Jorge Prado, director de Confagán Zulia, rechaza la política de subsidio. Señala que es otro «error» en el plan de auxilio al productor. La medida recomendada se apunta a tener un precio real», y complementar con otras condiciones de ayuda al consumidor.
El subsidio por litros de leche colocado en la plantas pasteurizadoras no termina de convencer a los productores. Menos a los pequeños que tienen la renta segura con la producción artesanal de queso.
La industria láctea pública lanzó un nuevo plan de atractivo. Lácteos Los Andes ofrece pagar 9,9 bolívares por litro. Los trabajadores de la empresa estatal alertaron no tener inventarios para operar. Lo que les coloca en punto de quiebre.
Larry Fernández, directivo de la Aganorla, explica que la «desconfianza por la falta de pago inmediato» es el principal obstáculo. «El Gobierno demora en los pagos de la semana», teniendo eso efecto en la cancelación de nóminas. «Cómo un productor le dice a sus trabajadores que no tiene para pagarles», cuestiona.
Yván Gil, ministro de Agricultura y Tierras, aprobó el 19 de septiembre en Gaceta 40.254 dos subvenciones directas. La leche cruda en industria láctea pasteurizada a 3,00 bolívares por litro y colocada en la planta de Machiques de Perijá a Bs. 5,00.
Jorge Prado, director de Confagán Zulia, rechaza la política de subsidio. Señala que es otro «error» en el plan de auxilio al productor. La medida recomendada se apunta a tener un precio real», y complementar con otras condiciones de ayuda al consumidor.
De acuerdo a la resolución del MAT, en los cinco primeros días de cada mes la industria debe consignar ante la Dirección general del despacho ministerial el reporte de inventario colocados por los productores. Se establecerá el mecanismo de pago, según las características y relación de comercialización.
Larry Fernández precisa que aun con incentivos «el Gobierno no consigue cómo convencer. El productor no arrima. Si es un pequeño productor no puede esperar tanto tiempo». Explica que el ingreso semanal permite responder rápido a la comida y necesidades que surgen en las fincas lecheras.
«Las medidas desesperadas no hacen que las plantas produzcan, quienes producen son los ganaderos. Son los que cargan el costo de pagar caro el forraje porque el cultivo de pasto no se dio por la sequía. Como pasa en la Costa Oriental que hay pérdidas por el verano intenso y si no le pagan la leche todo empeora», reflexiona.
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