La venta de alimentos que componen la canasta básica mantiene una tendencia negativa, luego de que el total de toneladas de rubros comercializados pasara de −4,05% en agosto a −3,25% en septiembre.
El estudio Tendencias sobre la comercialización de alimentos en el país, elaborado mensualmente por la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), advierte que los números del sector al cierre de septiembre son negativos, a pesar de que algunos rubros, como aceite, avena y azúcar, mostraron una mejoría en comparación con el mismo período de 2011.
El sector no registra números positivos desde febrero de 2011, en la comercialización de rubros. Al cierre de septiembre, los rubros que registraron la mayor caída fueron leche en polvo en 24,50%; leche pasteurizada en 9,50%; harina de trigo en 6,58%; harina de maíz en 4,14%, arroz en 0,53% y atún en 0,46%.
La caída general pudo ser mayor, de no registrarse una recuperación en los números del aceite, que frente al volumen de ventas registrado en 2011, asciende 44,10%; azúcar subió 12,09%; avena 5,54%, mayonesa 4,33%; margarina 4,03%; pastas 3,66%; salsa de tomate 2,87% y sardinas 2,50%.
La explicación a esta continua tendencia negativa obedece al restringido acceso a la materia prima, tanto nacional como importada, baja disponibilidad de divisas y a la entrada en vigencia del ajuste de precios para los productores, pero no a nivel de industria, lo cual profundiza la crisis que vive el sector.
Esto se aprecia en el acumulado de enero a septiembre del 2012, frente al balance registrado en el mismo período durante el 2011. Al cierre del noveno mes de este año sólo aceites, con 11%, azúcar 3,12%, margarina 3,04%, harina de trigo 2,74%, sardinas 1,63% y pastas 0,29%, mostraron números positivos.
El resto de los rubros estudiados se ubicó en rojo, destacando leche en polvo con −18,29%, salsa de tomate −11,23% y leche pasteurizada con −8,45%.
El sector Alimentos, explicó Cavidea en un comunicado, se encuentra bajo un esquema de controles de precios durante casi una década, sin que la autoridad reguladora efectúe ajustes periódicos frente a los costos, lo cual hace insostenible la operación de la industria en el país, por lo que el Estado se ha visto en la obligación de sustituir la caída en la producción nacional con un sostenido incremento en las importaciones.
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