Según las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), cada persona debe consumir por año alrededor de 170 litros de leche, sin embargo en México estas estadísticas no se cumplen y en promedio cada habitante consume 134 litros de leche anuales.
La falta de una cultura alimentaria, es el principal problema que industriales de la leche atribuyen a que el consumo del alimento lácteo en su estado líquido no alcance a cumplir con las recomendaciones que se hacen a nivel mundial, y que es consecuencia de que México ocupe el primer lugar en problemas de obesidad.
Ante esto, Miguel Ángel García Paredes, secretario de la Cámara Nacional de Industriales de La Leche (Canilec) destacó que el incremento en el consumo de leche en la población nacional, es uno de los principales retos que el sector enfrenta.
Entre las soluciones que plantean para incrementar la preferencia por esta bebida, es las modificaciones a las políticas públicas para que incidan de manera directa en el cambio de los hábitos alimenticios de los mexicanos.
Considerando que es la falta de conocimiento sobre los alimentos que se deben consumir, destacó que se podría iniciar con la modificación de la currícula educativa, e implementar materias específicas en relación al tema nutrimental.
De esta forma, se empezaría a enseñar a las nuevas generaciones a optar por alimentos más saludables que les proporcionen mayores beneficios, como son los lácteos.
«En la currícula de las escuelas no existe nada vinculado a una correcta alimentación y la gente desconoce cómo alimentarse bien a nivel general, en promedio la gente no tiene contacto, y una política pública del gobierno tendría que ver la forma de meter en la currícula de las escuelas, además de una actividad física, la correcta alimentación también», externó.
Para García Paredes, las cantidades de consumo de leche que se tienen en México, no están influenciadas por la economía, pues destacó que por litro, las bebidas endulzadas o carbonatadas cuestan más caro, sin embargo, la gente consume cantidades exageradas.
Además comentó que otra de las estrategias que también están llevando a cabo, es en relación a la publicidad y difusión permanente de la leche y sus beneficios, acciones que desde hace tiempo el sector industrial puso en marcha y antes de que se volviera una norma, los industriales ya publicaban en los envases, un recuadro nutrimental para informar sobre las cantidades de calorías que poseen los alimentos.
FACTORES
«El gusto que le tomaron para refrescos azucarados, ese es el resto que debemos lograr», expresó.
La industria ha venido trabajando en tres vertientes, la primera en desarrollar información para el consumidor antes de que fuera obligatorio, así como diversificar los productos lácteos para cada necesidad e implementar estrategias importantes de difusión y promoción de las bondades de la leche y sus derivados.
Por lo pronto, mencionó que el consumo de leche lista para beber se mantiene estancado desde hace seis o siete años, pero las leches especializadas como deslactosadas, se mantienen en ritmo de crecimiento así como los productos de yogurt y bebidas fermentadas.
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