Uruguay: #Rusia pateó el tablero del comercio mundial de alimentos

Share on twitter
Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on email

“Van a ver que yo también puedo jugar fuerte”, habrá pensado Vladimir Putin cuando el mundo occidental hizo más severas las sanciones a Rusia por el conflicto bélico en Ucrania. Y esta semana se despachó con el cierre total de la importación de alimentos desde Estados Unidos, la Unión Europea, Noruega, Canadá y Australia por un año a partir de ayer. En contrapartida, puso la mira en América del Sur, donde habilitó más de 60 plantas frigoríficas de carne en Brasil, haciendo la vista gorda donde antes tenía una gran cantidad de barreras supuestamente por razones sanitarias.
Rusia es un gran importador de alimentos, fundamentalmente desde Europa. La Unión Europea en 2013 exportó a Rusia alimentos y bebidas —estas últimas no entran dentro de la prohibición— por € 11.900 millones, en tanto que Estados Unidos tiene allí un destino trascendente para carne de pollo y frutas. En el caso del pollo, cuenta con una cuota de 150 mil toneladas anuales, en tanto está impedido desde hace más de un año de exportar carne vacuna a este destino debido a la presencia de promotores del crecimiento en embarques realizados a principios de 2013.
En Brasil observan esta novedad como una gran oportunidad. “Es una de las mejores noticias del año”, dijo Francisco Turra, presidente de la ABPA, gremial que nuclea a productores de carne de cerdo y de ave. El mismo día que anunció el cerco de sus ocasionales rivales, Moscú habilitó varias decenas de frigoríficos brasileños, entre ellos la friolera de 27 productores de carne vacuna, que incluyen 11 de JBS y siete de Marfrig.
Brasil tiene en Rusia su principal cliente para la carne vacuna y coloca unas 60 mil toneladas de pollo, además de carne porcina.
En el caso de Uruguay, el potencial impacto de esta medida se maneja con cautela. Los principales productos que el país exporta a Rusia son carne vacuna (US$ 85 millones en lo que va del año), lácteos (unos US$ 39 millones), soja (US$ 9 millones), citrus (US$ 9 millones) y carne y menudencias equinas (US$ 7 millones), pero también se colocan, en menor cuantía, productos como vinos (US$ 650 mil) y manzanas (US$ 320 mil).
En este último caso, el principal proveedor de Rusia es la Unión Europea. En 2013 los países comunitarios colocaron en Rusia frutas por casi € 1 mil millones, de los cuales 50% correspondió a manzanas y peras. La relevancia del destino euroasiático es absoluta, ya que representa 46% de las exportaciones europeas del rubro. Pero se trata de un arma de doble filo, ya que a la vez que va a aumentar fuerte el precio de estas frutas en Rusia, seguramente lo disminuirá en las ciudades europeas, donde —justamente— los exportadores uruguayos de estas frutas (básicamente manzana) tienen sus principales destinos.
En 2013 Rusia llevó unas 370 mil toneladas de carne de cerdo de Europa, por € 800 millones, y quesos por un monto similar, además de “bebidas espirituosas” (fundamentalmente whisky), vinos y vermut.
Es un hecho que los precios de importación de muchos de estos productos van a aumentar en Rusia, lo que está generando un fuerte dolor de cabeza al Banco Central, que observa con preocupación los efectos sobre la inflación. En el caso concreto de la carne vacuna, principal producto que Uruguay exporta a este destino, los precios ya estaban muy firmes debido a la imposibilidad de estadounidenses y australianos de entrar al mercado, y ahora se sumará el faltante de otras proteínas animales. Con seguridad lo mismo acontecerá en los lácteos.
Pero también hay que tener en cuenta que, en el mediano plazo, se estima que todos estos cercos comerciales levantados en el viejo continente le pegarán a las economías, debilitando el poder de compra de estos países. Y que en Europa y EEUU habrá saldos exportables de estos productos que seguramente serán colocados en otros destinos, en los que es factible que también participe Uruguay como proveedor.
Es factible entonces que en el corto plazo se genere una ventana de oportunidades para varios productos en Rusia, mejorando los precios de venta. Pero en el largo plazo todas las medidas restrictivas al comercio atentan contra la salud de la economía y empobrecen a los países, afectando su poder de compra. Ni que hablar si de la guerra comercial se pasa a un episodio bélico de ribetes que da miedo hasta imaginar.
http://tardaguila.com.uy

Mirá También

Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas