos amarillos, cuando lo habitual era que en un solo comercio convivieran una gran variedad de esos quesos.
A esto se une el hecho de que la mayoría de los quesos amarillos que nos venden en este momento son importados. La semana pasada la industria informó que en lo que va de año se han aprobado el ingreso de 19.900 toneladas de quesos importados.
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