Juan Costa del Río y Jesús Manuel gestionan una explotación de vacuno de carne que amplían con reses de leche con la idea de abrir una quesería
Jesús Collazo Trigo, vecino de Meira de 46 años, trabajaba de carpintero y pintor en la construcción hasta que la crisis del ladrillo le dejó en el paro. Desde hace seis meses colabora en la explotación de vacas de su convecino Juan Jesús Costa del Río, de 39, extrabajador del naval que un accidente le obligó a buscarse otra manera de vivir. Abrió una explotación discreta de vacuno de carne que acaba de ampliar con vacas de leche y la idea es abrir la primera quesería del Morrazo. Ambos se reparten las tareas, de sol a sol. El valle del Touzal, abandonado de agricultura, ha vuelto a recubrirse de pastos donde estos ganaderos crían las reses gracias a la colaboración de los vecinos y llevados por la pasión de la fama que Moaña tuvo con su chuleta
CRISTINA GONZÁLEZ – MOAÑA Es mediodía. A Jesús Collazo le toca estar al cuidado de la explotación ganadera del Touzal, en la parroquia moañesa de Meira, en la que es colaborador mientras su propietario Juan Costa realiza encargos por Moaña. Se trata de una pequeña granja, muy artesanal, construida incluso con piezas de reciclaje como viejas vigas de batea, en donde ayer estaban cuatro becerros, uno de ellos, mezcla de frisona, de solo un mes de vida que nació en la propia explotación. En los prados pastan las dos vacas de carne y en otro más alejado las tres de leche, cercadas por pastores eléctricos.
En la granja huele como en el interior de Galicia, a estiércol y purín, pero el valle del Touzal está a poca distancia del mar. Jesús, que tiene 49 años y está soltero, es risueño y habla con alegría del nuevo oficio al que se dedica debido a la crisis del ladrillo. Era carpintero y pintor en el sector de la construcción, pero la crisis del ladrillo le dejó en el paro y desde hace seis meses trabaja como colaborador en la granja de su vecino Juan, que en diciembre decidió incorporar vacas de leche a la producción que ya tenía de carne.
«Para criar vacas de carne no hacen falta dos personas, porque prácticamente se crían solas en los pastos. Pero con las de leche… por lo menos tiene que haber dos personas. Las vacas las tienes que ordeñar todos los días por la mañana y por la noche, sino revientan», dice Jesús. Con Juan comparte una tarea que es de sol a sol, «muy esclava», pero les une la pasión.
Juan llega de Moaña, vestido con botas altas y dispuesto para trabajar en la granja. La vida le dio una segunda oportunidad cuando tenía 30 años y era trabajador del naval en una empresa en donde sufrió un accidente que le dejó tres hernias en el cuello y otras dos que se están formando. Fue entonces cuando surgió la posibilidad de empezar su propio negocio en tierra, de espaldas al mar: «Había que buscar algo que hacer» y optó por una explotación de ganado vacuno de carne «en donde puedes trabajar en diferentes horas». Compró las primeras 12 vacas, 9 becerros y un toro en el monte da Groba para criarlos en Beariz, en Ourense, en donde cedían de forma gratuita los terrenos, El pueblo era Os Liñares. Solo vivían tres personas. Juan acudía a diario a controlar la explotación: «Recuerdo a la señora Rosa que pastoreaba las gallinas y que me contó que estuvo emigrada en Alemania y Francia». Ante sí se le abrió un nuevo mundo, que le enganchó. Las vacas quedaban todo el día fuera. Pero un fatal accidente de coche le impidió seguir haciendo estos viajes a diario de Moaña a Ourense y decidió traer las vacas a Meira. Aquí empezó en 2007 con 11 reses, todas ellas de carne, y abriendo pastos en terrenos de cultivo de maíz y patatas, abandonados, cedidos por los vecinos. Ahora dispone de dos héctareas, junto al río da Fraga y a pocos metros de la granja, en donde pastan las reses. Es su nueva «manera de vivir».
Hasta diciembre pasado solo se dedicó a criar vacas de carne para vender a particulares, aunque la crisis ha hecho descender los pedidos, según reconoce: «Tengo una clienta que siempre llevaba medio becerro cada tres meses. El otro día se lamentaba porque aseguraba que antes eran cuatro sueldos en casa y ahora son tres parados».
La carne de vaca criada en Moaña siempre tuvo mucho apogeo. Hay restaurantes en Vigo, incluso fuera de Galicia, que siguen contando en sus menús con la que fue famosa «chuleta de Moaña», que le dio renombre a este municipio cuando a mediados de siglo pasado abundaba la tradición de criar ganado en casa. Los años posteriores de bonanza económica y de empleo hicieron desaparecer las vacas de los prados de Moaña, pero la crisis ha provocado ahora que el campo se haya convertido en una alternativa más para sobrevivir al paro, como ha ocurrido con Juan Costa y Jesús Collazo.
Con las vacas de leche empezaron el pasado mes de diciembre. Jesús empezó a colaborar en la granja. Empezaron a vender leche a particulares y ahora están pensando la posibilidad de abrir lo que sería la primera quesería del Morrazo. Ya han empezado a probar la elaboración de quesos y los resultados no son malos. Para aprender fueron al «país» de los quesos, Arzúa. Jesús dice que un día llegaron a la localidad y preguntaron quién hacía quesos. Así llegaron hasta una vecina que les explicó todo el proceso de elaboración. Ya en Moaña se pusieron manos a la obra y Jesús ya puede presumir de entender bastante de quesos. Reconoce que cuando tiene alguna duda llama a la vecina de Arzúa, que hubo quesos que tuvo que tirar, pero a día de hoy ya sabe los trucos de cocción, de sal y de cuajo: «Empecé a hacer quesos en Navidad, cuando trajimos las primeras vacas de leche. Los primeros no valieron para nada, pero con la ayuda de esta señora de Arzúa, vamos haciendo los quesos. Lo fundamental es la limpieza y el control de la temperatura».
En la feria ARTEnaILLA
La explotación que gestionan ambos ganaderos será, precisamente, uno de los atractivos de la próxima edición de la Feira Tradicional ARTEnaILLA, que desde hace ocho años organiza la Asociación Cultural Meiramar-Axóuxeres. La granja contará con un stand en el que exhibirá una muestra de las vacas. y becerros nacidos ya en Moaña. Será un stand importante dentro de esta feria, que se celebra el domingo 13 de mayo en Samertolaméu, cumpliendo con el objetivo con el que nació, tal y como manifiesta el presidente de la asociación, Eugenio Piñeiro, de potenciar estas actividades tradicionales. Precisamente hoy se presenta en Meira la VIII edición de la feria, a la que se anima a todas las personas a acudir vestidos con trajes de 1906. Los directivos ya lo harán hoy en la presentación.
http://www.farodevigo.es
