Ochenta y cinco por ciento de los 2 millones de bebés que nacen cada año en México, corren el riesgo de ser obesos al crecer porque antes de los 6 meses consumen leche en polvo en lugar de la materna, e ingieren cereales con altas cantidades de harina refinada.
En un estudio realizado a nueve marcas de leche en polvo y a cereales, la asociación El Poder del Consumidor (EPC) detectó que tienen azúcar y sodio en exceso.
Además, algunas no informan de su contenido, lo que viola normas sanitarias que protegen a la madre en periodo de lactancia y al infante.
Xaviera Cabada, maestra en Ciencias de Nutrición, coordinadora del área de Salud Alimentaria de la EPC, dijo que el abandono de la lactancia y el uso de sustitutos de la leche materna no sólo han sido causa de malnutrición, infecciones y enfermedades diarreicas, sino también se han asociado a la gran pandemia de sobrepeso y obesidad en el mundo.
Recordó que estudios epidemiológicos demuestran que el aumento en sobrepeso y obesidad se observa desde los cero a 6 meses de edad.
EPC analizó las etiquetas de nueve fórmulas para lactantes (Leche NAN 1, Leche NAN 2, Leche NAN 3 de Nestlé, SimilacGain fórmula de continuación de Abbott, Promil Gold de Wyeth, Progress Gold de Wyeth, Enfagrowpremium etapa 3, Equate, fórmula de continuación) y su publicidad, así como alimentos de la marca Gerber, encontrando que el porcentaje de azúcar fue de 28% a 54%.
Para Xaviera Cabada, estos datos contrastan con lo establecido en la NOM-043 de orientación alimentaria que recomienda no añadir ni azúcar ni sodio a los alimentos para lactantes.
Sobre los “cereales”, dijo que son elaborados con “harinas refinadas” y ninguno cumplió con el mínimo de fibra acorde a la norma oficial.
Destacó que el porcentaje de azúcares encontrado en las diferentes fórmulas fue desde 28% a 54%.
De estos porcentajes, casi la mitad es de azúcares añadidos, es decir, “los lactantes están consumiendo al menos un aproximado de 3 a 6 cucharadas cafeteras diarias”.
En promedio, señaló, la cantidad de azúcares disponibles en las fórmulas lácteas es de 41%.
Alejandro Calvillo, director de EPC, afirmó que los bebés se han convertido en uno de los más grandes negocios, ofreciéndoles productos que realmente no necesitan y que ponen en riesgo su salud.
Urgió a tener una política integral de combate a la obesidad; que el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (ANSA) tenga recursos asignados en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), y que se legisle en materia de publicidad dirigida a niños.
Por su parte, Katia García, maestra en Salud Pública especialista en Nutrición e investigadora en salud alimentaria de EPC, señaló que los niños, particularmente durante el primer año de vida, constituyen una población muy vulnerable, pues su alimentación depende totalmente de la decisión de los adultos, quienes son influenciados por los profesionales de la salud, los medios de comunicación masivos y la industria procesadora de alimentos para niños.
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