La determinación de hacer los verdeos del próximo verano será decisiva a la hora de saber cómo impactará la caída de precios internacionales.
Hay una relación directa entre la comida de la vaca y la producción de leche
Las decisiones que el productor lechero adopte ahora, sobre todo referidas a los verdeos de verano, son las que van a definir la producción del año próximo. Por lo tanto, el impacto de la caída de los precios en las remisiones lecheras se va a empezar a sentir realmente a partir del año que viene y no en esta primavera, donde los productores han logrado mantener sus niveles de producción.
Son decisiones de tipo agrícola que el productor adopta y que refieren por ejemplo a cuántas hectáreas de verdeo va a plantar y los cultivos que va a producir con destino a reservas para el año que viene, informó a El Observador Agropecuario el asesor privado, Daniel Zorrilla.
En este marco el impacto de estas decisiones estará vinculado a la posibilidad de cubrir las necesidades de alimentación de los ganados en el verano e invierno de 2016. Sin embargo, las tierras para esas plantaciones se deben preparar en agosto y setiembre para sembrar durante setiembre y octubre. Estas decisiones de hoy no incluyen las praderas, las que se definen en el otoño del año que viene, explicó Zorrilla.
Al referirse a la importancia de la nutrición en el ganado lechero, el asesor privado explicó que la leche que produce la vaca se obtiene estrictamente de lo que come, es una cuenta casi matemática. En consecuencia, si se baja la cantidad o la calidad de la comida a la vaca, lo primero que hace el animal es bajar la producción de leche.
Pero lo segundo que ocurre –y que es tan importante como lo primero– es que las vacas no entran en celo y ahí no solo afecta la producción actual, sino también la del año que viene, y además tendrá menos pariciones. Por eso es que el productor no tiene otra alternativa que asumir el desafío e invertir en comida aunque pierda plata.
A diferencias de otros rubros que ante las dificultades achican el tamaño de sus producciones, el tambero si lo hiciera para retomar luego el ritmo de producción necesitaría después dos o tres años. Eso es lo que explica que el productor se mantenga lo más posible aunque produzca a pérdida, «porque si no aguanta lo va a pagar el año que viene». En ese juego de decisiones es que se debe encontrar el equilibrio del negocio en procura de encarar una actividad que se mantenga rentable, sostuvo.
El técnico entendió que pasar el invierno y entrar a la primavera con el ganado en buen estado y un nivel de producción bastante bueno, permite mantener luego una inercia en la primavera, en el sentido que los verdeos van a dar comida, se podrá sostener la producción y probablemente la remisión de leche en la primavera no descienda.
Precisamente si el clima sigue comportándose bien luego de estas lluvias es posible esperar que quienes plantaron verdeos y praderas en unos 20 días dispongan de comida para alimentar el ganado. Si bien la situación no cambia bruscamente, se mira el horizonte de otra manera, si se considera que a fines de agosto o principios de setiembre se estará ingresando a la primavera, lo cual es clave en esta coyuntura.
De lo contrario, las posibilidades de seguir produciendo en base a reservas y concentrados se terminaban. Por ello las lluvias de la semana pasada fueron la mejor noticia. Para muchas praderas en zonas donde no se habían perdido, las lluvias fueron beneficiosas. Se espera que sobre todo las praderas de segundo y tercer año respondan bien a partir de setiembre lo que abriga la esperanza de poder producir leche con comida más barata, dijo Zorrilla.
Cifras
4,25
Por ciento. Sube la remisión diaria de leche en agosto a Conaprole, respecto a 2014, con unos 4 millones de litros.
3,67
Por ciento. Aumentó el acumulado de remisiones de leche a la cooperativa hasta julio pasado, con relación a 2014.
2,31
Por ciento. Se incrementó la remisión de leche a Conaprole en el ejercicio anual cerrado al mes de julio pasado.
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