#Venezuela: La fuga de leche en polvo importada

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Un letrero advierte: “Sólo dos kilos por persona”. Estantes vacíos con la desazón de tierra arrasada. Largas colas en Mercal. Es el retrato de la cotidianidad de los venezolanos que buscan leche en polvo.
La señora Ana, que debe recorrer varios comercios para conseguir un kilo o una lata, no comprende que las importaciones de “leche y nata” (identificadas con el código arancelario 0120) hayan aumentado 34% entre 2010 y 2011, al pasar de 72.292 toneladas a 117.087 toneladas, como indica el Instituto Nacional de Estadística (INE).
No entiende que el Estado venezolano haya invertido en la compra de leche en polvo en el extranjero 1.221 millones de bolívares más entre 2010 y 2011, el triple en cuestión de un año, cuando tiene que conformarse con una sola marca porque la que gustaba antes “ya no viene”.
Las abultadas cifras de importación de leche en polvo contrastan con su sostenido desabastecimiento. Entre los 14 productos básicos regulados por el Gobierno desde 2003, se mantiene como el de mayor índice de escasez, por encima del promedio general, según las mediciones que semanalmente realiza la firma Datanalisis.
En el último año, el índice de escasez de la leche en polvo en sobre de un kilo se ubicó en 47,50%, muy por encima del promedio de desabastecimiento general de 18,29%, según Datanalisis.
Pero si las importaciones aumentaron y la escasez se mantiene, ¿por qué sigue faltando la leche en polvo en Venezuela?
Hay cifras que no cuadran si se comparan las estadísticas oficiales del comercio exterior venezolano.
A lo largo de 2011 llegaron a Puerto Cabello 39.969 toneladas de leche en polvo procedentes de Nueva Zelanda, según la base de datos de la revista Informes, de la Cámara de Comercio de Puerto Cabello.
El INE indica que en el mismo período Venezuela compró a Nueva Zelanda 56.800 toneladas del producto.
El Departamento de Estadísticas del país oceánico (The Government Agency Statistics New Zealand) registra que le vendió 90 mil toneladas a Venezuela en 2011.
El diferencial es significativo si se compara el cargamento que entró por Puerto Cabello en 2011 con las cifras de importación del INE o las de exportación de Nueva Zelanda hacia Venezuela: entre 50 mil y 33.200 toneladas de leche en polvo no aparecen registradas.
Justo coincide con las evidencias de contrabando en Colombia de la leche importada a dólar preferencial por Venezuela, procedente de Nueva Zelanda.
Se calcula que unas 30 mil toneladas de leche en polvo se habrían “fugado” en 2011 por la frontera colombo-venezolana, vía Paraguachón, estado Zulia. La cantidad equivale a dos meses de consumo nacional y se aproxima a la diferencia que resulta de la comparación entre las estadísticas oficiales.
La Federación de Ganaderos de Colombia (Fedegan) denunció el año pasado que el negocio estaba en vender a través de la frontera la mercancía importada por Venezuela a dólar preferencial, presentada en sacos de 25 kilos, para luego ser comercializada en territorio colombiano a un precio 40% por debajo del mercado local, afectando el sector lechero de ese país.
En Colombia, ni las autoridades sanitarias ni aduanales certifican la presencia de leche de origen venezolano o neozelandés.
El año pasado, la Dirección de Aduanas e Impuestos Nacionales (Dian) de Colombia multó a una empresa del sector lácteo colombiano con 12 millones de dólares por participar en este mercado negro de leche en polvo, confirmó el director de esta entidad, Juan Ricardo Ortega.
“Existe una estructura de contrabando binacional que involucra al crimen organizado con gran capacidad operativa de lavado de activos y corrupción de funcionarios”.
En Venezuela, el ministro para la Alimentación, Carlos Osorio, negó en agosto del año pasado la posible triangulación entre Nueva Zelanda, Venezuela y Colombia. Recordó que existe el Sistema Integral de Control Agroalimentario (Sica), coordinado por la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (Sada), adscrito al Minpal, que controla la distribución de alimentos a través de guías de movilización.
“Es prácticamente imposible que la industria lechera privada pueda pasar mercancía a Colombia por los caminos verdes por la cantidad de controles impuestos por el Estado para comercializar alimentos”, afirma el presidente de la Cámara Venezolana de Industrias Lácteas (Cavilac).
El representante gremial confirma que sin la guía de movilización otorgada por el Sica, “en cualquier alcabala del país te pueden detener y decomisar la mercancía. El control es tal que no puedes cambiar la ruta precisamente determinada en el sistema sin autorización. La única manera de que exista contrabando hacia Colombia es mediante la complicidad de autoridades militares o aduaneras de ambos países”, describió Figueroa.
Hay quienes desconfían de la efectividad del Sica para garantizar la distribución justa de alimentos en el país. El diputado a la Asamblea Nacional (AN) por el estado Táchira, Abelardo Díaz, acusó el pasado 4 de mayo a Osorio por las medidas de restricción y control de la circulación de productos de esa entidad. Indicó que “esta política alimentaria ha traído como consecuencia la creación de mafias y monopolios que controlan el negocio de los alimentos bajo el amparo de la corrupción a todo nivel”.
