Por incapacidad presupuestal, Liconsa sólo comprará excedente de leche nacional si los productores mexicanos aceptan venderla a un precio similar al del exterior, aseguró Héctor Pablo Ramírez Puga, director de la institución.
En entrevista con La Crónica de Hoy, el funcionario detalló que el pago a ofrecer para el producto sobrante está entre 3.80 y 4 pesos, aunque se mantendría el rango de entre 5.50 y 6.20 pesos para 700 millones de litros cuya compra ordinaria ya fue autorizada para 2015, por el Consejo de Administración.
La empresa, dijo, está en desacuerdo con tirar leche en el país, porque al menos 4 millones de mexicanos presentan carencia alimentaria y no tienen acceso fácil a la leche.
Calificó al intermediarismo como uno de los problemas más importantes del sector y anunció auditorias y rotaciones continuas de personal para evitar actos internos de corrupción.
CARENCIAS. Pese al trajín por constantes giras en el mes de la cruzada contra el hambre, y dañado de una rodilla por una reciente operación, Ramírez Puga acepta la charla en Naucalpan.
—¿Por qué Liconsa no compra toda la leche que requiere su programa social (mil millones de litros) a productores nacionales?
—Nuestro objeto es llevar leche a las familias que menos tienen, estamos obligados a comprar barato para vender barato… No hemos incrementado el precio al consumidor, y los precios internacionales en 2015 están 2 pesos abajo de los nacionales.
—¿Cuál es la expectativa de compra a lecheros del país?
—Incierta, porque el presupuesto no fue lo que hubiéramos querido y no tenemos posibilidad de solicitar más por el recorte federal. Tenemos autorizados por el Consejo de Administración 700 millones de litros e iremos al menos por 770 millones, lo que compramos en 2014. La idea es encontrar un mecanismo con Hacienda, Economía y Sagarpa que nos permita comprar leche excedente y sustituir importaciones, siempre y cuando el precio acá sea parecido al del exterior, de otra manera no tendríamos capacidad presupuestal para adquirir los 300 millones que nos faltan de leche líquida mexicana.
—¿Cuál es hoy el precio que pagan a nacionales y cuál a extranjeros?
—Aquí entre 5.50 y 6.20 por litro, según calidad, y fuera alrededor de 4.40 puesto en planta.
—Las condiciones actuales de productores no les permitirán igualar el costo internacional -se le refiere.
—Los productores internacionales como Nueva Zelanda tienen subsidios y un soporte gubernamental muy importante, no es el caso de México, nos falta generar una sinergia entre todas las dependencias federales y estatales, todos los presupuestos, para incentivar la producción, tecnificar el campo y buscar mecanismos de secado. Batallamos contra el intermediario: en 2012 comprábamos a 9 mil productores y dos años después a 11 mil, con el mismo presupuesto. Sabemos las dificultades que tienen para entregar su producto, por tener lejos un centro de acopio. Estamos construyendo y rehabilitando 10 centros más cuando hacía 12 años que no se construía uno solo, y lo hacemos en la franja del sur sureste, donde están los municipios más pobres.
—¿Apostarán por el mercado foráneo?
—El precio bajo ha propiciado que muchas empresas se vayan allá, no es el caso de Liconsa, que compra alrededor de 37 mil toneladas de leche en polvo al año; en este momento, pese al precio, hemos comprado sólo 15 mil toneladas para ver si con el mismo recurso podemos acordar un precio de excedentes con productores mexicanos, para que no tiren su leche, aunque no sea el precio que ellos esperan pero sí una salida. Los 770 millones de litros autorizados los pagaremos al precio normal de hasta 6.20 pesos.
—¿Cuánto pagarían por el litro de excedente?
—Alrededor de 4 pesos por litro, ese sería el acuerdo… Ya lo estamos comprando a 3.80 en algunos casos. Tenemos un presupuesto autorizado por la Cámara de Diputados y no podemos pasarnos de ahí, no es asunto de voluntad política. El reto es que al final de la administración compremos aquí los mil millones de litros que distribuimos cada año.
Ramírez Puga pidió solidaridad a las empresas privadas, para que busquen el diálogo con los lecheros y compren en México lo que necesitan.
—Hablas de una batalla contra el intermediarismo…
—Hay intermediarios buenos que ayudan a recoger la leche de pequeños productores a quienes se les dificulta llegar al centro de acopio. Les pagan un precio aceptable de 5.20 pesos por litro y se lo venden a Liconsa en 6 pesos, pero el mal intermediario abusa de ellos: no les paga o les paga muy poco: 3 pesos, 3.50 y se lo quiere vender a Liconsa en 6 o 6.20, esto sí nos pega.
—¿Cómo digieres que en un país deficitario se desperdicie leche?
—Es un tema que compete más a Sagarpa, que debe incentivar la producción, y a Economía, que debe buscar mercado. Liconsa está en desacuerdo en que se tire leche, por la desnutrición infantil. Falta atender al menos 4 millones de personas con carencia alimentaria. No ha habido un mercado seguro para la venta de leche.
—Hay denuncias de que en centros de acopio se pide moche a productores para recogerles la leche…
—No ha habido pruebas de que esto suceda. Hubo una denuncia mediática en Guanajuato y me trasladé al estado a una reunión con productores y en ningún momento se reclamó este delito. Sin embargo, removimos a los tres encargados de centros de acopio, sin mediar investigación.
—¿No han presentado ninguna denuncia ante la PGR?
—No… Establecimos una línea directa para que productores puedan denunciar en caso de que un funcionario menor, que no lo podemos descartar, les pida recursos. No tenemos registrado ningún caso, pero si lo hubiera habrá sanciones inmediatas y se removerá a cualquier funcionario. Ya pedimos al órgano interno de control hacer auditorias en todos los centros y solicité a la Dirección de Producción rotar a partir de este año a todos los encargados, para evitar suspicacias.
—Hay voces, incluso dentro del gobierno federal, que piden que Liconsa sea operada por Sagarpa y no por Sedesol…
—Liconsa es un programa social, no un programa de incentivo a la producción lechera ni a la comercialización, no busca posicionar la leche mexicana en el extranjero y por tanto requiere estar en la Sedesol, es un programa destinado a combatir la pobreza y cambiar los indicadores de desnutrición. Ni Sagarpa, ni Economía lo harían…
Fondos
Presupuesto: 3 mil 300 millones de pesos por recursos fiscales que se convierten en 10 mil 500 millones de pesos al año por venta de leche; 4 mil 300 millones se destinan a la compra de leche.
Padrón de beneficiarios: 6.4 millones, de los cuales 2 millones 600 mil ingresaron en los últimos dos años, en especial en zonas marginadas e indígenas —más de 300 municipios— de la zona sur sureste.
Prestanombres y aspiraciones electorales
Héctor Pablo Ramírez Puga se desligó del escándalo en torno al ex gobernador de Oaxaca José Murat y de su hijo Alejandro Murat —director del Infonavit—, acusados por el periódico estadounidense The New York Times de comprar propiedades millonarias en EU. En la lista de prestanombres de la supuesta red aparece el empresario Víctor Manuel Álvarez Puga… Sobre los nexos del apellido Puga, el director de Liconsa atajó: “Los Alvarez Puga son empresarios que se dedican al ramo de abogacía, pero no tienen nada que ver conmigo, ni son familiares ni son conocidos, físicamente ni los ubico”. Sobre los reproches en torno a su aspiración al gobierno oaxaqueño y proselitismo como funcionario público involucrado en la distribución de leche, expresó: “No me distrae ningún otro tipo de objetivo, tengo un compromiso con un programa de combate a la pobreza, quienes vivimos en estados que presentan este tipo de situaciones, lo menos que podemos hacer es pensar en cómo llevarlo a cabo. Todo lo demás está fuera de mi alcance, no está en mi visión inmediata y no debe estarlo, cualquier funcionario que le apueste más a una aspiración personal por encima de la vocación de combatir la marginación, está perdido”. Al momento de posar para la foto, bromeó: “Me voy a poner como gobernador”.
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