José Mujica quiere darle una mano a Raúl Castro para producir leche. Para mí es una misión imposible teniendo en cuenta la experiencia productiva del castrismo.
La propuesta del presidente de Uruguay es, sin duda, elogiosa y hasta evangélica. Ayudar al que lo necesita, dar de comer al hambriento, ser solidario y compasivo con el prójimo
«Tenemos que dar una mano en la lechería» y «hacer todo lo posible, o producir un cuadro de leche con el respaldo de los gobiernos para que se transforme en leche en polvo, y ayudar a su vez a multiplicar la productividad acá», dijo Mujica a los periodistas, tras colocar el jueves una ofrenda floral en el monumento al héroe uruguayo José Artigas en un parque de La Habana Vieja.
Una buena intención pero un esfuerzo destinado al fracaso. El problema del castrismo no es de ayuda o falta de ellas, es sistémico. Es el sistema el que no funciona. El que no produce en abundancia ni leche, ni viandas, ni hortalizas, ni granos, ni frutas. Un sistema parasitario que ha sobrevivido gracias a los subsidios, primero de los soviéticos y ahora de los chavistas.
Mujica, y su esposa, la senadora Lucía Topolansky, viajaron a Cuba en visita oficial y participan en los festejos para conmemorar el 60 aniversario del fracasado asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba el 26 de julio de 1953.
Hace seis años, un dia como hoy, en un discurso pronunciado en la ciudad de Camaguey, para conmemorar ese descalabro, Raúl Castro prometió un vaso de leche para cada cubano.
“Hay que borrarse de la mente eso de hasta los siete años, llevamos 50 años diciendo que hasta los siete años. Hay que producir leche para que se la tome todo el que quiera tomarse un vaso de leche” dijo Raúl.
Aceptando que ese deseo no fuera pura demagogia habría que concluir , seis años más tarde, que esa buena intención ha quedado en el empedrado camino de la ineficiencia socialista.
Por eso digo que a sus 78 años, Mujica, un curtido revolucionario tupamaro que ha madurado en el ejercicio democrático de la política, puede tener la mejor voluntad, pero ya no puede darle la mano que quisiera a Raúl. No es nada personal, es el sistema.
Por lo demás parece que Mujica disfrutó en La Habana un encuentro personal con Fidel Castro que lo definió así:
“Una conversación demasiado arborescente, hablamos de todo, qué se yo, pero me encontré con un anciano que sigue siendo brillante, siempre promotor de ideas», dijo Mujica a varios medios de prensa, a propósito de su reunión con Castro en la noche del miércoles.
El mandatario uruguayo, destacó que Fidel «está enfrascado en impulsar una experimentación en biología» para «encontrar vegetales del área tropical que sirvan para la fabricación de pienso para la comida de los animales».
«Atrás de esta idea: dejar la mayor cantidad de granos posible para la alimentación humana», aseveró Mujica, al comentar que el expresidente cubano «está lleno de semillas, de plantas, de variedades que está impulsando y le da un motivo a la existencia».
Bueno en eso de los experimentos de Fidel, el pobre Mujica no creo que esté muy al tanto. Es un vicio que ya le viene de tiempos atrás. Y ahora que hablamos de leche es bueno recordar que este Fidel que hoy experimenta para darle un motivo a su existencia como dice Mujica, le prometió a los cubanos el 2 de enero de 1969, durante un discurso en La Habana:
“Y habrá algo más de un litro no solo para todos los niños, sino para todos los ciudadanos de este país y en fecha ciertamente no lejana»
Sin duda que los Castro tienen un sentido muy particular de la lejanía.
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