Valor promedio de tonelada llegó a los US$ 3.054 en remate
Los precios promedio de los lácteos volvieron a subir ayer en el remate de la neocelandesa Fonterra, consolidando una tendencia que le devolvió a los tamberos el alma al cuerpo. El valor promedio quedó en US$ 3.054 por tonelada pese a que creció la oferta vendida, pero lo más importante es que la oferta disponible para los meses de primavera se sostiene al alza.
«Si Australia, para el Hemisferio Sur va a tener una oferta poco creyente por el efecto Niño, al revés de nosotros y si Argentina no nos empuja por sus problemas, imagino que la industria tiene que estar en una postura de mejor confort que el que se podía prever algunos meses atrás», analizó el presidente de la Cámara Uruguaya de Productores de Leche, Horacio Leániz.
Por otro lado, la lechería uruguaya no tendría la potencia suficiente para crecer más en volumen y sostener el aumento de entre 15% y 20%. Todo esto trae a los tamberos un escenario de tranquilidad que hasta hace poco tiempo no tenían. Al crecer la demanda, los lácteos uruguayos podrían tener menor dependencia de Brasil y podrían volver a captar otros mercados (caso de los asiáticos o algunos de África) que no estaban comprando.
Pero, si bien los productores esperan tener una primavera buena con un cierto confort para los tambos que hace mucho no se daba, la Cámara Uruguaya de Productores de Leche, sostiene que hay un montón de productores medianos y chicos que están con problemas de liquidez. «Hay gente a la que le aparecieron saldos deudores multiplicados por tres y por cuatro en Conaprole durante los últimos meses. Eso está asociado a la gente que se jugó a invertir mucha plata y esa inversión está calzada a plazos muy cortos. Por comprar mucho grano de oportunidad -fue lo que permitió aumentar la producción por vaca-, ese productor puede no estar con disponibilidad para pagar otras cuentas», explicó Leániz.
Los tamberos tuvieron la oportunidad en el otoño de hacer buenas reservas alimentícias en sus tambos, aprovecharon el grano y eso generó un costo adicional por todo el agregado de valor que significa embolsar grano, ensilar y darle comida al ganado mediante pastoreo mecánico (mejorar la dieta en base a grano y silo).
«Eso significa más gasoil, más personal y horas extras. Eso de alguna manera, si no se refleja en una producción inmediata, puede representar un margen mensual menor y con ello pueden aparecer algunos síntomas de iliquidez», explicó.
PABLO ANTÚNEZ
El País Digital