Uruguay: La actividad de los tambos entre la fertilización y la contaminación

El desafío de convivir con nutrientes que fertilizan el suelo pero contaminan si llegan al agua.
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El desafío de convivir con nutrientes que fertilizan el suelo pero contaminan si llegan al agua.
La actividad del tambo es una fuente potencial de contaminación por las nutrientes que, si llegan al agua, son contaminantes. En cambio, si se distribuyen en el campo, tienen un rico valor como fertilizantes. Este enfoque lo implementaron hace dos décadas los tamberos de Nueva Zelanda, y siguen trabajando así, según comentó David de Houlbrooke, investigador de Agresearch que visitó el país y que mantuvo una serie de reuniones de trabajo con las organizaciones uruguayas vinculadas al tema. En declaraciones a El Observador Agropecuario el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo de Izaguirre, valoró la presencia en Uruguay del experto, por la colaboración en capacitación en las áreas técnica y organizacional. La actividad tuvo lugar entre el 23 y 27 de febrero pasado, incluyendo reuniones de evaluación y recorridas de campo.
Participaron instituciones públicas y privadas que intervienen en un trabajo que procura posibles soluciones a la gestión del manejo de efluentes y revisión de la normativa vigente.La Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) reseñó la normativa actual y el caso de la cuenca del río Santa Lucía.
El experto neozelandés destacó que en su país no se hace específicamente un tratamiento de efluentes, sino que se hace un aprovechamiento de la materia fecal de las vacas que sirve como abono, un concepto que es central en la producción. “No es un residuo, no es necesario tratarlo. Hay que gestionarlo de tal manera que lo que la vaca trajo a los lugares de ordeñe sea devuelto de manera sistematizada y dispersa a nivel del predio. Es una verdadera riqueza nutricional para el suelo que el productor puede manejar en los lugares que lo necesitan”, enfatizó. De Izaguirre opinó que fue muy interesante el planteo de De Houlbrooke para seguir trabajando en este ámbito, con un Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) investigando y los productores participando para ajustar la herramienta. “Los productores son los más interesados en no contaminar, pero también en que las normas no se cambien luego que hacen sus inversiones”, dijo el presidente de Inale.Agregó que “es bueno también que el organismo que tiene por misión regular y controlar –la Dinama– también participe en la tarea, porque ha habido una aceptación del uso del fertilizante orgánico como una distribución en los campos, lo que en principio no era aceptado y ello representa un cambio importante”. “Nosotros compartimos esa visión de Nueva Zelanda, de devolución al terreno de la materia orgánica, con el fósforo, el potasio y el nitrógeno”, remarcó De Izaguirre.Por otra parte, Ana Bianco, del Área de Programas y Proyectos de Inale, elogió a El Observador Agropecuario la actividad desarrollada con motivo de la visita al país del experto neozelandés, quien además realizó una consultoría solicitada por las autoridades uruguayas. Esa tarea estuvo enmarcada en un emprendimiento que desarrolla el Inale junto a una serie de instituciones como el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la Dinama, las empresas industriales y el INIA, en aspectos referidos a los efluentes de tambos.
http://www.elobservador.com.uy

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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