Vacas lejanas. Lo que tampoco imagina la señora Ana es que la leche pulverizada que contiene el sobre colorido de la marca Casa, por ejemplo, comercializado por la red estatal que incluye a Mercal o Pdval, podría provenir del otro lado del mundo, específicamente de Nueva Zelanda. De allá es trasladada mediante barcos de carga en sacos de 25 kilos para luego ser empaquetada en Venezuela en sobres de un kilo, rotulados con el nombre comercial de la empresa La Casa, S.A.
La mayor parte de la leche en polvo que consumen los venezolanos proviene del país oceánico. Según el INE, el año pasado representó 54% del total de las compras de este producto. Luego le siguen Argentina y Uruguay como segundo y tercer proveedor de este producto a Venezuela, con 33% y 5% respectivamente.
Venezuela se convirtió a finales del año pasado en el primer país latinoamericano y quinto del mundo que más le compró leche a Nueva Zelanda, el mayor productor y exportador en el mercado internacional.
A finales de 2011 aumentó la inversión en 33 millones de dólares respecto del mismo período del año anterior, según The Government Agency Statistics New Zealand.
Consumo como excusa. Las autoridades ligadas al sector alimentos ha negado la escasez de leche en polvo, asegurando que hay pleno abastecimiento.
También han asomado que la ausencia en los anaqueles podría deberse al aumento del consumo por la recuperación del poder adquisitivo. A los cambios en el comportamiento de los venezolanos en años recientes, que compran más de lo que necesitan ante las amenazas de escasez.
Pero si se revisan las propias cifras del INE, se detecta que el consumo de este producto ha bajado. Entre el segundo semestre de 2010 y el mismo período de 2011, el consumo diario de leche en polvo completa (medido en gramos) bajó a 12,11%.
Medio vacio, medio lleno
14 mil toneladas
de leche en polvo es el consumo mensual de los venezolanos, según cifras oficiales.
8% aumentó
la producción nacional de leche, según la Federación de Ganaderos y Agrícolas de Venezuela (Fegaven)
63% de la población
piensa que sí hay desabastecimiento de alimentos, según encuesta de Datanalisis (diciembre 2011)
Fortificada Relación
1)La relación comercial entre Venezuela y Nueva Zelanda se ha incrementado de manera importante en los últimos años. El Estado venezolano ha invertido dos mil 300 millones de dólares entre 2000 y 2011.
2)El mercado lácteo neozelandés está agrupado en la cooperativa Fonterra Limited, una poderosa multinacional que agrupa _más de 10 mil productores _del país insular.
3)La empresa estatal La Casa, S.A. (o simplemente Casa) es la principal beneficiaria de las importaciones. Así lo demuestran las estadísticas de la Cámara de Comercio de Puerto Cabello, CCPC, aduana a la que llegaron 23 mil 292 toneladas del producto compradas por la empresa estatal.
4) También la base de datos Importgenius, que registra el movimiento de embarcaciones del comercio internacional que pasan por algún puerto de Estados Unidos, muestra que la mayor parte de la leche en polvo que Fonterra envía a Venezuela está destinada a La Casa.
La casa importadora
Casa (registrada como Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas, La Casa, S.A) es una empresa del Estado venezolano creada el 2 de agosto de 1989 durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Según su expediente depositado en el Registro Mercantil III de Caracas, sus primeros accionistas fueron el Banco Industrial de Venezuela (BIV) y Fivca (Sociedad Financiera Industrial de Venezuela). Entre sus objetivos originales estaba la comercialización y distribución de productos agropecuarios de “naturaleza nacional e internacional”.
En la Asamblea de Accionistas del 7 de febrero de 1991, el Ministerio de Agricultura y Cría se convierte en socio mayoritario.
El 5 de mayo de 2003 fueron modificados sus estatutos.
Después de varias reformas del decreto (2004, 2005 y 2006), quedó adscrita al Ministerio para la Alimentación.
En el expediente La Casa, también hay registro de sus relaciones comerciales con Nueva Zelanda. El 30 de julio de 2007 la junta directiva de la empresa autorizó al presidente de entonces, Omar Duarte Pérez, a viajar al país austral para “participar en las mesas de trabajo para tratar la comercialización del rubro leche en polvo”.
Dejó a Luis Rafael Moreno Machado como presidente encargado por 15 días.
El actual presidente de La Casa, S.A es Carlos Osorio Zambrano, general del Ejército activo, quien fue nombrado ministro para la Alimentación en 2010. Al mismo tiempo preside la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), otro organismo clave de la llamada Misión Alimentación promovida por el presidente Chávez “para garantizar la seguridad alimentaria”.
El 6 de junio de 2011, el titular del Ministerio para
la Alimentación, como socio mayoritario de La Casa, aprobó por unanimidad su propio nombramiento.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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