Con una remisión de leche récord y un mercado interno que no tiene mucho más espacio para crecer, las empresas se orientan al mercado externo.
Las opiniones coinciden: la principal característica del sector lácteo uruguayo es que es cada vez más exportador. Con un mercado interno que tiene un consumo por habitante que se ubica dentro de los más altos a nivel mundial –239 litros en 2011– y con una mayor productividad de la mano de la tecnificación de las tareas en los tambos, las industrias productoras se vuelcan hacia el exterior.
El año pasado, la remisión de leche a industrias procesadoras fue de 1.843 millones de litros, lo que constituyó un nuevo máximo histórico, de acuerdo a datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Este volumen recibido por las plantas fue de 291 millones de litros más que en 2010 (18,8% de aumento).
Asimismo, las exportaciones de productos lácteos, convertidas a litros de leche, totalizaron 1.302 millones de litros, 189 millones de litros más que el año anterior (17% más).
“Una vez saturado el mercado interno, (el sector) ha tenido que dedicarse plenamente a que todo el incremento de remisión a las industrias deba ser canalizado al exterior”, explicó el director de la DIEA, Alfredo Hernández. “Por lo tanto, somos cada vez más exportadores”, definió.
Los responsables de las principales industrias lácteas del país sostuvieron lo mismo: con mayores volúmenes disponibles y un consumidor interno más que satisfecho, no queda otra alternativa que colocar la producción afuera.
Además, la situación se ve potenciada por dos años de crecimiento en producción de leche por encima de la media histórica. Mientras que tradicionalmente se han observado aumentos anuales de no más de 10%, en los últimos tiempos fueron de 15% y 20%.
“Eso ha llevado a que la mayoría de las industrias lácteas estén sobrepasadas (en la recepción de leche) y que varias de ellas estén pensando en hacer inversiones para poder industrializar ese crecimiento”, sostuvo el presidente de Calcar, Luis Dumestre.
El secretario de Calcar, Ventura Rébori, agregó que es “imposible” que el consumo interno absorba esa expansión. “Todo lo que sea crecimiento tiene como destino final la exportación”, dijo.
Por su parte, el vicepresidente de Conaprole, Wilson Cabrera, señaló que “toda ampliación de recibo de leche de las plantas va también asociada a mejorar el nivel de eficiencia”. Conaprole, la empresa líder del mercado, nuclea a 2.000 productores. En proporción de leche, el 73% va al mercado internacional y el 27% se queda en el interno. Si esta relación se mide en dólares, el 56% de la facturación corresponde al primero y 44% al segundo. Esto responde a que los productos exportados tienen menos valor agregado.
Según Hernández, de la DIEA, no es fácil competir en el exterior con productos de más valor agregado. “Se puede transportar sin mucho problema leche en polvo en un barco, pero no yogur”, ejemplificó.
Los productos más exportados el año pasado fueron leche en polvo, quesos y leche larga vida.
El caso de la empresa Claldy, con sede en Young, es similar al del resto de las industrias del rubro: de la leche que entra a planta, el 60% termina en el exterior y el 40% en el mercado nacional. “Hay una tendencia de aumentar la participación en el mercado externo, porque el mercado interno está bien atendido, por no decir saturado”, señaló su gerente general, Erwin Bachman.
Una empresa láctea que va un poco contra la corriente es Granja Pocha, que tiene su planta de elaboración en Juan Lacaze. “Hemos ido reduciendo la exportación porque nos hemos focalizado en el mercado interno”, contó su presidente, Edgardo Villanueva.
Hoy, la empresa no exporta más del 10% de lo que produce. A pesar de lo particular de su situación, Villanueva reconoce el fenómeno global que se está dando.
“Uruguay es un productor primario de leche mucho mayor que la demanda interna. Me parece que debe avanzar más en la exportación de menos commodities y más productos de mayor valor agregado”, añadió.
Alerta Venezuela
Los principales destinos de los lácteos uruguayos son Brasil, Venezuela, México y Cuba, de acuerdo a Hernández, de la DIEA. A pesar de que se exporta a más de 50 países, con algunos hay ciertas ventajas que hacen esos mercados más atractivos.
“Con Venezuela claramente hay una ventaja, no solo porque tiene plata en este momento y es deficitaria en lácteos, sino porque además tiene un vínculo político importante con Uruguay”, señaló el director de la DIEA.
El consultor privado Juan Peyrou explicó que, mayoritariamente, la leche en polvo se vende a Brasil y los quesos a Venezuela. “Lo de Venezuela no pasa por lo jurídico sino por lo político. Eso permite que Uruguay venda 50% más caro los quesos y entiendo que es la explicación de por qué la cadena láctea pudo subir sus precios por la materia prima al doble de antes sin resentirle la vida a los industriales”, dijo Peyrou. Estos precios son “privilegiados” y no responden al mercado abierto, agregó el experto.
Para los industriales, los precios que hoy está pagando el país caribeño son tentadores, pero apostar fuerte a ese mercado puede tener sus desventajas.
Calcar señaló que Venezuela es su principal mercado desde hace algunos años, tanto en volumen como en facturación. “Eso lleva a tener ciertos riesgos por depender de un mercado básicamente y no tener más repartidos los porcentajes” admitió el presidente de la empresa de Carmelo. Añadió que “siempre” se están buscando nuevos mercados, “pero trabajan con valores muy diferentes a lo que hoy se negocia con Venezuela”.
Bachman, de Claldy, también señaló la intensa dependencia de Venezuela, quien “está pagando precios por encima de la media internacional”. “Hoy, el sector lácteo es súper Venezuela-dependiente, con los riesgos que eso implica”, apuntó.
La gran concentración de la producción –fundamentalmente de quesos– al mercado venezolano también fue admitida por Villanueva de Granja Pocha. “En algún momento los precios se van a tener que sincerar. La situación de exportación de algunos de los productos hoy en Uruguay no condice con la del mercado internacional”, resumió.
Mayores volúmenes
Para hacer frente a la mayor productividad, consecuencia de la mayor eficiencia productiva por hectárea y por animal, las industrias lácteas deben adaptarse para estar listas a recibir mayores volúmenes de leche, que además varían de acuerdo a la época del año, y tienen su pico durante la primavera.“Las empresas tienen en su génesis la necesidad de ampliarse”, dijo el consultor Peyrou.
Hernández, por su parte, manifestó que es importante el rol que están jugando las empresas para poder “ajustar su capacidad de procesamiento”.
Desde Conaprole, Cabrera indicó que el crecimiento de la lechería nacional obligó a la cooperativa a hacer inversiones “importantes” para recibir toda la leche de sus productores.
El secretario de Calcar, Rébori, apuntó que Uruguay está “desbordado por la materia prima”. Las industrias están preocupadas por la falta de capacidad de proceso, agregó. Por este motivo, la empresa está realizando inversiones para aumentar los volúmenes que puede procesar.
Fuente: El Observador