La industria lechera fue utilizada como «moneda de cambio» en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (ATP) que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto acaba de negociar con 11 naciones de América y Asia, acusó Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Femeleche)
«Siempre que un país quiere un tratado de libre comercio con México hemos sido moneda de cambio porque una de las primeras cosas que piden son lácteos precisamente por el valor que tiene la cadena. Entonces si entramos a una economía global lo justo es que se nos retribuya y no se nos abandone…Es de justicia que si fuimos dados a cambio se nos ponga en igualdad de condiciones para poder no solamente sobrevivir, sino competir», aseveró Gómez Cobo, entrevistado al concluir el Foro Nacional de Lechería.
Si bien acotó que no habrá una apertura total del sector como pugnaba Nueva Zelanda y Australia pues se abrirá de manera paulatina con cupos de importación que comenzarán en dos años más, en 2018, cuando se prevé que el ATP sea aprobado por los congresos de los 12 países firmantes, señaló que los lecheros deben prepararse en ese lapso y ser apoyados con regulaciones, políticas públicas e inversiones del orden de los 4 mil millones de pesos anuales para enfrentar la competencia que se avecina por parte de las naciones asiáticas que venden productos lácteos mucho más baratos. El reto es resumió, comenzar a lograr en 2 años lo que otros países han consolidado en 30 o 40 años, pero dependerá mucho la voluntad política y la inversión pública.
En contraste, Francisco Gurría Treviño, coordinador general de ganadería de la Secretaría de Agricultura, y Rocío Ruiz Chávez, subsecretaria de competitividad y normatividad de la Secretaría de Economía (SE), coindicieron que la industria lechera de México es competitiva y está preparada para enfrentar la nueva competencia del ATP.
Gurría Treviño refirió que «la ambición de algunos países por conquistar otros mercados provocó trabas y retrasos en las negociaciones del ATP y México, que tiene una planta productiva lechera tan importante, no tiene porque ceder un mercado tan importante nada más porque nos vamos a hacer socios de naciones que son excedentarios por eso lo que queremos son plazos para corregir aquello que nos hacen estar un poco atrás de ellos y el esquema está planteado a 10 años, con algunos incrementos».
Sin embargo, ponderó que México no es ajeno a tal apertura ya que desde hace 22 años está abierto al mercado de la leche, «entonces no nos vamos a enfrentar a una situación muy distinta o desconocida a la que ya tenemos ahora aunque va a haber más jugadores nuevos con el ATP».
La subsecretaria Ruiz Chávez consideró que «la cadena láctea es muy competitiva. Casi la mitad del territorio nacional está dedicada a producir carne y leche y es un área donde nuestro país todavía puede crecer mucho. Yo creo que los productores sí tienen el tamaño para ser muy competitivos a nivel nacional e internacional…Creo que son una cadena que sí ven hacia el futuro, cómo integrarse, eficientarse y qué tienen qué hacer como sector primario, el cual no ha recibido tantos beneficios de los tratados comerciales como otros sectores, pero no se ha quedado rezagado y tienen un futuro qué aprovechar».
Anunció a los productores lecheros que la próxima semana el subsecretaro de comercio exterior, Francisco de Rosenzweig, los convocará a una reunión para platicarles amplia y cláramente los términos en los que quedó el sector en el ATP.
GRANDES LIGAS
El dirigente de los lecheros advirtió que «con el ATP estamos al cien por ciento en las grandes ligas y vamos a competir contra los países que más barato producen. Sí hay un riesgo de que perdamos mercado y necesitamos políticas públicas para que nos pongan en igualdad de condiciones con los que vamos a competir, porque en las otras naciones ha habido incentivos, apoyos en infraestuctura, políticas públicas y desarrollo de tecnología por más de 30 años».
Si bien dijo que los productores lecheros participaron en el llamado «cuarto de al lado» en las negociaciones del ATP aseveró: «nosotros siempre solicitamos la exclusión del sector porque ya hay un comercio de México con los diferentes países de ese acuerdo. La Secretaría de Economía (SE) nos consultó innumerables veces y acordamos que en ningún caso habría apertura total de prácticamente ningún producto y se fijaron cupos, pero todavía no tenemos el dato…Es una buena negociación porque se establecen cupos para una apertura que ya se estaba dando, el riesgo es hacia adelante y el daño al sector será irremediable si no se dan esos cambios».
Recordó que con el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) hubo un periodo de desgravación de 15 años para el sector lechero en el cual se asignaron cupos y con sobrecupos se tenía que pagar un arancel, el cual nunca se aplicó y se perjudicó a la industria nacional. Tampoco, agregó, se dieron a cabalidad todos los acuerdos y apoyos anunciados para desarrollar el sector y que no se limitaban a subsidios sino que involucraban infraestructura y tecnología.
La subsecretaria afirmó que el sector lechero fue uno en los que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, «mostró mayor preocupación y habló con el secretario de Agricultura, hubo muchas reuniones y yo creo que lo que se negoció no es algo inesperado para ustedes y yo creo que no fue un sector que se desprotegiera y seguirá operando muy competitivamente dentro del ATP».
Refirió que desde hace años quedó establecido por la Organización Mundial de Comercio (OMC) un cupo de importación de leche de 80 mil toneladas de leche que prácticamente no se usaba en su totalidad porque se recurría más a otro por 50 mil toneladas fijado con Estados Unidos, así que puede considerarse que cualquier importación no será una apertura nueva y si los cupos no se han utilizado significa que los productores nacionales han sido lo suficientemente competitivos para que el país no haya recurrido a hacer compras extraordinarias.
Gurría Treviño sostuvo que nunca como ahora se han destinado tantos recursos a la ganadería, tanto de apoyo a la inversión como de financiamiento porque hace 40 años ni la banca de desarrollo la atendía. Advirtió que los productores deben tener claridad sobre las peticiones o necesidades que tienen «y no sólo decir el Estado nos tiene que salvar porque ellos participaron en el cuarto de al lado (del ATP). No estuvieron ajenos y están perfectamente concientes y para entrar a este nuevo tratado tenemos que decantar cuáles son las necesidades reales, plantearlas con claridad y hacia quien dirigirlas».
México puede ser un gran exportador de productos lácteos y a diferencia de hace 30 años cuando el sector no podía crecer porque había un control de precio «hoy las reglas están claras de cómo el Estado puede ayudar, pero debe haber claridad la petición, en saber qué vamos a resolver porque no podemos estar subsidiando como antes la falta de eficacia, eficiencia y competitividad, no se puede seguir pagando la improductividad porque no hay recursos suficientes», sentenció.
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