Las distorsiones en la cadena de comercialización de la leche son tan amplias que los aumentos otorgados por el Ejecutivo no las han podido corregir. El precio que registra la leche cruda a puerta de corral es imposible de costear por las industrias pasteurizadoras de leche, cuyo producto terminado, que es la leche pasteurizada, está sometida a la regulación. Antes del aumento de 279,16% en el precio de la materia prima, las empresas pagaban entre Bs 21 y Bs 25 el litro de leche fresca. Con dicho incremento, el precio oficial se fijó en Bs 13,65, casi la mitad del valor real del mercado. La leche fresca representa casi el 80% del total de la estructura de costos de la industria. La Asociación de Productores de Leche (Asoprole) expresó la semana pasada su preocupación por la viabilidad de la producción, y que en julio ya habían manifestado al Ejecutivo nacional que el precio sugerido para la leche pasteurizada en la presentación de 900 cc era Bs 30,5. Sin embargo, el precio oficial fue fijado en Bs 18, con lo cual el rezago es de 69,44%. «Con este escenario, lamentablemente la industria no puede garantizar el normal abastecimiento del mercado nacional, con leche fluida pasteurizada». Esta situación propicia que el grueso de la producción de leche cruda se desvíe hacia la industria de quesos artesanales, cuyos productos no tienen los precios controlados.
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