Venezuela es un país que lo tiene casi todo. Una tierra generosa, fértil y agradecida con las semillas, sudor y sacrificios que les ofrecen sus habitantes. Del mismo modo, rica en materias primas. Sin embargo, los diferentes gobiernos que ha tenido a lo largo de su historia han motivado un despojo importante de sus riquezas. Actualmente, y con Nicolás Maduro como presidente, Venezuela se encuentra con muchas carencias de alimentos y medicamentos.
El recorte en la asignación y liquidación de divisas ha limitado el abastecimiento de medicamentos. De la misma manera, la Asociación de Industria Procesadora de Leche (Asoprole), manifiesta su preocupación por el entorno hostil que rodea la producción de leche y la falta de medidas que ayuden a incentivar la producción.
El propio presidente Nicolás Maduro ha calificado de “grave” el desabastecimiento de algunos productos básicos. Actualmente, muchos hoteles de Venezuela sufren la escasez de alimentos y productos de higiene; así lo señala la Federación Nacional de Hoteles de Venezuela (Fenahoven). Empujones y ánimos exaltados entre la multitud que hacen colas a las afueras y dentro de Caracas, con el objetivo de comprar dos envases de mantequilla y un pollo por persona.
Asimismo, el conflicto de la escasez de la harina de trigo ha llevado a que muchos dueños de panaderías tengan que reducir la mitad de la producción. Al mismo tiempo, conseguir aceite vegetal de maíz es casi una lotería, ya que también escasea, obligando a los comercios a limitar la cantidad entre los compradores. Por si fuera poco, la inseguridad nacional del país caraqueño sigue aumentando considerablemente. Prueba de ello, en el mes de mayo del presente año, 410 cadáveres han sido ingresados en la morgue de Bello Monte.
“La libertad no tiene su valor en sí misma. Hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen”. Ramiro de Maeztu. En lo que respecta a esa violencia que a lo largo del año dejan más de 12.000 muertos, Aristóteles decía: “Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará”. Por tal motivo, y como escribiría Amos Bronson Alcott, filosofo americano): “La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia”. Eso es lo que ha sido, y sigue siendo, una gran parte de los presidentes y parte del pueblo de Venezuela.
Por Rafa Lutzardo
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