La falta de fórmulas lácteas y leche para niños es el problema más difícil de resolver en medio de la escasez general en el país.
La escasez de leche y fórmulas lácteas no es nueva en San Cristóbal y el resto del país; sin embargo se ha acentuado durante las últimas semanas. Madres desesperadas por encontrar el producto, duermen en la calle para asegurarse de conseguirlo al día siguiente cuando empiece a laborar el establecimiento comercial. Otras recorren varios sitios en su búsqueda, al tiempo que se las ingenian para sustituir la bebida con otras mezclas.
La falta de fórmulas lácteas y leche para niños es el problema más difícil de resolver en medio de la escasez general en el país. Otros productos pueden sustituirse o simplemente dejar de usarse, pero éstos no. Los bebés de 0 a 6 meses se alimentan exclusivamente de leche. Lamentablemente todas las mujeres no pueden amamantar a sus hijos, y deben recurrir a las fórmulas. No encontrar el producto supone una gran angustia y desmedidos esfuerzos por conseguirlo.
En distintas farmacias de la ciudad se exhiben letreros que informan: “No hay fórmulas lácteas”. Vendedores aseguran no recibir el producto desde hace al menos tres meses, y en otros casos, hasta seis. Explican que según sus proveedores, hay problemas en la asignación de guías de movilización. Supermercados y otros lugares de expendio tampoco están vendiendo el producto, ni siquiera las grandes cadenas de farmacias donde se hacía más probable su adquisición.
La situación obliga a recurrir a métodos nunca imaginados. María Vivas, madre soltera de dos niños; uno de dos años y medio y otro de siete, comentó mientras hacía la cola para comprar un paquete de pañales: “Me toca muy difícil. El niño más grande no quiere dejar los pañales y el otro es un bebé. Los dos toman tetero. Yo duermo afuera del Bicentenario los viernes en la noche para amanecer el sábado, que es el día que me corresponde, y comprar un kilo de leche completa. Al bebé le empecé a dar esa leche desde los 5 meses. Con eso les hago crema de arroz y los mantengo. Pero hago eso todas las semanas. Ese es el único lugar donde todos los días hay leche. Y tengo que irme a eso de las 7 de la noche para poder salir al menos a las 11 de la mañana, si no, se me dan las 4 de la tarde”.
Luisa Méndez, madre de un niño de un año y otro de cinco, relató sus peripecias en medio de una larga cola para comprar leche Prebio 3: “Me toca hacer la cola, las horas que sea necesario. No hay leche, no se consigue, de ninguna. Le estoy dando Nestúm con agua, con eso lo engaño. Voy a llevar Cerelac, porque es más grueso y se le parece el sabor. El problema es que casi no se consigue. Le doy lo que consiga, de fórmula, completa, Prebio, se las mezclo. Es un corre corre todo el tiempo. Y el niño mayor también toma tetero dos veces al día y por él no me venden leche”.
Erika Ochoa, dijo: “Yo tengo un niño de dos años que no come nada, sino tetero. He intentado que reciba sopa y comida de sal, porque se toma un tetero cada tres horas. Un kilo dura apenas tres o cuatro días. A veces consigo solo de 0 a 6 meses, pero no me venden porque la partida de nacimiento dice que el niño tiene dos años y no la necesita. Otras veces he logrado comprarla y la revuelvo con Mayorcitos para que me rinda. Si no, con Prebio”.
Ciertamente la situación se torna muy difícil para las madres, quienes deben pedir permiso en horas de trabajo, e incluso, faltar, para poder comprar leche y fórmulas lácteas. Pues cuando llegan a algún establecimiento comercial, la cantidad es muy poca y la existencia se acaba en cuestión de minutos, aun cuando se exija la partida de nacimiento para su compra.
En este mismo sentido, vale la pena destacar un hecho que causó polémica en las redes sociales esta semana, cuando en territorio colombiano fue detenida una gandola venezolana con 18 mil latas de fórmula láctea que pretendían ser pasadas de contrabando. Usuarios de Twitter denunciaron la corrupción por parte de las autoridades nacionales, en particular aquellos padres que padecen por la falta del producto.
Alteración nutricional
La escasez está causando una fuerte alteración nutricional en los infantes. Las etapas de 0 a 6; de 6 a 12 y de 12 a 24 meses ya no se cumplen con regularidad. Niños de 2 años están ingiriendo fórmulas lácteas para bebés de 0 a 6 meses; mientras otros de 4 y 5 meses consumen leche completa. Igual sucede con cereales recomendados para cada etapa del crecimiento. Actualmente la necesidad obliga a las madres a administrar cualquier tipo, indistintamente de la edad del niño.
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