La productividad de la industria lechera mexicana es una de las más bajas entre los países ganaderos.
En México se obtienen 1.8 toneladas anuales de leche por cabeza de ganado, muy lejos de las 9.8 de los productores de Estados Unidos y de las 5.4 de Argentina, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
La cifra también está por debajo de las 4 toneladas anuales de Nueva Zelanda.
Entre otras razones, esto sucede porque en países como Estados Unidos y Nueva Zelanda existe intervención de sus gobiernos a través subsidios, dijo Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación Mexicana de Lechería (FML).
«No es el ganadero, es todo el sistema como País lo que hace las diferencias. En Estados Unidos, tienen un sistema muy proteccionista que impide que entre leche de fuera. Los sobrantes los venden por debajo del costo de producción, pero fuera del país para que no se afecte el precio y eso le da una ventaja al ganadero», detalló Gómez Cobo.
En los países en desarrollo ha existido un crecimiento en el número de animales destinados a la producción de leche, pero no en la productividad por cabeza.
Algunas de las causas son la mala calidad de los recursos forrajeros, las enfermedades en los animales, el acceso limitado a mercados y servicios como la sanidad animal, el crédito y capacitación, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).
En México, la producción de leche de bovino no ha tenido crecimientos considerables.
En 2014 fue de 11 millones 129 mil litros, apenas 1.5 por ciento más que en 2013, cuando registró 10 millones 965 mil litros, según datos del Servicio de Información Alimentaria y Pesquera (SIAP).
«México hoy es un importador de leche importante porque no existen las políticas públicas adecuadas. No hay los apoyos, no han habido las inversiones que han hecho los norteamericanos, los canadienses, neozelandeses, los mismos argentinos para que el ganadero esté en igualdad de condiciones», afirmó Gómez.
La FAO también señaló que muchos países en desarrollo tienen climas cálidos o húmedos que son desfavorables para la actividad lechera.
En el caso del País, en la zona norte, existen climas extremos tanto de altas como de bajas temperaturas, por lo que es más difícil encontrar terrenos aptos para el pastoreo, refirió Gómez.
Además, los ganaderos con sistemas intensivos tienen que sobrellevar la caída del peso frente al dólar, porque 85 por ciento de los insumos están referenciados en esa divisa.
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