#Venezuela: La escasez que divide a Venezuela

Share on twitter
Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on email

Unas 30 personas hacen fila fuera de un supermercado del Estado en el populoso barrio del 23 de Enero, en Caracas. Una mujer sale con una bolsa en la mano: «¡Hay leche!», exclama con entusiasmo.La leche es uno de los productos que no se encuentran fácilmente en Venezuela. Otros son el azúcar, el aceite para cocinar y la harina que sirve para hacer arepas.
El último en volver a desaparecer ha sido el papel higiénico. Esta ausencia, el gobierno planea resolverla importando 50 millones de rollos.
Según el Banco Central de Venezuela, el índice de escasez subió al 21% en abril. Es decir, de cada 100 bienes, no se encuentran 21, la cifra más alta desde que la entidad comenzó a hacer seguimiento al asunto en 2009.
Paciencia
Cuando productos como la leche reaparecen, entonces comienzan a formarse las largas filas fuera y dentro de los mercados.
Pero a quienes compran en las tiendas estatales como el Mercal, eso parece no importarles demasiado. «Siempre hay filas, necesitamos paciencia», comenta Raúl España, jubilado de 63 años.
Ahorrar en la compra de comida es algo importante para España, que vive junto a su esposa de una pensión estatal de unos 2.500 bolívares mensuales (casi US$400 al cambio oficial).
«Antes no podíamos comer una dieta completa, ahora podemos permitirnos de todo», asegura.
Mercal es parte de un sistema estatal de distribución de alimentos y otros bienes básicos subsidiados, que son distribuidos a través de una cadena de tiendas alrededor del país.
Un kilo de pasta, por ejemplo, se vende en Mercal a dos bolívares (US$0,30), una décima parte de lo que en un supermercado privado.
El difunto presidente Hugo Chávez creó este sistema en 2003 después de una huelga liderada por opositores que virtualmente paralizó el país.
Inflación
Las tiendas de Mercal están generalmente ubicadas en áreas humildes como el 23 de Enero, en el oeste de Caracas. Muchos de sus clientes afirman que se trata de algo que los ha ayudado a dignificar su vida, como otros de los programas sociales creados por Chávez.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) incluye a Venezuela entre los países que más éxito han tenido en sus esfuerzos para erradicar el hambre.
Cuando Chávez llegó al poder en 1999, más del 15% de la población padecía maltnutrición. Ahora, según la FAO, esa cifra es de menos del 5%.
Pero mientras muchos alaban al gobierno por programas que han permitido que coman cada día, simpatizantes de la oposición tachan el panorama económico de ser un desastre.
En Altamira, zona de clase media-alta de Caracas, los vecinos se quejan mientras se dirigen al supermercado.
«Ahora tengo que pasar por cinco o seis supermercados para comprar lo que necesito», dice Gerardo Araujo, contador.
Además, la falta de disponibilidad de los productos no es lo único que preocupa a Araujo. La inflación interanual superó en abril el 29%, mientras sólo los alimentos subieron ese mes un 6,4%, según cifras del gobierno.
«Cada día mi salario vale menos y pierdo capacidad de compra», se queja mientras culpa a la ineficiencia del gobierno por la situación.
Economistas cercanos a la oposición apuntan al control de cambios, a la falta de productividad en el sector de alimentos y la dependencia de las importaciones para explicar el alza de precios.
El gobierno discrepa. Tras ganar por un estrecho margen en las elecciones presidenciales de abril, el presidente Nicolás Maduro insistió en que la escasez era el resultado de una «guerra económica» iniciada por conspiradores de oposición y las clases acomodadas.
«Sabotaje»
En mayo, Maduro hizo una gira por Argentina, Brasil y Uruguay en la que buscó, según dijo, «garantizar fortalecer nuevamente la reserva alimentaria y de productos básicos a tres meses».
En , Maduro suscribió 12 acuerdos bilaterales para intercambiar petróleo -Venezuela tiene las mayores reservas probadas del mundo- por alimentos como carne y trigo.
Pero la escasez en Venezuela no es algo nuevo. Durante los 14 años de gobierno de Chávez, la disponibilidad de alimentos y otros bienes ha venido fluctuando.
La mayoría de los analistas considera que la comida se convirtió en un arma electoral en abril y muchos de los que antes votaron por Chávez, esta vez lo hicieron por la oposición.
Para Henrique Capriles, líder opositor que superó el 49% de los votos el 14 de abril, Venezuela sólo se puede salvar del colapso con un nuevo modelo económico.
«Tenemos suficiente tierra para convertir a Venezuela en un productor de alimentos. El petróleo tiene que ser una palanca para el desarrollo. Tenemos 30 millones de hectáreas de tierra fértil. Estamos importando pescado y mira la costa que tenemos», le dijo Capriles a BBC Mundo en una entrevista durante la campaña.
Rebuscando
Incluso en el 23 de Enero, un bastión del chavismo, se puede percibir cierto declive en la confianza en el gobierno para solucionar la situación.
«Tienes que andar rebuscando para encontrar lo que necesitas», dice Vicenta Martínez, 81 años, mientras hace fila en el Mercal.
«No hay nada de aquí, todo es importado», se queja. «Yo vengo del campo y antes producíamos comida, ahora nada».
Chávez prometió soberanía alimentaria para Venezuela y hasta convertir al país en una potencia exportadora de alimentos. Para eso, expropió tierras y nacionalizó empresas. Pero 14 años después, el país importa el 70% de lo que consume en comida.
«El gobierno es responsable», dice Martínez mientras baja la voz para evitar que otros la oigan. «Antes votaba por Chávez, pero nos engañó. Esta vez voté por Capriles».
Y es que en Venezuela, la comida es un asunto político.
BBCMundo.com

Mirá También

Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas